Los ruandeses acudieron masivamente a votar en las segundas elecciones presidenciales que celebra el país desde el genocidio de 1994, en las que el actual jefe de Estado, Paul Kagame, cuenta con arrasar y revalidar su cargo por otros siete años.

Será la segunda reelección de Kagame y la última que permite la Constitución del país, donde la oposición no ha podido presentarse a los comicios sus principales líderes están en la cárcel o bajo arresto domiciliario y ha acusado al presidente de reprimir cualquier voz crítica equiparándola a la ideología del genocidio.

Los tres rivales de Kagame a los que se ha permitido presentar su candidatura son débiles y asociados hasta hace poco al partido en el poder, el Frente Patriótico Ruandés (FPR). Según los analistas, se espera que el electorado vote masivamente por Kagame, en parte por los logros conseguidos en desarrollo económico y avances sociales y en parte por la eficaz represión.

Tras votar en la capital, Kagame dijo que no era su labor crear una oposición y que su foco seguirá siendo el crecimiento económico.

Los electores aguardaron desde antes del amanecer la apertura de los colegios electorales. 'Creo que Kagame ganará porque ha desarrollado el país y ha traído seguridad', dijo en un centro de votación Floridine Umurenge, desempleada y madre de dos hijos.

'El ambiente político ha estado marcado por preocupantes sucesos que parecen ser intentos de restringir la libertad de expresión y asociación', afirmó por su parte el secretario del Centro Internacional sobre Política y Conflicto, Ndung'u Wainaina.