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Cuba recibirá con los brazos abiertos al "hombre más peligroso del planeta"

Los cubanos sienten mucha simpatía por Francisco, tercer Papa que visita el país, por sus críticas al capitalismo y por su mediación en el acercamiento a Estados Unidos, algo que no le perdonan el exilio cubano en Miami ni los círculos más conservadores.

Cartel de bienvenida al Papa Francisco en una iglesia de La Habana.

FERNANDO RAVSBERG

LA HABANA.— Si nos guiamos por los criterios de la cadena televisiva estadounidense FOX, este fin de semana llega a Cuba "el hombre más peligroso del planeta". Se refieren al Papa Francisco, el primer latinoamericano y el primer jesuita que dirige la Iglesia Católica. Pero los cubanos no le temen y lo recibirán con mucha simpatía por sus críticas al sistema capitalista y por el papel mediador que tuvo en la negociación entre Cuba y Estados Unidos.

Francisco es el tercer Papa que visita Cuba pero seguramente será el mejor atendido. Existe en el gobierno cubano una identificación política con quien cuestiona el capitalismo expresando: "Queremos un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos... Y tampoco lo aguanta la hermana Madre Tierra".

No es raro que el propio Raúl Castro, comunista desde su adolescencia, confesara: "Me leo todos los discursos del Papa. Si continúa hablando así, les aseguro que volveré a rezar y regresaré a la Iglesia". Tampoco es extraño que el Nuevo Herald, principal periódico del anticastrismo de Miami, lo descalificara publicando que si Francisco "tiene vocación de revolucionario, ¿no debería ser en lugar de Papa un jefe sindical, un primer ministro o un líder guerrillero?".

El profesor cubano de historia de las religiones Enrique López Oliva asegura que la identificación es aún mayor porque "el Papa colaboró en el acercamiento con Estados Unidos, es latinoamericano y, sobre todo, pertenece a la orden de los jesuitas, en cuyas escuelas estudiaron Fidel y Raúl (Castro)". En ese mismo sentido, el Padre Alberto, un jesuita cubano, recuerda que hace unos años "tuvimos un hermano de la orden ingresado en un hospital cubano y Fidel llamaba cada día preguntando a los médicos '¿cómo está mi muchacho?'".

Para el gobierno la visita de Francisco, un sacerdote latinoamericano y jesuita, será sin duda mucho más fácil de gestionar que la de los Papas anteriores, ambos europeos conservadores y uno de ellos formado en el enfrentamiento contra el gobierno comunista de Polonia. Tampoco se esperan declaraciones políticas difíciles, en un mensaje del Papa Francisco transmitido por la televisión cubana el jueves por la noche, el Sumo Pontífice mantuvo su discurso dentro del terreno de la evangelización.

Del enfrentamiento al entendimiento

En 1959 el 75% del clero en Cuba estaba compuesto por extranjeros, sobre todo españoles cercanos al franquismo, que se enfrentaron a la naciente revolución. Incluso, en colaboración con los servicios de inteligencia de Estados sacaron del país a 14.000 niños sin sus padres, en la llamada Operación Peter Pan.

Por su parte el gobierno cubano expulsó del país a cientos de curas y monjas, limitó el acceso de nuevos religiosos, sustituyó los centros de educación católicos por escuelas públicas y discriminó a los creyentes. Con más o menos intensidad el enfrentamiento se mantuvo hasta los años 90.

En plena crisis económica, producto de la desaparición de la URSS, la Iglesia Católica y el Estado comienzan a acercarse. El gobierno cubano en busca de un interlocutor con credibilidad internacional y la Iglesia tras nuevos espacios para desarrollar una labor “evangelizadora” que le permitiera crecer.

El Vaticano asegura que el 60% de los cubanos son católicos pero es un porcentaje muy alejado de la realidad. El Jefe de Comunicación de la Iglesia Católica Cubana reconoció a Público que "somos una minoría, eso está clarísimo, siempre lo fuimos y tal vez lo seguiremos siendo". Según el profesor López Oliva, en la actualidad los cubanos bautizados son menos del 50% de la población y los católicos practicantes apenas el 1%.

Tres Papas después, los resultados de la alianza están a la vista, las relaciones de Cuba con EEUU se gestaron con el apoyo del Vaticano y la Iglesia cubana tiene acceso a las cárceles, hospitales, se les permitió crear centros de educación informales en los templos, un nuevo seminario y se flexibilizaron las cuotas de acceso de religiosos extranjeros. Este último punto es vital en un país en el que los ciudadanos prefieren los collares multicolores y la ropa blanca de la religión afrocubana antes que el negro de las sotanas católicas.

Las diferencias que persisten

No todo es color de rosas, aún hoy persisten problemas complejos entre La Habana y el Vaticano. El aborto, los derechos de la comunidad LGBT, la educación laica y la inexistencia los medios de prensa católicos, son algunos de los reclamos de la iglesia. Difícilmente el gobierno cubano ceda en temas como el aborto, el cual se considera un derecho de la mujer que se realiza sin coste en la sanidad pública. Tampoco es probable que se les permita abrir centros regulares de educación, que en Cuba es estatal, gratuita, laica y obligatoria.

El Padre jesuita Alberto, dijo a Público que en el terreno educativo, se pueden conformar con los cursos paralelos de formación profesional que ya existen en los templos. Sin embargo, agregó que "se espera que la Iglesia pueda tener un mayor acceso a los medios de prensa, en particular a la radio y la Televisión. Hasta ahora se trata de un acceso en fechas señaladas y aspiramos a tener un espacio habitual".

Algunos creen que la mayor concesión que ha hecho el Gobierno a la Iglesia Católica fue frenar el Código de Familia que incluye los derechos de la comunidad LGBT, entre otros el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo. Inexplicablemente, aún no ha sido debatido en el Parlamento a pesar de que se presentó hace una década y en su elaboración participó nada menos que Mariela Castro, la hija del Presidente.

En Estados Unidos viene lo difícil

La siguiente escala de Francisco es Washington, donde se convertirá en el primer Papa que hablará en el Congreso, de mayoría republicana y protestante. Para empeorar las cosas los congresistas católicos son extremadamente conservadores. Algunos de ellos, de origen cubano, no le perdonan haber colaborado con Obama en el acercamiento a Cuba, el cual consideran una "traición" al exilio cubano, comparable a la del presidente Kennedy cuando se negó a invadir Cuba tras la derrota de los anticastristas en Bahía de Cochinos.

Seguramente, Francisco sabe lo que le espera en Washington y, como buen jesuita, se habrá preparado concienzudamente para el desafío. De todas formas, tal vez lo más importante de la visita no esté en los actos protocolares sino en los contactos privados. Para el profesor López Oliva las dos escalas del viaje no son casuales, "Su Santidad continuará su mediación entre Cuba y Estados, dos países muy sensibles para América Latina, una región donde la iglesia tiene al 40% de sus fieles".

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