Público
Público

Rousseff achaca el 'impeachment' a "la vena golpista latente" en Brasil

La presidenta brasileña condena la exaltación de la tortura por parte de los diputados de la oposición durante la votación y afirma que detrás del proceso existen cuestiones de género.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante la rueda de prensa con los corresponsales extranjeros en el Palacio Planalto, la sede de la Presidencia, en Brasilia. REUTERS/Ueslei Marcelino

AGENCIAS

BRASILIA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha condenado el proceso de impeachment (juicio político) que el Congreso ha lanzado en su contra a la existencia de una "vena golpista latente", insistiendo en que no hay fundamento jurídico para cesarla. Rousseff se ha reunido este martes con la prensa extranjera para dar su versión sobre la crisis política que vive el gigante suramericano, apenas 24 horas después de que la Cámara de Diputados votara a favor de que el Senado celebre un juicio político en su contra.

La mandataria ha reiterado que no hay base legal para el impeachment' porque las "pedaladas fiscales" (aumentar el gasto público sin la autorización del Gobierno) no encajan en el supuesto de hecho "grave" que recoge la Constitución para el juicio político. Rousseff ha afirmado que todos los gobiernos anteriores han incurrido en la misma práctica contable sin que se haya impulsado un juicio político contra sus presidentes. "No tengo ninguna causa por corrupción, no hay ninguna prueba de que haya actuado con mala fe", ha subrayado.

Por ello, ha esgrimido en que es víctima de "una conspiración" porque "la única forma de llegar al poder en Brasil", tras la introducción del voto electrónico que garantiza la limpieza de los comicios, es con "una elección indirecta".

Para Rousseff, su vicepresidente, Michel Temer, y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ambos del PMDB -otrora principal aliado del Gobierno- han orquestado el impeachment porque "de otra forma, con el voto directo, no tendrían acceso al poder".

La líder izquierdista ha advertido, no obstante, de que Temer "está vendiendo tierras en la Luna" porque el proceso de juicio político solamente traerá más "inestabilidad política" en un momento en el que Brasil intenta sobrevivir a la crisis económica.

La presidenta insistió en que en el país está en marcha una "ruptura del orden democrático" que difiere de los golpes de estado tradicionales, pero de todos modos apunta a desconocer el mandato de las urnas y es "un golpe".

Rousseff reiteró que el proceso en su contra carece de base legal pues la acusación se fundamenta en unas maniobras fiscales que "no suponen un delito de responsabilidad", como la Constitución define las causas que pueden llevar a la destitución de un mandatario.

También volvió a asegurar que si el Senado, que tiene ahora el proceso en sus manos, decide instaurar el juicio político, lo que la llevaría a dejar el cargo mientras dure el trámite, se propone "resistir", aunque sin aclarar de qué forma.

"Vena golpista"

La dirigente no se ha mostrado sorprendida por estas intrigas. "Brasil tiene una vena golpista latente. Si nos fijamos en la trayectoria de todos los presidentes a partir de Getúlio Vargas, vemos que el impeachment se ha usado sistemáticamente como un instrumento contra los presidentes electos", ha dicho.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante la rueda de prensa con los corresponsales extranjeros en el Palacio Planalto, la sede de la Presidencia, en Brasilia. REUTERS/Ueslei Marcelino

Rousseff ha recordado que desde la restauración democrática todos los jefes de Estado han sido víctimas de denuncias de impeachment en el Congreso, aunque el único precedente es el de Fernando Collor, que en 1992 fue "infelizmente" cesado en un juicio político.

En el contexto de esta revisión histórica, ha lamentado que el diputado Jair Bolsonaro "homenajeara" al coronel Carlos Alberto Brilhante, torturador de la dictadura militar, durante el breve alegato que realizó el lunes para votar a favor del impeachment.

"Estuve presa en los años 70 y conocí bien a este señor. Fue uno de los mayores torturadores de Brasil, pero contra el recayeron también otras acusaciones por muertes, de acuerdo con la Comisión de la Verdad", ha contado.

"Lamento que en estos momentos Brasil haya dado espacio para este tipo de odio y de rabia. Es terrible ver a alguien defendiendo a este torturados. Es lamentable", ha añadido, de acuerdo con el Palacio de Planalto.

"Esto no pasaría si el presidente fuera un hombre".

Rousseff insinuó que detrás del proceso que la puede llevar a perder el cargo existen también cuestiones de género y aseguró que "esto no pasaría si el presidente fuera un hombre".

La presidenta afirmó que en el trámite para un juicio político percibe "varios tipos de violencia" y aseguró que "hay mezclado también un alto grado de prejuicios" que vinculó a su condición de mujer.

"Creo que hay un componente fuerte" de machismo, indicó la jefa de Estado, quien citó reportajes aparecidos en la prensa local que calificó de "misóginos" y ofensivos con las mujeres.

"Han dicho que estoy nerviosa, histérica, desequilibrada y hasta han insinuado que soy autista", apuntó la presidenta, quien aseguró que esos calificativos no habrían sido usados con un hombre. "No soy de desesperarme. Tengo capacidad de lucha. Soporté la dictadura y la tortura. Pero lamento profundamente el alto grado de prejuicios contra las mujeres", declaró.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional