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Sangriento atentado en los juzgados de Nueva Delhi

Un grupo islamista se atribuye la explosión, en la que mueren 11 personas

ELISA RECHE

A la segunda va tristemente la vencida. Después de la explosión sin víctimas que se produjo el 25 de mayo en el aparcamiento del Tribunal Superior de Nueva Delhi, un nuevo atentado en la puerta principal del juzgado causó ayer la muerte de 11 personas y dejó 76 heridos.

Mientras testigos, abogados y litigantes hacían fila para entrar a la Corte, a las diez y cuarto de la mañana un hombre se adelantó súbitamente en la cola, dejó un maletín en el suelo y se retiró. El maletín estalló al poco tiempo.

El tribunal de la capital india ya sufrió un ataque fallido en mayo

'De pronto escuché un enorme estruendo. No sabía si dos coches habían chocado en la entrada. Me asomé al exterior y vi decenas de cuerpos tirados en el suelo, algunos de ellos despedazados', explicó a Público Mithilesh Mishra, un joven abogado que acude al Tribunal de Nueva Delhi desde hace dos años.

'Solamente quieren causar destrucción y miedo', murmuraba el letrado Vivek Gupta, ataviado con el traje negro y camisa blanca oficial y aliviado de que sus clientes hubieran evitado la explosión por escasos metros.

Un cráter profundo se abrió en el asfalto, justo delante de la entrada del Tribunal, en cuyo interior podría haber, según algunos testimonios, unas 2.000 personas. La Corte está situada en una zona privilegiada de la capital india, muy cerca del Parlamento, que suspendió sus sesiones.

Los terroristas amenazan con más atentados si no es liberado un preso

La Policía de Nueva Delhi hizo públicos los esbozos de los dos presuntos autores del ataque: dos hombres barbudos de 26 y 50 años. Harkat-ul-Jihad Islami, un grupo terrorista bangladesí-paquistaní afiliado a Al Qaeda, reivindicó la autoría del atentado. En un correo electrónico dirigido a la Agencia Nacional de Investigación India, la organización islamista, que lucha por la causa de los musulmanes en la disputada región de Cachemira, amenazó con nuevos atentados si no es anulada la pena de muerte para el responsable del ataque al Parlamento indio en 2001.

'Si el condenado a muerte, Afzal Guru, hubiera sido ejecutado, el Tribunal Superior no se habría convertido en el centro del ataque de quienes quieren liberarlo', consideró Brahma Chellaney, analista del Centro de Investigación Política.

El primer ministro del país, Manmohan Singh, de visita en Bangladesh, calificó el atentado como 'un acto cobarde'. 'Nunca sucumbiremos a la presión terrorista', afirmó en Dacca en la primera visita oficial de un primer ministro indio al país surasiático en 12 años.

En un momento en el que el Gobierno indio sufre un severo descrédito por varios casos de corrupción masiva, la mayoría de los medios volvieron a cuestionar la eficacia de las Fuerzas de Seguridad para evitar los frecuentes atentados que sufre el subcontinente, como el de julio en Bombay, la capital financiera de India, en el que murieron 26 personas.

Varios canales de televisión mostraron imágenes de Rahul Gandhi, el joven heredero de la corona del gobernante Partido del Congreso, siendo abucheado por las víctimas del atentado en un hospital de Nueva Delhi.

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