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Tensión en el inicio del proceso de paz entre las FARC y el gobierno colombiano

La mesa de negociación pone de manifiesto un desacuerdo abismal de posiciones entre los representantes del Ejecutivo y de la guerrilla

ANTONIO ALBIÑANA

Un desacuerdo abismal de posiciones y una clara tensión entre las partes constituyó la nota más destacada en la inauguración de la mesa de negociación para la fase decisiva en los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y los representantes de la guerrilla de las FARC, en Noruega.

A las 8 y media de la mañana se instaló la mesa con los garantes y acompañantes del proceso de paz en el Hotel Hurdal, a unos cien kilómetros de Oslo, después de una noche en las que las delegaciones acordaron cómo iba a ser la presentación formal de un proceso que, un día más tarde de lo previsto, debido a que el mal tiempo de estos días en Colombia dificultó la salida de algunos negociadores de la guerrilla desde la selvas se abrió en su segunda y decisiva fase, con Cuba y Chile, Venezuela y Noruega, como garantes y acompañantes del proceso.

Precisamente el delegado cubano, Abel García, anunció que el próximo 15 de Noviembre se instalará en Cuba la segunda fase de las negociaciones empezando por el punto 'desarrollo agrario integral'.

En su intervención, el delegado del Presidente Santos, Humberto de la Calle, antiguo vicepresidente del Presidente Samper, puso el acento en la necesaria confidencialidad de las negociaciones, anunciando un referéndum al final de las negociaciones para que los acuerdos sean suscritos a nivel general. 'No se trata de que las FARC depongan las armas, sino de que las sigan defendiendo en democracia, sin necesidad de rendirse, ni plegarse a nuestras ideas', afirmó de la Calle, quien anticipó que como resultado de la negociación se podrá dar la 'garantía de la vida y la libertad de expresión de los guerrilleros una vez se hayan convertido en partido'.

La intervención de Iván Márquez, en nombre de las FARC, que duplicó en tiempo al delegado del Gobierno, fue extremadamente dura, pidiendo reformas económicas estructurales y la salida de las multinacionales y el arrepentimiento oficial por el terrorismo de Estado que se dio especialmente bajo el Gobierno de Álvaro Uribe. 'La extranjerización de la tierra y el desastre ambiental por parte de las transnacionales desenmascaran a ese asesino metafísico que es el mercado (...) hay que sentar al neoliberalismo en el banquillo de los acusados'.

En las ruedas de prensa que siguieron, se mostró la tensión entre ambas partes. Humberto de la Calle se centró en los cinco puntos acordados en la Habana (política agraria, participación en política, drogas, víctimas y fin del conflicto) diciendo que si la guerrilla quiere ir más allá deberá ganar las elecciones. Mientras que los portavoces de las FARC reiteraron su voluntad de que haya una participación popular en el proceso, deslegitimando al actual parlamento de Bogotá para que legisle sobre la futura paz e insistiendo en un proceso constituyente.

El escollo más importante del proceso va a ser sin duda el mantenimiento de las hostilidades mientras dure la negociación, que el gobierno quiere que sea rápida, pero la guerrilla anuncia que será prolongada en el tiempo. Ambas partes van a 'poner muertos sobre la mesa' para mostrar su fuerza y presionar al contrario.

En los últimos cuatro días la guerrilla ha realizado acciones en Arauca y Valle con el saldo de tres civiles muertos y 24 heridos y el domingo actuó contra un puesto del ejército en Tame, con un muerto y decenas de heridos.

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