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Sarkozy, acusado de recibir dinero negro de L'Oréal

La ex contable de la multimillonaria Liliane Bettencourt se confiesa a la prensa y a la policía

ANDRÉS PÉREZ

La hora de la verdad sonó ayer para Nicolas Sarkozy en el caso L'Oréal sobre las relaciones de su equipo con la multimillonaria evasora de impuestos Liliane Bettencourt. Y sonó por la boca de una contable, Claire T., que estuvo trabajando durante años para la mujer más rica de Francia, antes de confiarse, esta semana, a la policía financiera y a la web de información Mediapart.

Lo que dijo es una auténtica bomba para el presidente de Francia: con pelos y señales detalló como 150.000 euros en metálico fueron, ilegalmente, desde cuentas de los Bettencourt hasta la campaña electoral que llevó al poder a Sarkozy en 2007.

El hoy ministro de Trabajo, Woerth, recibió 150.000 euros en metálico

La contable fue interrogada el lunes por los policías que investigan la multimillonaria trifulca en que se ha convertido el caso L'Oréal. Según Mediapart, la contable indicó a la policía que en 2007 Eric Woerth, hoy ministro de Trabajo, entonces tesorero del partido conservador UMP y tesorero de la campaña de Sarkozy, recibió de Bettencourt 150.000 euros en metálico. Lo sabe porque el director del bufete de gestión de fortunas Clymène, Patrice de Maistre, le había solicitado que, como apoderada, sacara esa suma de las cuentas de Bettencourt. 'De Maistre me dijo que iba a cenar muy pronto con Woerth con el fin de entregarle discretamente, como así me dijo, los 150.000 euros. Y efectivamente esa cena tuvo lugar muy pronto', explicó la contable.

La puya más dolorosa para Sarkozy de este testimonio es que la contable asegura que, de ese monto, 100.000 euros en metálico tuvieron que salir 'no de la cuenta de Vevey, sino más bien de la de Ginebra'. Esas dos cuentas suizas, junto con una isla en las Seychelles, son precisamente los haberes que la multimillonaria ocultó al fisco, con ayuda del bufete Clymène, que empleaba a la esposa del ministro Woerth, Florence, bajo la dirección de Patrice de Maistre.

Tras dos semanas de revelaciones que contradicen las versiones del Gobierno, y tras el cese de dos secretarios de Estado el fin de semana, la de ayer fue la gota que colmó el vaso. De Maistre fue interrogado por la policía financiera. Mientras, en la Asamblea Nacional la oposición de izquierdas volvió a preguntar al Gobierno sobre el conflicto de intereses. Como no recibieron respuestas, sino acusaciones del Gobierno de no respetar 'la presunción de inocencia', los diputados abandonaron el hemiciclo.

Los fondos salieron de una cuenta en Ginebra que se ocultaba al fisco

Las consecuencias políticas para Sarkozy son terroríficas. El dispositivo que había imaginado hace sólo 72 horas para ir capeando el temporal saltó ayer por los aires. En el campo conservador, le exigieron que cambiara de Gobierno y que 'hable directamente a los franceses'.

El presidente ayer se refugió en una visita a un hospital. '¡Qué época, qué vileza!', suspiró, antes de denunciar 'la calumnia que sólo tiene el objetivo de mancillar'. Aprovechó un momento de su circunloquio para dejar caer una frase que, normalmente, no tiene curso en tales situaciones: 'He sido elegido por cinco años, y hasta el último segundo proseguiré este trabajo', dijo.

Sarkozy respondía así a la indirecta que le lanzó la líder socialista Martine Aubry hace cuatro días, al decir que la izquierda está preparada 'no sólo para gobernar', sino para 'reparar Francia tras tres años de sarkozysmo'.

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