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La xenofobia abandera la campaña por la salida de Reino Unido de la UE

El 69% de los británicos piensa que la inmigración es demasiado alta y el 58% considera que la ruptura con Bruselas ayudaría a reducirla. Con estas cifras, los euroescépticos han logrado centrar la campaña en la inmigración con mensajes incendiarios y polémicos, consiguiendo que los últimos sondeos pronostiquen una victoria del Brexit en la consulta.

El líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage. - EFE

LONDRES.- Basta una visita rápida a Londres para poder comprobar la multiculturalidad de esta ciudad, donde el 40% de su población es extranjera. Camareros italianos, enfermeras españolas o albañiles polacos que, sin quererlo, se han convertido en el centro del debate sobre el referéndum europeo.

Al comienzo de la campaña, la economía tomó el protagonismo con el primer ministro británico, David Cameron, y líderes políticos de todo el mundo remarcando las consecuencias catastróficas que tendría la salida de Reino Unido del club europeo, y que les dio frutos con una victoria justa en los primeros sondeos. Pero en las últimas semanas, la inmigración, el segundo tema que más preocupa a los británicos después de la economía, ha enmudecido a los políticos más agoreros, favoreciendo a los partidarios del Brexit con encuestas que pronostican su victoria con hasta diez puntos de ventaja a escasos días de la consulta.

Control sobre las fronteras

Boris Johnson, exalcalde de Londres y líder de la campaña Vote Leave, lleva dos meses visitando pueblos, fábricas y pubs con una frase que no falta en ninguno de sus mítines: "Volvamos a tomar el control de nuestras fronteras".  Este mensaje tiene sus ecos en la barra de un pub de Havering, el barrio de Londres que fue declarado el lugar más eurófobo según un estudio de YouGov, y que coincide además en ser el distrito de Londres con menos inmigrantes.

Quien se ha llevado la
palma por su repertorio de comentarios en contra de la inmigración ha sido el líder del partido antieuropeo UKIP, Nigel Farange

Aquí las conversaciones se centran en el referéndum y la Eurocopa con cervezas y banderas de Inglaterra en cada esquina del establecimiento. “Si seguimos dentro de la Unión Europea no podremos controlar nuestras fronteras. Necesitamos preocuparnos primero de los nuestros y después nos preocuparemos del resto del mundo”, explica Dean tras dar un trago a su pinta. Sus compañeros de barra le secundan unánimemente.

En Havering, el mensaje en contra de la inmigración de Vote Leave ha calado con quejas y temores de que Turquía se una pronto a la Unión Europea. El ministro de Justicia, Michael Gove, partidario del Brexit, alertó de que la entrada del país turco al club "sería una amenaza. El crimen es más alto en Turquía que en Reino Unido. Las bandas organizadas están también bastante extendidas. Debido a las leyes europeas de libertad de circulación, el gobierno será incapaz de impedir la entrada de criminales turcos a Reino Unido".

Pero quien se ha llevado la palma por su repertorio de comentarios en contra de la inmigración ha sido el líder del partido antieuropeo UKIP, Nigel Farange. Tras llegar tarde a un acto se justificó diciendo que su retraso tenía que ver con "un país en el que la población está subiendo por las nubes debido a la política de puertas abiertas a la inmigración y al hecho de que la M4 (una autopista que une Londres y el sur de Gales) no se puede transitar ya como antes". Sus declaraciones fueron condenadas rápidamente desde todos los bandos que tacharon sus afirmaciones de "incendiarias" y "tóxicas".

Una flotilla de barcos de pesca, organizada por el líder de UKIP, Nigel Farage, rocía con agua a una embarcación que transporta a varias personas a favor de la permanencia en la Unión Europea. - EFE

Una flotilla de barcos de pesca, organizada por el líder de UKIP, Nigel Farage, rocía con agua a una embarcación que transporta a varias personas a favor de la permanencia en la Unión Europea. - EFE

Los que quieren a la Unión Europea

En el barrio londinense de Brent las cosas se ven desde otro prisma. “La inmigración es un problema que debemos abordar pero por ello no significa que tengamos que abandonar la Unión Europea”, afirma Rajar, que llegó a Londres hace 20 años desde la India y abrió una ferretería en el barrio.

En la misma calle, uno puede encontrar un establecimiento de alimentación halal, un restaurante que sirve tanto fish and chips como arroz tres delicias, y una barbería que anuncia en sus escaparate cortes al estilo europeo, caribeño, asiático o africano. Brent es el distrito con más inmigrantes de la capital y a su vez forma parte del top 10 de lugares más proeuropeos de Inglaterra.

“Soy una inmigrante europea, vengo de Holanda, y pago mis impuestos como el resto del mundo. He contribuido mucho más a este país que lo que me he podido beneficiar”

“Soy una inmigrante europea, vengo de Holanda, y pago mis impuestos como el resto del mundo. He contribuido mucho más a este país que lo que me he podido beneficiar”, cuenta Elisabeth, que trabaja en una firma de abogados en Brent.

Uno de los argumentos más utilizados por los que apoyan el Brexit es que los extranjeros llegan a Reino Unido para aprovecharse del sistema de ayudas sociales, aunque según datos del Departamento de Trabajo y Pensiones, sólo el 2.5% de ciudadanos europeos solicitaron este tipo de ayudas en 2014.

“Los inmigrantes europeos son los que más contribuyen. Esto es debido principalmente a su alta participación en el mercado laboral comparado con los británicos y su bajo uso de las ayudas sociales”, explica el profesor Christian Dustmann, director del Centro de Investigación y Análisis Migratorio (CReAM en sus siglas en inglés).

El talón de Aquiles de Cameron

Sin embargo, el argumento de la inmigración se ha convertido en un punto débil para los proeuropeos y, en particular, para Cameron, que no ha podido cumplir la promesa que hizo en 2010 de reducir la cifra de inmigrantes a “decenas de miles”. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, 323.000 personas llegaron a Reino Unido hasta septiembre de 2015. Una cifra que el 69% de la población considera que es demasiado alta y que el 58% piensa que la mejor manera para reducirla sería saliendo de la Unión Europea.

'Vote Leave' asegura que el Brexit es el camino más directo para reducir la inmigración y han propuesto un sistema por puntos similar al que tienen países como Australia 

Desde Vote Leave afirman que el Brexit es el camino más directo para reducir la inmigración y han propuesto un sistema por puntos similar al que tienen países como Australia en el que los ciudadanos europeos necesitarían visa para entrar en el país.

“Un sistema como el australiano no asegura que la inmigración vaya a disminuir. La mitad de la inmigración que llegó el año pasado era de fuera de la Unión Europea y sobre la que el gobierno tiene control y no ha podido reducir. Esto se debe a que en Reino Unido hay una gran demanda de mano de obra y a que nos beneficiamos económicamente al recibir estudiantes extranjeros que quieren estudiar en nuestras universidades”, afirma Robert McNeil, del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford.

Estos argumentos de una inmigración vista de forma positiva apenas se escuchan en el barrio de Havering, donde Dean termina su pinta sentenciando: "Si uno no se preocupa primero de sus ciudadanos, se volverá en contra tuya". Eso será algo que no se sabrá hasta el 23 de junio, día en el que la inmigración se puede convertir en la espada que sentencie la salida de Reino Unido de la Unión Europea y suponga un duro golpe para la carrera política de Cameron.

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