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El secuestro de la televisión pública


Virginia Uzal
Miembro de la comunidad editorial del 4º Poder en Red

Lo ocurrido en los últimos días ha puesto en evidencia el estado de la televisión pública. Los sucesivos cambios en la dirección y en los informativos, la falta de pluralidad de partidos o las denuncias por manipulación han degradado este servicio público hasta llegar a un punto inadmisible. Sus trabajadores han dicho basta, y la ciudadanía también.

Pero esta situación no se produce sólo en Torrespaña. La propia Telemadrid o la TVG son otros ejemplos donde los políticos han secuestrado la televisión pública.

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Los numerosos casos de corrupción que asolan al PP no son noticia en la Televisión de Galicia (TVG). “La TVG continúa obviando las polémicas y acusaciones que se vierten sobre el PP en las últimas semanas”, escribían los compañeros de Praza Pública hace unos días.

No es una cuestión eventual, hace tiempo que varios periodistas del canal público gallego denuncian que la manipulación se intensifica a medida que se acercan las elecciones y aumentan las irregularidades en el PP.

Gran parte de estas irregularidades las recogen en el blog “Eu non manipulo” (Yo no manipulo), que lleva denunciando desde hace más de año y medio las manipulaciones en los servicios informativos de la TVG.

Fuentes de “Eu non manipulo” nos explican que la decisión de crear este blog se tomó en una asamblea de trabajadores que estaban “hartos por completo de la manipulación abusiva y constante en los espacios informativos”.

Luis Quintas, veterano periodista de la TVG, donde lleva trabajando más de 27 años, denuncia la difícil situación en la que se encuentran como profesionales. “Las noticias que son negativas para el PP se cuentan de forma muy reducida o directamente no se cuentan. Son casos tan descarados que profesionalmente ofenden y cabrean”.

Esta situación la narran día a día en “Eu non manipulo”. “Imagínate nuestro hartazgo con la dirección para denunciar en un blog todo lo que ocurre en la redacción de informativos”.

Según el periodista, el día que se publicaron los papeles de Bárcenas y se destapó todo el entramado de la presunta contabilidad B en el PP, los informativos de la TVG abrieron con una noticia “sobre la lluvia en Galicia”. “La pieza de Bárcenas quedaba relegada a un punto del Telexornal en el que pasaba totalmente desapercibida. Además, la información estaba sesgada y se basaba sólo en los desmentidos del PP, ocultando lo que realmente pasaba”.

Otro ejemplo son las fotos de Feijóo con Marcial Dorado, un narcotraficante que actualmente se encuentra en la cárcel. El presidente gallego aparecía en varias instantáneas con el ‘narco’ gallego en aparente buena sintonía. Sin embargo, a pesar de ser un escándalo del máximo mandatario de Galicia, en la TVG sólo salieron “una o dos veces” y después “se dio la consigna de que no saliesen más”. “Dieron la versión del presidente da Xunta y se quedaron con eso, sin indagar su relación con el narcotraficante”, explica Quintas.

Alberto Núñez Feijóo con Marcial Dorado, un narcotraficante que actualmente se encuentra en la cárcel.

Alberto Núñez Feijóo con Marcial Dorado, un narcotraficante que actualmente se encuentra en la cárcel.

Sin embargo, el periodista denuncia que los escándalos que afectan a la oposición, “se realzan mucho y hasta pueden estar varios días en los informativos”.

La manipulación y la censura no quedan sólo en el ámbito político, trascienden a los datos económicos que pueden afectar al Ejecutivo. “Si el dato de paro de España es mejor que el de Galicia, se informa sólo del estatal, si no, al revés. Como es el mismo partido, se busca el enfoque más positivo para emitir”, señala Quintas, que recientemente se vio afectado por un caso similar.

Otro ejemplo fue el informe de Cáritas, que no se emitió en antena a pesar de que reflejaba un aumento de la pobreza de forma considerable en los últimos años en Galicia. Para enmarcar esta situación, es necesario conocer que la directora de informativos de la TVG fue apoderada electoral del PP.

Los trabajadores no han dejado de denunciar esta situación. ¿Las consecuencias de esta revolución en la redacción? La implantación de un sistema de control. Hace unos meses la TVG comunicaba a sus trabajadores la decisión de controlar el correo electrónico de los periodistas o la prohibición de llevar a la redacción dispositivos electrónicos propios, como tablets o lápices de memoria, con los que pudiesen llevarse información. “Si lo llevas, te arriesgas a que te sancionen por ello”, explica Luis Quintas.

“El objetivo principal de estas medidas es tenernos controlados. Por un lado quieren tener una redacción atemorizada. Actualmente hay bastante precarización laboral, mucho personal con contrato temporal, por lo que es más sencillo hacer una campaña de miedo. El segundo objetivo es el control, porque se indignan al ver que los trabajadores denunciamos nuestra situación en el blog u otros medios”. “Están actuando contra la privacidad, la libertad de expresión y los derechos del periodista”.

La situación es tan dramática, en este y otros medios, que en Galicia estudian abrir el “Observatorio dos Medios Galegos”, cuyo objetivo sería algo tan básico y necesario como garantizar que se cumpla el artículo 20 de la Constitución española.

Quintas tiene clara la solución: “cumplir la ley” o que “la ciudadanía se alce y reclame la televisión pública y de calidad que pagan”.

“Se trata de cumplir la legislación o no cumplirla. Las televisiones públicas, como la TVG, deben seguir unos criterios objetivos de pluralidad, veracidad, objetividad y estar al servicio de la ciudadanía, y eso no se está llevando a cabo. La TVG recibe más de 100 millones de euros anuales, que salen de los impuestos de los gallegos y gallegas. Y eso no está revirtiendo en la ciudadanía. La población debería decir ¡basta!”.