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La resistencia de las milicias prorrusas hace tambalearse el acuerdo de paz para Ucrania

Richard Balmforth y Aleksandar Vasovic / REUTERS

Un acuerdo alcanzado la semana pasada para evitar un agravamiento del conflicto en Ucrania se tambaleaba el lunes, mientras los separatistas prorrusos continuaban sin dar señales de abandonar los edificios gubernamentales que tienen tomados. Responsables de Estados Unidos y la Unión Europea dicen que impondrán nuevas sanciones económicas contra Rusia si los separatistas no dejan los edificios públicos que han ocupado en las últimas dos semanas en el este de Ucrania.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó el lunes a Kiev, donde se espera que anuncie un paquete de asistencia técnica. La visita está considerada sobre todo como un gesto simbólico de apoyo a las nuevas autoridades ucranianas. 'Instará a la urgente aplicación del acuerdo alcanzado en Ginebra la semana pasada y también dejará claro (...) que habrán crecientes costos para Rusia si elijen la desestabilización en vez de una vía constructiva en los próximos días', dijo un alto cargo estadounidense a los periodistas.

Rusia, Ucrania, la Unión Europea y Estados Unidos firmaron el jueves un acuerdo en Ginebra para disminuir las tensiones en la zona, en el peor enfrentamiento entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría. El acuerdo pide que los edificios ocupados sean liberados bajo auspicio de los enviados de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Además, todas las partes deben abstenerse de usar la fuerza. Sin embargo, apenas fue firmado, ambas partes se acusaron mutuamente de romperlo y los rebeldes prorrusos dijeron que la promesa de retirarse de los edificios ocupados no era vinculante para ellos.

Un mediador de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) mantuvo su primera reunión en Slaviansk, una localidad que los rebeldes han convertido en un baluarte fuertemente custodiado. Mark Etherington dijo que preguntó al autoproclamado 'alcalde del pueblo', el prorruso Vyacheslav Ponomaryov, si cumpliría con el acuerdo de Ginebra, pero no se refirió a la posible respuesta de Ponomaryov. Etherington dijo que también consultó sobre las personas detenidas en Slaviansk, incluyendo la alcaldesa hasta el levantmiento y cuyo paradero no está claro.

Los separatistas dijeron que no se desarmarán hasta que no haga lo propio el Sector de Derechas, un grupo nacionalista ucraniano del oeste del país. Según Rusia, miembros de ese grupo han amenazado a rusófonos. Occidente y Kiev dicen que la amenaza ha sido en gran parte inventada por los medios rusos para justificar la intervención de Moscú y alarmar a las áreas rusófonas.

Kiev y Moscú intercambiaron acusaciones por un tiroteo mortal ocurrido el domingo por la mañana, cuando al menos tres personas fallecieron en un puesto de control dirigido por los separatistas armados. Moscú y los separatistas acusaron a los nacionalistas ucranianos de atacar el puesto de control, pero Kiev dijo que Rusia había provocado la violencia. El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, calificó el ataque como un crimen y dijo que Kiev no estaba cumpliendo el acuerdo de Ginebra. Su homólogo ucraniano, Andriy Deshchytsia, contestó que Ucrania estaba participando en negociaciones encabezadas por la OSCE junto con diplomáticos rusos, que deberían haberle informado de las medidas que Kiev estaba tomando.

Un diplomático europeo dijo que el acuerdo de Ginebra es un modo para el presidente ruso, Vladimir Putin, de comprar tiempo y socavar el impulso hacia unas sanciones más duras. 'Las conversaciones y los compromisos son simplemente parte de suu táctica', dijo el diplomático. 'Quiere tener Ucrania'.

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