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Un vídeo capta el momento en el que los terroristas abren fuego en el Museo del Bardo

Una turista grabó los instantes previos al ataque en Túnez. Las autoridades buscan al tercer atacante que logró huir

 

AGENCIAS

Son los momentos previos al ataque en el Museo del Bardo de Túnez de la semana pasada. El diario La Repubblica ha difundido un vídeo grabado por una turista italiana que muestra el momento en el que los terroristas entran en el edificio y comienzan a disparar indiscriminadamente. Los visitantes se ven obligados a correr y a esconderse.

Una semana después del ataque que acabó con 23 muertos, las autoridades tunecinas prosiguen aún la búsqueda del único terrorista que logró huir de la escena del crimen. Una persecución hasta la fecha infructuosa y que se realiza en medio de una profunda remodelación y purga de los servicios de seguridad nacionales, acusados de cometer una larga cadena de fallos que propició la masacre.

En los últimos días, el Gobierno dirigido por Habib Essid ha cesado a medio centenar de altos cargos, entre ellos los jefes de la Policía de El Bardo y Túnez capital, el responsable de la Brigada de Inteligencia y el encargado de Fronteras y Extranjería. Asimismo, ha purgado a más de cuarenta cargos intermedios en el Ministerio de Interior y en las Fuerzas Armadas, después de que el martes admitiera la existencia de infiltrados y de una "policía paralela".

La masacre ocurrió el pasado miércoles cuando un joven de unos veinte años abrió fuego contra un autobús en el aparcamiento del Museo del Bardo en el que viajaban unos 40 turistas, la mayoría de ellos de habla hispana. En esa primera ráfaga perecieron siete personas, entre ellas un matrimonio de jubilados de Barcelona.

Después, el terrorista y sus cómplices entraron en el Museo del Bardo, el más importante de Túnez, y tomaron a un número indeterminado de rehenes antes de ser acribillados a balazos por la Policía, acción en la que murieron otros trece turistas y una empleada tunecina.

La difusión el domingo de otro vídeo en el que se veía a tres hombres armados en el interior del museo obligó a las autoridades tunecinas a admitir que uno de los atacantes había logrado huir, y aumentó las sospechas sobre los servicios de Seguridad.

Un error que se suma a una larga cadena de fallos, ya que la Policía tenía a uno de los atacantes fichados desde que regresó en diciembre de forma clandestina desde Libia pero no lo detuvo al no considerarlo peligroso. Además, investigadores de Interior examinan por qué los agentes de Seguridad faltaban de sus lugares de trabajo en El Bardo y en el Parlamento en el momento de la masacre.

Las pistas apuntan hacia la región de Kasserine, un área montañosa en la frontera con Argelia en la que se concentran cientos de yihadistas tunecinos, pero también radicales procedentes de la mayoría de países del Sahel. Una especie de lanzadera desde la que muchos de ellos viajan a Libia, Siria e Irak para sumarse a las filas del Estado Islámico, y en la que buscan refugio cuando regresan de combatir en Oriente Medio.

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