Público
Público

Zelaya llama a la revuelta civil contra los golpistas

Micheletti refuerza las fronteras de Honduras ante el temor a un bloqueo del país. La Cámara de Comercio pide un esfuerzo a los empresarios para hacer frente a la emergencia económica

G. CASTILLO / AGENCIAS

El Gobierno golpista de Roberto Micheletti ordenó este miércoles un despliegue militar excepcional en todas las vías terrestres que enlazan la capital con las fronteras de El Salvador, Nicaragua y Guatemala. El motivo no revelado oficialmente es evitar que grupos organizados favorables al presidente derrocado, Manuel Zelaya, bloqueen el tráfico de mercancías que entran y salen del país.

La situación económica de Honduras comienza a ser preocupante. Aunque por el momento, sólo los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) han suspendido todo tipo de cooperación con su antiguo socio, entre ellos el flujo de petróleo venezolano, los golpistas intuyen que la llamada a la insurgencia civil realizada ayer por Zelaya puede provocar un colapso fronterizo sin precedentes que asfixiaría un poco más a la economía del tercer país más pobre de América Latina y el Caribe.

Un documento de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa fechado dos días antes del golpe de Estado al que ha tenido acceso este periódico exige 'un esfuerzo económico a los empresarios hondureños para apoyar la democracia y las libertades económicas ante la incertidumbre que se avecina'. Los donativos están divididos en tres categorías en función de los ingresos que oscilan entre los 1.000 y los 3.000 dólares'.

Pero la paciencia del motor financiero de Honduras parece haber iniciado la cuenta atrás. Lejos de disminuir, las presiones internacionales han aumentado. La Organización de Estados Americanos (OEA) tiene decidido que si fracasa el encuentro entre ambos ejecutivos previsto para el sábado en Costa Rica, las sanciones pueden ser inasumibles para el exprimido empresariado local. Honduras se arriesga a quedar prácticamente cercada por tierra, mar y aire.

Fuentes cercanas al Gabinete derrocado aseguraron ayer vía telefónica a Público que las disidencias comienzan a aflorar en el Gobierno de Micheletti. El controvertido ex canciller golpista Enrique Ortez, destituido el martes tras calificar de 'negrito que no sabe nada' a Barack Obama y recolocado el martes como ministro de Gobernación, presentó ayer su dimisión. Al parecer, la presión ejercida por el Departamento de Estado estadounidense ha provocado su retiro forzado de la escena pública.

Miembros de la oposición al Gobierno de facto volvieron a insistir ayer que la detención arbitraria de dirigentes y algunas desapariciones continúa realizándose en ciudades del interior del país. Los accesos a los principales centros urbanos son vigilados por férreos controles policiales.

La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció ayer el trato de intimidación que el régimen golpista proporcionó a once periodistas de los canales Venezolana de Televisión (VTV) y Telesur a quienes acusaron de 'chavistas' y fueron apremiados por las autoridades golpistas a abandonar precipitadamente el país centroamericano.

'La detención y marcha de estos periodistas representa una etapa más en la lógica selectiva de la información puesto en marcha a partir del golpe de Estado', añade RSF en un comunicado.

Los dirigentes de la dirección colegiada del Frente Nacional contra el Golpe de Estado ratificaron que continuarán con sus movilizaciones 'hasta que no se restituya el orden constitucional y al presidente, Manuel Zelaya'.

Las centrales sindicales preparan la huelga general anunciada ante un hipotético fracaso de las negociaciones de Costa Rica. El objetivo es golpear al sector empresarial al considerarlo el sostén que mantiene a flote la asonada castrense.

Quien ha pedido paciencia ante la posibilidad de que el encuentro del sábado no concluya con el resultado deseado por todo el mundo es EEUU. El portavoz del departamento de Estado, Ian Kelly, pidió ayer que no se pongan 'plazos artificiales' a las negociaciones que buscan una salida a la crisis de Honduras, en referencia al ultimátum lanzado por Zelaya para su restitución. 'Las partes deberían darle tiempo a este proceso. No colocar un plazo artificial. No decir que si tal cosa no sucede en cierto tiempo entonces el diálogo está muerto', dijo Kelly.

Tras insistir que el deseo de Obama es el retorno a la presidencia de Manuel Zelaya, el portavoz del departamento de Estado abogó por dar una oportunidad al diálogo establecido en Costa Rica 'y apoyar lo que está realizando Óscar Arias'.

Fuentes estadounidenses reconocieron a la BBC que en círculos diplomáticos de Washington comienza a calar el temor que el tiempo es el peor aliado de la vía negociadora y que de no producirse resultados a corto plazo las consecuencias podrían ser terribles. En un esfuerzo por apaciguar los ánimos, el presidente de Costa Rica y mediador en la crisis, Óscar Arias, apeló a la tranquilidad y desveló que 'está allanando el camino para tratar que las dos comitivas estén presentes en San José'. Arias dijo entender el deseo de Zelaya de regresar a su país como presidente, 'pero la experiencia me dice que hay que tener paciencia'.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional