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El régimen de los ayatolás se acoge al acuerdo nuclear para sobrevivir

Jamenei, líder supremo de Irán, vende una imagen aperturista con Rohaní mientras recrudece la represión. Ahogado por las sanciones económicas, Teherán se acerca a EEUU para sacar al país del aislamiento

SERGIO LEÓN

Los negociadores de Irán fueron recibidos como héroes a su regreso a Teherán. Habían cerrado un acuerdo histórico y el régimen islámico no tardó en vender a la población las bondades del pacto por el que se compromete a congelar durante seis meses parte de su programa nuclear a cambio de un alivio parcial de las sanciones económicas. Sin embargo, mientras la popularidad del presidente Hasán Rohaní se dispara de cara al exterior, la mayoría de los iraníes prefieren recibir la noticia con cautela a la espera de que de verdad mejore la maltrecha situación del país.

En el último año, el día a día en Irán se ha vuelto realmente caro. En algunos casos, insoportablemente caro. El precio de los productos básicos, como el pan o el arroz, se ha disparado. Según la revista Forbes, mientras los salarios se mantienen en el mismo nivel, el té ha subido un 101%, las habas un 94% y las verduras un 80%. El precio de la vivienda ha ascendido también un 254%.   

El precio de los productos básicos, como el pan o el arroz, se ha disparado en el último año

Rohaní no ha dudado en culpar de esta coyuntura a los ocho años de Gobierno de Mahmud Ahmadineyad. El mandatario, en un alegato de herencia recibida, denunció en una reciente entrevista que en 50 años no había habido en Irán una combinación tan perniciosa de altos niveles de recesión e inflación. Criticó también las deudas y compromisos de su predecesor, que ascienden a 133.000 millones de dólares y que la Administración iraní, según él, tardaría 16 años en devolver.

Desde su llegada al poder, el presidente iraní ha prometido cambiar de arriba a abajo el país persa. Desde mejorar la situación económica hasta introducir cambios democráticos. Su discurso aperturista le ha servido para ganarse la confianza de las potencias occidentales que se han comprometido a rebajar las sanciones que asfixian la economía de la segunda reserva de petróleo del planeta. La realidad dentro del país es otra.

'Rohaní afloja por fuera pero aprieta por dentro', explica Nazanín Armanian, analista política y experta en Oriente Próximo, para definir el recrudecimiento de la represión. 'El Consejo de Guardianes -el órgano que dirige el país- se ha deshecho de Ahmadineyad por su mala imagen y han colocado en su lugar a otro con una sonrisa en la boca y un perfil distinto, pero que continúa con la pedagogía del terror', incide Armanian. 

'El dinero liberado nunca llegará a los iraníes de a pie, se repartirá entre los gestores económicos del país'

En este punto, el periodista e historiador Manuel Martorell, también especialista en Oriente Próximo, aporta un dato esclarecedor y estremecedor a partes iguales: sólo en los cien días que Rohaní lleva en el poder se ha llevado a cabo un tercio de las ejecuciones que se han producido en Irán en todo el año. 'Parece evidente que el régimen no tiene ninguna intención de implementar ninguna de las medidas prometidas por el presidente', apunta Martorell.

¿Hay un conflicto de intereses entre el régimen y el supuesto mandatario aperturista? Tanto Armanian como Martorell consideran que la victoria de Rohaní en las últimas elecciones se debe a una estrategia del ayatolá Alí Jamenei, el 'líder todopoderoso' de Irán, que, ante el temor a una sublevación popular, no ha tenido más remedio que hacer un acercamiento a Occidente.

'Ante la grave situación económica, el régimen dio el visto bueno al acuerdo nuclear con la idea de que con ello aplacaría una revolución de millones de personas, de millones de hambrientos', ahonda la analista, que cree que el levantamiento de las sanciones económicas no mejorará 'las penurias de la población. Rohaní es neoliberal hasta la médula. El dinero liberado nunca llegará a los iraníes de a pie, se repartirá entre los gestores económicos del país'.

'El acuerdo nuclear sostiene al régimen desde el punto de vista económico y político'

Martorell insiste en que 'Rohaní no es el comienzo en una etapa reformista, sino que es el último cartucho del régimen para sobrevivir'. El periodista explica su teoría dentro de un contexto de crisis del islamismo chií, con Irán como gran exponente, ante el avance de los movimientos sunníes, como en el caso de la guerra en Siria, que, a juicio del historiador, se están imponiendo como el modelo de referencia en el mundo islámico. 'El régimen iraní no se quiere quedar aislado del mundo. Rohaní no ha sido elegido porque sí. Colocar a un aperturista forma parte de la estrategia de los ayatolás para no quedar totalmente aislados y el acuerdo nuclear sostiene al régimen desde el punto de vista económico y político', completa.

El historiador sí cree que el alivio de las sanciones occidentales desahogará, al menos en parte, a la población iraní que, a juicio de la analista Armanian, sufre las consecuencias 'del fracaso de un programa nuclear que ha supuesto, según datos del propio régimen, 170.000 millones de dólares perdidos'. Ante ello, Martorell apunta que el acuerdo con Occidente permitiría subsanar la escasez de materias primas en la industria, que mantienen el sistema productivo, y ayudaría a recuperar la moneda iraní y abaratar las exportaciones, también escasas.

Sin embargo, esa soñada recuperación puede encontrarse con un enemigo tan poderoso como cercano. El ala más dura del Consejo de los Guardianes, los tecnócratas y los bazaríes (la burguesía comercial que controla el mercado negro) no están para nada de acuerdo con el 'cambio de 180º' de Jamenei al que acusan junto a Rohaní de vender el país ante los intereses de EEUU, y que podrían llegar a sabotear el pacto nuclear, 'la última oportunidad para hacer las paces con Occidente', advierte Armanian.

'Washington no sólo ha derrotado al régimen iraní, sino que no ha utilizado ni una sola bala'

No es la única forma por la que el pacto se podría ir a pique. La experta en Oriente Próximo destaca que durante los seis meses que dura el acuerdo podrían producirse 'ataques externos de bandera falsa' -operaciones encubiertas que aparentan haber sido diseñadas por terceros-. Apunta directamente a uno de los enemigos históricos de Irán, Israel, que durante años se ha servido del programa nuclear iraní para condicionar la política exterior de EEUU y de Europa occidental, por su empeño por hacerse con la hegemonía en la región.

Armanian es tajante a la hora de decir que el 'vencedor absoluto' del acuerdo entre Teherán y las potencias mundiales es el presidente estadounidense, Barack Obama, del que, por otro lado, no tiene claro si aguantará las presiones de sus aliados en la zona. 'Irán es consciente de que no puede permitirse romper el pacto. Saben que la única forma de ser un país poderoso en la región es acercarse a EEUU. Teherán ha perdido ideológicamente. Washington no sólo ha derrotado al régimen iraní, sino que no ha utilizado ni una sola bala. Es un triunfo histórico de Obama y su política de sanciones', concluye.

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