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Los refugiados rohinyás aumentan pero su suerte no cambia en Bangladesh

Tres personas, entre ellas dos niños, mueren en una estampida durante una entrega no autorizada de ropa en la carretera en un campo de refugiados improvisado de Balukhali

Los refugiados rohinya extienden su mano para alcanzar los suministros de socorro que les proporcionan las autoridades locales de Bangladesh, en el campamento improvisado de Cox. REUTERS / Mohammad Ponir Hossain

José Luis Paniagua/ EFE

El número de refugiados rohinyás llegados a Bangladesh superó este sábado los 400.000, pero su suerte no cambia y mientras el Gobierno de Dacca limita sus movimientos en su territorio, el Ejército de Birmania (Myanmar) entorpece su salida hacia el mar o el río Naf.

La ONU informó de que ya son 409.000 los rohinyás en Bangladesh, en un informe en el que también dio parte de la muerte de tres personas, entre ellas dos niños, en una estampida durante un reparto de suministros. Las tres personas fallecieron en una avalancha de gente durante una entrega no autorizada de ropa en la carretera en el campo improvisado de Balukhali, uno de los que han recibido el reconocimiento del Gobierno de forma más reciente y de mayor crecimiento en los últimos días.

Donantes privados y grupos de voluntarios están repartiendo ayuda en los campos sin ningún tipo de control ni coordinación con las agencias de la ONU, lo que está generando un caos mayor del ya existente en superficies completamente sobrepasadas en su capacidad de albergar personas.

Un niño refugiado de Rohingya, en su tienda en el campamento improvisado de Cox, en Bangladesh. REUTERS / Mohammad Ponir Hossain

Un niño refugiado de Rohingya, en su tienda en el campamento improvisado de Cox, en Bangladesh. REUTERS / Mohammad Ponir Hossain

El número de refugiados que se alojan en asentamientos "espontáneos" sigue aumentando y se sitúa ya en 229.000, mientras que unos 159.000 se encuentran en campamentos preexistentes, informó la ONU.

Aunque la cantidad de rohinyás en Bangladesh ha aumentado, las llegadas por mar y por el río Naf, que sirve de frontera natural entre ambos países, prácticamente se detuvieron este sábado.

Miles de rohinyás esperan cerca del río a poder cruzar al país vecino, un viaje que, según indicaron varios recién llegados a Efe, está impidiendo el Ejército birmano. "Hay pocos botes y el Ejército birmano no les está dejando llegar, hay que salir de madrugada o por la noche", contó Elías, un rohinyá que llegó a primera hora del día junto a su familia.

Explicó que cerca del río hay "muchísima gente esperando a poder pasar a Bangladesh". "Como 10.000 o 12.000 personas esperan a pasar en bote", dijo por su parte Shaha Jan, de 25 años, con un niño en brazos con el que también llegó en la misma embarcación.

Un hombre usa una vara para controlar a la multitud mientras proporciona suministros de socorro a los refugiados Rohingya en el campamento de Cox, en Bangladesh. REUTERS / Mohammad Ponir Hossain

Un hombre usa una vara para controlar a la multitud mientras proporciona suministros de socorro a los refugiados Rohingya en el campamento de Cox, en Bangladesh. REUTERS / Mohammad Ponir Hossain

El comandante de Guardacostas de la zona oriental de Bangladesh, Shahidul Islam, indicó que han notado una disminución de las llegadas a través del río y el litoral marino pero desconocen los motivos. "No estamos al tanto de si el Ejército de Birmania esté impidiéndoles salir", añadió.

Los refugiados comenzaron a huir el pasado 25 de agosto, cuando se produjo un ataque insurgente de un grupo rohinyá que fue respondido con una campaña militar que ha dejado un número indeterminado de muertos, aldeas quemadas y testimonios de abusos contra la población civil.

La Alta Comisaría de la ONU para los Derechos Humanos ha tildado esta campaña de "limpieza étnica de libro".

Una mujer refugiada rohinya con su bebé en brazos en el campamento de Cox, en Bangladesh. REUTERS/Mohammad Ponir Hossain

Una mujer refugiada rohinya con su bebé en brazos en el campamento de Cox, en Bangladesh. REUTERS/Mohammad Ponir Hossain

Sin embargo, en Bangladesh las cosas no están siendo fáciles para esta comunidad musulmana a la que las autoridades birmanas consideran foránea y que las bangladesíes ignoran.

Bangladesh decidió hoy prohibir a la población arrendar viviendas o acoger en ellas a los rohinyás, cuyo movimiento quedará limitado "a campos determinados" del distrito de Cox's Bazar, en el sureste del país y donde se encuentran los campos de refugiados. "El registro del Departamento de Inmigración y Pasaportes y la administración local está en curso, con multitud de llegados esperando en colas a ser registrados", explicó en un comunicado la Policía de Bangladesh.

Los refugiados rohinyás se bañan en un estanque en el campamento improvisado de Cox, en Bangladesh. REUTERS/Mohammad Ponir Hossain

Los refugiados rohinyás se bañan en un estanque en el campamento improvisado de Cox, en Bangladesh. REUTERS/Mohammad Ponir Hossain

La Policía conminó también a conductores y transportistas a no llevar en sus vehículos a los rohinyás y pidió a la población que informe a las autoridades del posible incumplimiento de estas órdenes.

Por su parte, Unicef comenzó una campaña en los campos de refugiados para vacunar a alrededor de 150.000 niños menores de quince años de rubeola y sarampión, además de proveer de vitaminas a los menores, como parte de un programa que se extenderá durante los próximos días. 

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