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Washington detiene a diez espías de Rusia

Ocho de los arrestados están acusados de realizar 'misiones encubiertas' en EEUU

ISABEL PIQUER

Cinco días después de que Barack Obama recibiera en la Casa Blanca al presidente ruso, Dimitri Medvedev, y le invitara a una hamburguesa en un restaurante de Washington, confirmando así las buenas relaciones personales entre los dos líderes, el Departamento de Justicia anunció ayer que había detenido a diez personas a las que acusó de llevar años espiando a Estados Unidos por cuenta de Moscú.

Al cierre de esta edición, se conocían escasos detalles de la redada, una historia que más bien parecía una novela de la Guerra Fría. Habría sido orquestada por el SVR, el sucesor del KGB. Parejas instaladas en barrios residenciales, casadas con hijos, vivían vidas anodinas, perfectas tapaderas que no hacían sospechar nada.

Ocho de las diez personas fueron arrestadas el pasado domingo y acusadas de llevar infiltradas en el país desde los años noventa. El trabajo de la red, aseguran los papeles del caso que se presentó ayer en un tribunal de Nueva York, consistía en 'establecer relaciones en los círculos de toma de decisión' en Estados Unidos.

Cada uno de los detenidos fue acusado de un delito de conspiración y de ser espía de un gobierno extranjero, cargos que acarrean una pena de 5 a 20 años de prisión. Nueve de ellos fueron acusados de blanqueo de dinero.

Agentes del FBI detuvieron a los sospechosos en el área de Nueva York y Washington: Richard Murphy y Cinthya Murphy, dos residentes de Montclair, un pueblo de Nueva Jersey; Vicky Pelaez, también conocido como Juan Lázaro, en Yonkers; Anna Chapman, en Manhattan; Michael Zottoli, Patricia Mills y Mikhail Semenko fueron apresados en Arlington, a las afueras de la capital. Otros dos sospechosos, Donald Howard Heathfield y Tracey Lee Ann Foley fueron detenidos en Boston.

La redada tuvo lugar después de lo que parece haber sido una larga investigación del FBI. La red de espías no tenía conexión aparente con Rusia (aunque Chapman 'visitó en varias ocasiones la misión rusa ante la ONU', según establecen los documentos), pero EEUU interceptó en 2009 un mensaje mandado desde el cuartel general de los servicios de inteligencia rusos en Moscú y destinado al matrimonio Murphy.

'Os han enviado a EEUU para un viaje de larga estancia', decía el mensaje, 'vuestra educación, cuentas bancarias, coche, casa. Todo eso sirve a un propósito: buscar y desarrollar relaciones dentro de los círculos de toma de decisión estadounidenses y mandarnos información'.

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