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"Ellos tres murieron noblemente; no causéis disturbios en su nombre"

Nuevas detenciones por el triple atropello mortal de Birmingham

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Los alrededores de la gasolinera de Birmingham donde murieron atropellados, en la madrugada del miércoles, tres musulmanes de origen asiático volvieron a ser objeto ayer de emotivos homenajes por parte de las comunidades étnicas de la ciudad.

Cientos de personas depositaron ofrendas en el epicentro de una tragedia que ha disparado el temor a un aumento de la tensión racial en Birmingham, la segunda ciudad más poblada de Inglaterra (cerca de un millón de habitantes), donde la mayor comunidad étnica es la asiática (el 19% de la población), por delante de la negra (el 6%).

La Policía detuvo ayer a tres jóvenes por su presunta vinculación con la muerte de los tres musulmanes de nacionalidad británica que, junto a otras 80 personas, trataban de proteger de los saqueadores los comercios del barrio de Winson Green. En cambio, el juez dejó en libertad bajo fianza al joven de 32 años que fue arrestado el miércoles por ese crimen.

La ciudad no registró ningún incidente significativo en las noches del miércoles y el jueves después de que se desplegaran más de mil agentes en sus calles. El jefe de la Policía regional, Chris Sims, aseguró ayer que el mensaje conciliador de Tariq Jahan, cuyo hijo Haroon de 21 años falleció en los incidentes, rebajó la tensión racial en Birmingham. 'Su intervención fue decisiva porque evitó estallidos de violencia entre las comunidades. Seguro que hizo reflexionar a mucha gente', señaló Sims a la BBC.

'He perdido a mi hijo. Negros, asiático y blancos. Todos vivimos en la misma comunidad. ¿Por qué tenemos que matarnos entre nosotros? Da un paso adelante si quieres perder a tu hijo. De lo contrario, vete a casa. Pedimos calma y unidad a las comunidades', dijo Jahan en su emotiva declaración del miércoles.

Pese a esas palabras, pocos dudan en Birmingham del ambiente de tensión que se respira en la comunidad musulmana después de la muerte de tres de sus miembros. Así se constató en la vigilia que reunió la noche del miércoles, tras la última oración, a unos 300 musulmanes y sijs.

Allí se produjo un acalorado debate sobre cómo responder a las muertes. Algunos querían emprender una marcha por la ciudad para denunciar los ataques, que atribuyeron a miembros de la comunidad negra. Pero desistieron después de que la mayoría alertara del riesgo de que la manifestación desencadenase enfrentamientos. 'Ellos murieron noblemente; no causéis disturbios en su nombre', les advirtió un familiar.

Testigos citados por el diario The Guardian parecen abonar la tesis del motivo racial, al asegurar que coches conducidos por afrocaribeños dieron cuatro vueltas por los alrededores de la gasolinera en la que fueron atropellados los musulmanes, con el claro objetivo de atacar a los que defendían los comercios.

Además, el obispo del barrio de Aston, Andrew Watson, alertó ayer, después de reunirse con la comunidad musulmana en una mezquita, de posibles brotes 'potencialmente motivados por una dimensión racial'. El líder religioso aseguró a la cadena CNN que los incidentes podrían deberse al aumento del desempleo en el empobrecido barrio de Winson Green y a las tensiones ocasionales entre asiáticos y negros.

Las comunidades turcas, bangladesíes o sijs también han defendido en otras ciudades inglesas sus tiendas y templos de los saqueadores.

 

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