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Trabajan más, cotizan menos

Octavio Granado

Tiene interés contrastar los datos de evolución de la afiliación en agosto, hechos públicos hoy mismo por el Ministerio de Empleo, con los datos de ejecución presupuestaria y gasto en pensiones publicados hace escasos días por los medios de comunicación.

Si atendemos a los datos de afiliación, a pesar de la disminución de afiliados de agosto las cosas van de perilla, con un notable incremento de la ocupación y del empleo. Si atendemos a los datos de los ingresos, éstos son ligeramente inferiores a los del año pasado, y las cotizaciones sociales sólo crecen un 0,37, lastradas por la caída de más de un 15% de la cotización de desempleados ya sin protección, y con un crecimiento de los ocupados que decrece respecto de meses anteriores. En resumidas cuentas, trabaja más gente, pero como los contratos a tiempo parcial son más y los salarios son más reducidos, cotizan menos y aumenta el déficit de la Seguridad Social.

Pero no son solo los parados los que disminuyen los ingresos, sino que los regímenes más incentivados con menores cotizaciones por el Gobierno también contribuyen a menguar la tarta. Los autónomos han crecido en más de doscientas cincuenta mil personas desde 2011. ¡Aleluya! Pero este crecimiento no se traslada a los ingresos, que en los primeros siete meses del año totalizaron 5.550 millones, y a este ritmo serán inferiores a los de 2011. Con la tarifa plana el Gobierno puede alardear de crear empleo sin que se paguen las cotizaciones imprescindibles para sostener el sistema de pensiones.


Si en materia de ingresos los motivos de preocupación están garantizados, ya que al finalizar el año serán equivalentes a los de 2014 y el déficit por tanto superará en unos 3.000 millones al del año pasado, en materia de gastos la situación no es mucho más halagüeña. Las prestaciones familiares y sociales de la Seguridad Social disminuyen un 21,55% respecto de las imputadas el año pasado. Es de suponer que la comparación no es homogénea, y que o bien el año 2014 se imputaron gastos de 2013, o este año los gastos se han infrarregistrado. En cuanto a las inversiones, sobre una partida de entrada ridícula decrecen más de un 25% sobre 2014.

En cuanto a las pensiones, el Gobierno volvió a lanzar gritos de júbilo cuando los datos de agosto indicaron un menor crecimiento de las mismas en términos de serie histórica, un 2,80%, lo que también fue saludado por algunos medios de comunicación. En realidad, las pensiones crecen un 3,40%, fieles a la regla de incrementarse un 3% por encima de la inflación (ahora negativa). Es la disminución del gasto en complementos a mínimo, del 2,12%, la causante de la evolución del conjunto. Con subidas del 0,25% es lo que pasa.
Conseguimos pues la cuadratura del círculo perverso que en Seguridad Social produce este Gobierno: más empleo pero menores ingresos para la protección social, más gastos pero menor intensidad de los que reducen, con prestaciones o pensiones mínimas, la desigualdad. Y eso sí, en el futuro se ciernen los nuevos recortes, con claros riesgos para mujeres trabajadoras y familias desprotegidas. Es comprensible que la Ministra y el Presidente del Gobierno anuncien cada día un nuevo plan para intentar corregir los aspectos más dramáticos de su política.

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