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ODS: la puerta a la esperanza en un mundo sostenible

Miguel Ángel Moratinos
Presidente REDS (Red Española para el Desarrollo Sostenible) 
Exministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación

MIGUEL ÁNGEL MORATINOS

En septiembre la ciudad que alberga la Asamblea General de las Naciones Unidas se convierte en un hervidero de jefes de Estado y de gobierno, ministros, sociedad civil, empresarios, manifestantes…, y Nueva York altera su ritmo, ya de por sí acelerado, para reafirmar su protagonismo en el inicio del curso de la política internacional. Además, este año será testigo del 70 aniversario de Naciones Unidas y alrededor de 144 jefes de Estado y de gobierno participarán, el próximo fin de semana, en una reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General para aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); probablemente, la agenda de desarrollo más ambiciosa de la historia de la humanidad, al tiempo que valorarán los resultados y el cumplimiento de los 15 años en los que nos hemos conducido con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Si bien es cierto que los ODM han reducido el hambre y la pobreza a nivel mundial, así como los índices de mortandad infantil y han elevado las cifras de escolarización y de acceso al agua potable, muchos esperábamos resultados más satisfactorios, con el fin de encontrarnos en mejor situación para impulsar los ODS. Estos recogen numerosas aportaciones y experiencias de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN en sus siglas en inglés) y también de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), que junto a los esfuerzos realizados por el comité intergubernamental de expertos en financiación y el diálogo constructivo de la Asamblea General para promover transferencias de tecnologías y know-how, abren "el camino a la dignidad", como ha señalado el Secretario General Ban Ki-moon.

Los ODS afrontan los retos de la humanidad desde una perspectiva holística, así como sus dimensiones sociales y económicas y los desafíos del medio ambiente. Después de un proceso masivo de consultas y más de dos años de análisis y de negociaciones, sus 17 grandes objetivos y sus 169 metas se aprobarán el próximo fin de semana. En ellos se señalan retos colectivos y algunos más específicos de regiones y países, pues se inspiran en los principios y valores de los Derechos Humanos y de la familia onusiana, y se acompañan de metas concretas y otras de más difícil medición y seguimiento. Por ello, se orientan reducir la brecha de los países en desarrollo y las lagunas de su vulnerabilidad, así como a un desarrollo que garantice la viabilidad del planeta y de nuestra especie. Sin la reducción de las desigualdades no se avanzará en el desarrollo sostenible y sin que muchos países industrializados adopten las medidas necesarias para cumplir con los ODS, en el período 2105-2030.

Como presidente de REDS pienso que España no está mal situada entre los 34 estados miembro de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), pues se encontraría en valores intermedios y no muy alejados en determinadas variables de países que, como Suecia, Dinamarca o Finlandia copan los puestos de cabeza. Nuestra elevada esperanza de vida, el sistema nacional de salud, la seguridad física y la igualdad de género, unidos a los usos de nuestros caladeros y suelos agrícolas nos sitúan en una posición intermedia para alcanzar con efectividad los ODS. Sólo la desigualdad (la pobreza) y el desempleo fatigan nuestra musculatura para alcanzar sus metas.

A los responsables de la planificación del desarrollo en la ONU, a pesar de las críticas que han desencadenado los ODS en los cuatro puntos cardinales, no les falta razón cuando señalan que es necesario este consenso global para abrir las puertas a la esperanza, y para transformar y mejorar la vida de los ciudadanos, y proteger nuestro medio ambiente. Para ello, la ONU adoptará una nueva estrategia de financiación que, por primera vez, institucionaliza un mecanismo de rendición de cuentas, pues las estimaciones indican que para alcanzar los ODS serán necesarios 11,5 billones de dólares al año durante los tres próximos lustros. Para alcanzar estas cifras astronómicas no sólo habrá que movilizar recursos de la comunidad internacional, sino también de cada país y promover partenariados público-privados de escala global, regional y nacional.

Desde REDS movilizaremos y sensibilizaremos a la opinión pública española, a las instituciones y al mundo empresarial para que los ODS se incorporen a nuestra vida cotidiana y se reflejen en nuestras políticas y actividades económicas, con el fin de fortalecer nuestra musculatura y alcanzar estas metas que son una puerta a la esperanza de un mundo sostenible.


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