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Nikaenen: un himno para el verano del cambio

JOSÉ VICENTE BARCIA

El contexto de descoloque general, la crisis que se ha llevado la ilusoria seguridad, labrada por los mercados en el imaginario colectivo a golpe de consumismo y deuda, han provocado la emersión de una resistencia cultural que se ha apoderado de este filo de la historia, sintonizando referencias éticas y estéticas del pasado, con las necesidades inmediatas de encontrar lenguajes, mensajes, narrativas y melodías para el cambio. Nikaenen, la madrileña banda liderada por un exultantemente inspirado Diego Rivera, se coloca en un lugar incómodo en el que vertebra a través de un discurso artístico singular y cautivador, un valor que en arte y cultura jamás se debería haber soslayado: la autenticidad.

La autenticidad artística en un momento de múltiples colapsos, ha llevado a Rivera al camino de aquellos que sufriendo y admitiendo la caída, optan, no obstante, por generar luz. No se trata de un canto naif a la esperanza, que devendría en otra forma de alienación, sino que por el contrario se trata de desandar la inercia del desastre para seguir construyendo sobre una crítica razonada y razonable. Así se nos muestra la obra de Nikaenen.

nikaenen

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En su EP "La mano de King Kong", se recoge en apenas cuatro temas un discurso artístico intenso, hermoso, honesto y necesario: “Tu voz unida a la de cientos, camino de los nuevos tiempos”. El tema que da nombre a todo el trabajo es mucho más que una canción, es el clamor de una generación que se mira a sí misma preguntándose ¿qué nos han hecho, qué nos hemos hecho?

Que nadie espere consignas ni dogmas. Este himno del cambio es un líquido que genera complicidades, que parte de la postmodernidad y que se adentra en la necesidad de lo ignoto. Diego Rivera ha inventado un artefacto sonoro que probablemente trascienda el objetivo de su creador. En “La mano de King Kong” está la fuerza, la belleza, el dolor, la esperanza que un monstruo gigante tiene de poder amar. Una canción tan llena de verdad que no precisa de ningún grito. El cambio puede ser un camino de sólida serenidad.


Nikaenen

Nikaenen vive en el mismo Madrid que los habitantes de Villaverde, en las mismas calles por las que deambula Manuela Carmena, pero sobre todo, habita este cielo de verano madrileño, de azul eléctrico y combustión. La banda de Diego Rivera bebe, innegablemente, de Soda Estéreo y su artífice Gustavo Cerati, pero las indagaciones más galácticas tienen una conexión hermosamente glam.

Esta banda, cuyo nombre es un homenaje a la belleza del fracaso, Nykänen fue un joven campeón finlandés de salto de esquí que cayó en el alcoholismo tras una lamentable carrera musical y como bailarín exótico, sacará su nuevo trabajo en los próximos meses y llevará por nombre un contundente “Qué hicimos mal”. Habrá que estar atentos para seguir el rastro luminoso de Diego Rivera y sus efervescentes acompañantes.