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"Puedes utilizar tu poder para
frenar a un reportero, ¿pero cómo
vas a hacerlo con 400?"

Bastian Obermayer y Frederik Obermaier, los reporteros alemanes que recibieron la filtración de los 'papeles de Panamá', niegan que presiones de los poderes financieros o políticos pudieran haber tumbado la investigación y destacan el valor de la colaboración entre 400 profesionales como el gran éxito de ésta

Los periodistas alemanes Frederik Obermaier (iz) y Bastian Obermayer (der) coautores de "Papeles de Panama", libro en el que detallan la investigación periodística que rodeó a la filtración del mismo nombre, porsan en la oficina del periódico alemán 'Sueddeutsche Zeitung'. AFP Photo/Christof Stache

CARLOS DEL CASTILLO

@CdelCastilloM

MADRID.- Los papeles de Panamá parecen haber traspasado la última frontera. Una de las grandes críticas a la mayor filtración periodística de la historia, de escala mundial, era la ausencia de grandes nombres estadounidenses en ella. ¿Ningún personaje conocido de EEUU utilizaba al despacho panameño Mossack Fonseca para pagar menos impuestos? Parecía difícil de creer. "Simplemente los nombres no están", aseguraba a este medio Mar Cabra, jefa del equipo de datos del International Consortium of Investigative Journalist (ICIJ), que ha coordinado la investigación.

Este lunes, el New York Times, uno de los últimos medios en sumarse a la investigación, ha publicado cómo muchas grandes fortunas estadounidenses han utilizado a los expertos fiscales de Mossack Fonseca para ocultar al fisco ingentes fortunas y los réditos que estas producían. Sin embargo, tras el análisis que la prestigiosa cabecera ha efectuado de los papeles de Panamá, no ha encontrado nombres de políticos, deportistas o artistas célebres, descartando casi por completo las teorías que argumentaban que los poderes estadounidenses habían impedido que las informaciones tocaran a las celebridades del gigante norteamericano.

"No ha habido presiones, nunca hemos temido que alguien frenara las publicaciones", defienden Bastian Obermayer y Frederik Obermaier, los periodistas alemanes que recibieron la filtración y decidieron compartirla. Bastian, reportero del medio alemán Süddeutsche Zeitung, reafirma que el gran equipo organizado para la investigación lo habría hecho inútil: "Hay gente que tiene dinero y poder para frenar a un solo reportero, pero es imposible frenar a 400". Junto con Frederik, colaborador del ICIJ, Bastian ha escrito Papeles de Panamá (Península), donde los dos periodistas detallan cómo recibieron la filtración, y cómo fueron descubriendo cada gran nombre, aunque no tenían todas consigo desde el principio.

¿Cómo fue el momento en el que os disteis cuenta de que una fuente anónima os había hecho llegar la mayor filtración periodística de la historia?

Frederik: Tardamos meses en darnos cuenta de la magnitud que tendría. Tuvimos una reunión en septiembre con 100 periodistas. Y para nosotros esto ya era… Dios mío, 100 periodistas de todo el mundo trabajando juntos con los datos que  recibió el Süddeutsche Zeitung. Ahora mirando alrededor y viendo que al final ha habido 400 periodistas trabajando en ello… Para mí es increíble de ver. Además sigue habiendo cada vez más periodistas involucrados. Hoy se ha publicado una pieza importante en el New York Times sobre los papeles de Panamá. También hay periodistas de Turquía y de Mongolia que están empezando a trabajar en este área. Es genial ver esto porque hay muchas historias importantes ocultas dentro de todos estos datos.

¿Pensastéis en el ICIJ desde el principio?

Bastian: Sí, prácticamente desde el principio. Los primeros días estuvimos mirando los documentos y ya empezamos a ver muchos nombres importantes, conexiones a escándalos, pero no había nada alemán realmente. Encontramos escándalos en el norte de África, en Oriente Medio, y parecía muy claro que no tenía mucho sentido investigar esto para lectores alemanes.


"Al principio pensamos que quizá para el ICIJ podía ser un poco más de lo mismo, ya que ya habían hecho grandes investigaciones sobre evasión de impuestos. Incluso teniendo al primer ministro de Islandia… Bueno, es Islandia, ¿querrán hacerlo?"

Habíamos participado en los Offshore Leaks, en LuxLeaks y SwissLeaks antes —otras investigaciones sobre evasión de impuestos coordinadas por el ICIJ—, y rápidamente tuvimos la idea de que podíamos compartir el material con ellos, para asegurarnos que no se perdía nada, pero nos sentíamos muy escépticos al respecto de hacer un proyecto grande. Ellos habían hecho ya tres o cuatro investigaciones muy grandes sobre evasión de impuestos, así que pensamos que quizá el ICIJ podía pensar que era un poco más de lo mismo. Incluso teniendo al primer ministro de Islandia… Bueno, es Islandia, ¿querrán hacerlo?

Pero sí, tuvieron mucho interés desde el principio, y todos tuvimos la gran suerte de empezar a encontrar los grandes nombres después de esta decisión. Ése fue el efecto que hizo que creciera y se hiciera así de grande.

Varios ejemplares del periódico alemán Sueddeutsche Zeitung con portadas sobre la investigación de los 'papeles de Panamá'. AFP/ Christof Stache

Varios ejemplares del periódico alemán Sueddeutsche Zeitung con portadas sobre la investigación de los 'papeles de Panamá'. AFP/ Christof Stache

¿Habría sido posible iniciar la colaboración con el ICIJ si hubiera habido muchos nombres alemanes en los papeles de Panamá?

Bastian: Lo hubiésemos intentado igualmente, pero quizá no hubiese sido tan fácil convencer a nuestros editores. Creo que quizá podría haber sido en varios pasos, primero publicado más historias alemanas, pero hubiéramos estado a favor de hacerlo al revés. Porque si publicando nombres alemanes durante algunos meses la filtración no hubiera tenido el mismo impacto que si los nombres alemanes hubieran sido una parte central de una investigación tan grande como la que tenemos ahora.

"El hecho de que 400 personas tengan acceso a los datos es muy importante para la seguridad, porque ya no tiene sentido intentar frenar a nadie. ¿Quién va a ejercer una presión a escala mundial?"

Frederik: Los lectores ven que la importancia es mayor si ven que es parte de una investigación global, porque ven que no es solamente alemán sino global. Y los dos creemos en el poder de las colaboraciones investigativas internacionales. Personalmente creo que aquí estamos hablando sobre problemas globales y de malas conductas globales. Y es lógico enfrentarnos a estos problemas con una colaboración global internacional investigadora.

Nosotros dos no podríamos haber llegado a una investigación tan en profundidad haciéndolo solos, porque cada historia en sí misma se beneficiaba de los expertos y de los compañeros de otros países que contribuían con su conocimiento. Era maravilloso ver como en cada historia era el grupo lo que lo convertía en una buena historia al final. No recuerdo ninguna historia en la que llegáramos a tal nivel de calidad.

¿Y como se coordina una investigación entre tantos profesionales?

Bastian: Tenemos una especie de Facebook para compañeros, se llama iHub y es una herramienta que desarrolló el ICIJ. Formas un grupo y puedes hacer consultas. Por ejemplo, comentas: Tengo a este tipo, es un agente privado, y ha fundado unas 10 o 12 empresas. Sabemos que tiene un alias y necesitamos ayuda para informarnos sobre cómo actúa en Colombia, o en Austria. Entonces algún periodista de Austria o de Colombia escribía justo debajo: Mira, he encontrado esto en nuestro registro, si me das más información quizá pueda encontrar más cosas. Es muy fácil. Recibes una notificación si alguien escribe en alguna de tus preguntas, así que siempre estás al día, sabes lo que está pasando. Puedes compartir tú trabajo. Era como una gran maquinaria colaborativa y funcionó increíblemente bien.

¿Corrió peligro la investigación en algún momento a causa de las presiones?

Frederik: No, y sobre todo después de que saliera la primera noticia hubiera sido imposible cerrarlo, si lo llegas a cerrar en un país, habría habido otros periodistas que hubieran seguido investigando e informando. Es uno de los aspectos de esta colaboración, que protege a los periodistas. No tiene sentido parar a uno de nosotros, porque hay tantos otros que seguirán informando. Eso protege la vida de los periodistas como en África o latinoamérica, y a la vez nos ayuda con los aspectos legales.

"No hay manera los bancos puedan pararlo. Dicen que demandarían cualquier tipo de información errónea que publiquemos, y eso significa que hay que tener mucho cuidado, pero eso solo obliga a ser muy riguroso"

Bastian: En estos días hay gente que tiene dinero y poder para frenar a un solo periódico o a un solo reportero, sometiéndole a alguna ley restrictiva, pero es imposible frenar a 400, porque no hay tanta gente en el mundo que tenga el poder financiero para hacer esto. El hecho de que 400 personas tengan acceso a los datos es muy importante para la seguridad, porque ya no tiene sentido intentar frenar a nadie. ¿Quién va a ejercer una presión a escala mundial?

Bancos, grandes fondos de inversión...

Bastian: No estamos en una situación en la que tengamos mucho contacto con el capital, así que no tenemos presión por ese lado. Sí por parte de abogados de grandes empresas, o de ricos que mandan cartas legales, después de haberles contado lo que queremos publicar, nos dicen que nos van a demandar si ven algún error, o alguna mentira publicada.

Frederik: No hay manera que negocios como los bancos puedan pararlo. Por supuesto, los bancos son informados, y ellos dicen que demandarían cualquier tipo de malversación en la información que publiquemos, y eso significa que hay que tener mucho cuidado, pero eso solo obliga a ser muy riguroso.

Bastian: No hay presión en el sentido de que cancelarían la publicidad en nuestros periódicos porque ellos tengan miedo de que nosotros vayamos a informar sobre esto. Lo que sí que vemos es que casos en los que nosotros compañeros encontraron a propietarios de medios de comunicación, ayudaba a argumentar: Oye, si no hacemos que esto sea transparente, otro periodista alrededor del mundo lo hará, así que ayuda para que nuestros compañeros refuercen esa transparencia dentro del propio medio de comunicación en el que trabajan, y eso es un valor en sí mismo.

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