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Sólo una de las 16 'mociones éticas' contra ANV tiene asegurado el éxito

La suma de votos de PNV, PSE y PP sólo hará prosperar la iniciativa en Soraluze (Guipúzcoa)

Ó. L. F.

Arrasate-Mondragón  y Hernani. Dos intentos. Dos fracasos. La llamadas mociones éticas promovidas por PNV y PSE en aquellos ayuntamientos vascos donde gobierna en minoría ANV –paso previo a las de censura que pretende desalojar del poder municipal a la izquierda radical abertzale tras su negativa a condenar el asesinato Isaías Carrasco– tienen escasas posibilidades de prosperar en los otros catorce ayuntamientos donde está previsto que se presente.

De hecho, sólo en uno, el de Soraluze-Placencia de las Armas (Guipúzcoa), el éxito está asegurado... siempre que el PP, como anunció Mariano Rajoy, la apoye y no repita la abstenciónde su concejala en Arrasate-Mondragón. En Soraluze, los seis votos que suman PNV, PSE y conservadores superan los tres de ANV. Los abertzales radicales podrían contar con el apoyo de los dos de su socio de Gobierno, Eusko Alkartasuna (EA), un partido cuya Ejecutiva ya dejó claro su negativa a participar en un “plan de acoso y derribo” contra el paraguas electoral de Batasuna.

Hoy, en Bergara

En el resto de ayuntamientos, sus promotoras tendrán que esperar, cuando no dar por seguro de antemano el fracaso. Es lo que ocurrirá hoy en Bergara (Guipúzcoa). La tercera derrota de la iniciativa está asegurada, ya que pese a que los siete concejales que suman PNV y PSE superan a los seis de ANV, los otros dos partidos del consistorio, Aralar –cuyos tres ediles gobiernan en coalición con los abertzales radicales– y EA (1), ya han dejado claro que no votarán a favor.

Patxi Zabaleta, líder de Aralar, confirmaba ayer a Público que su partido va a adoptar la postura que ya tuvo su único concejal en la moción ética de Arrasate-Mondragón , donde apoyó los dos primeros puntos de la propuesta –la condena del asesinato de ex concejal y de la violencia etarra– pero se opuso al tercer punto, en el que se pedía la dimisión de los concejales de ANV. “Restringir derechos políticos sólo sirve para dar argumentos y excusas a los violentos”, recalca Zabaleta. Además de en Arraste-Mondrágon, y Bergara, la postura de Aralar será clave en Usurbil (Guipúzcoa).

Otro partido que tiene en su mano la victoria o derrota de la iniciativa es Ezker Batua, el partido que, sin duda, peor parado ha salido de la polémica. De hecho, la formación de Javier Madrazo ha visto con impotencia como la línea política que marcó su dirección de apoyo a los mociones no era seguida por sus concejales, a quienes los actuales estatutos les dan la última palabra. De lo que voten sus concejales aún depende el éxito o el fracaso de las mociones éticas en Villabona, Pasaia y Antzuola, todas ellas en Guipúzcoa.

También rebeldes han sido los concejales de EA. El partido que ahora lidera Unai Ziarreta, decidió apoyar únicamente la moción en Arraste-Mondragón y rechazar el resto. Ha ocurrido todo lo contrario. No obstante, desde el partido se asegura que a partir de ahora sus concejales seguirán la ponencia aprobada, por lo que sus votos impediran que salgan adelante las mociones éticas en Gautegiz Artega (Vizcaya) y en las localidades guipuzcoanas de Azpeitia –que se verá el próximo 8 de mayo–, Usurbil y Zestoa. En otros tres ayuntamientos, los de Eskoriatza, Urretxu y Legazpi, dependerá de si votan en contra o si se abstienen, para que éstas decaigan o salgan adelante.

Para terminar de complicar el panorama, en las localidades vizcaínas de Elorrio y Igorre, la última palabra la tendrán sendas agrupaciones locales que gobiernan en coalición con ANV. Nadie apuesta por que las apoyen.

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