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La vicepresidenta se niega a rectificar su acusación de fraude a los parados

La portavoz socialista califica su actitud de 'ignominia' y Sáenz de Santamaría se revuelve culpando a su bancada de cobrar de los ERE en Andalucía

JUAN ANTONIO BLAY

Bronca en el hemiciclo del Congreso a cuenta de la acusación formulada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado viernes en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros de que 520.000 parados cometían fraude a la hora de percibir la prestación por desempleo. La portavoz del grupo socialista, Soraya Rodríguez, le recriminó su actitud, que calificó como 'ignominia', y le emplazó 'a rectificar después de cinco días'. Según cifras oficiales que expuso Rodríguez, 'apenas 5.833 personas cometieron un fraude que usted atribuyó al 20% de los parados con prestaciones'.

La vicepresidenta del Gobierno, lejos de arredrarse, se creció en sus intervenciones, especialmente en la que cerraba el debate, cuando puso en práctica la vieja máxima de que no existe mejor defensa que un ataque. Dicho y hecho. Sáenz de Santamaría se empleó a fondo utilizando frases textuales de un informe elaborado por el Gobierno anterior, socialista, en 2010 en el que se abogaba por perseguir el fraude en este tipo de prestación.

Incluso empleó una frase textual del último ministro de Trabajo de Zapatero, Valeriano Gómez, actualmente diputado en la bancada socialista, en la que aparecía como precursor de las palabras que pronunció la vicepresidenta el pasado viernes. Sáenz de Santamaría atribuyó al exministro una cita en la que afirmaba que 'el 25% de los desempleados habían cometido fraude'.

Ese argumento de la vicepresidenta causó gran revuelo en la bancada socialista, que obligó al presidente a interrumpir unos segundos las palabras de Sáenz de Santamaría en dos ocasiones. Pero eso no fue nada comparado con la que se organizó hacia el final de su intervención porque la vicepresidenta calificó de 'temeridad' y de 'imprudencia' las recriminaciones que la portavoz socialista le hacía.

Y lo argumentó afirmando que lo hacía 'cuando se está investigando el mayor fraude laboral que afecta a personas entre sus filas, con 1.000 millones defraudados y más de 120 imputados', en alusión directa a los ERE de Andalucía. Esa fue su argumentación como defensa, ningún otro argumento para pedir disculpas o perdón.

Desde los escaños socialistas, en medio de un gran revuelo, hubo peticiones de palabra por parte de la propia portavoz Rodríguez y del diputado Valeriano Gómez, aludido de forma poco amable por la vicepresidenta. El presidente, Jesús Posada, fue inflexible y solo accedió a dar palabras cuando finalizase el turno de preguntas al Gobierno. Esta actitud provocó más protestas con gritos de '¡ahora, ahora, que se marcha!', en referencia a Sáenz de Santamaría.

Porque, efectivamente, en medio del revuelo, la vicepresidenta abandonó su escaño a continuación de que lo hiciera el presidente Rajoy, que se esperó al turno de preguntas y respuestas de su mano derecha. Sáenz de Santamaría, que recibió aplausos de su propia bancada en respuesta a los que obtuvo ─ tal vez con mayor fuerza e intensidad la portavoz socialista minutos antes ─ abandonó el hemiciclo acompañada de los dos vicesecretarios del PP, Carlos Floriano y Esteban González Pons, a modo de escolta. Fue una puesta en escena aunque se ignora si estaba preparada con antelación. El diputado socialista Antonio Trevín, que preguntaba a continuación, dijo con sorna que 'el debate continúa con novia a la fuga', expresión que fue muy celebrada en su bancada.

Tanto el 'respaldo' de Rajoy con su presencia como la forma en la que abandonó la vicepresidenta su escaño denotó la preocupación que este asunto ha generado en el Gobierno. También se reflejó a la hora de abordar otra pregunta sobre este mismo asunto, planteada por el portavoz del grupo La Izquierda Plural, Cayo Lara. El Gobierno, haciendo uso de su potestad en esta práctica de preguntas a los miembros del Ejecutivo decide qué ministro debe responder a cada cuestión, independientemente del destinatario que persiga el diputado que formula la pregunta.

De esa forma, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría decidió que ella no contestaba la pregunta que le formulaba Lara y que debía hacerlo la ministra del ramo, Fátima Báñez. De modo y manera que mientras Rajoy responde en cada sesión de control a tres preguntas su mano derecha solo lo hace a una, la que sistemáticamente le fórmula la portavoz del grupo socialista.

El debate entre Lara y la ministra Báñez discurrió en similares términos al que tuvo lugar minutos antes. El portavoz del grupo de izquierdas afeó que la vicepresidenta no le respondiera directamente y calificó como 'grave' que la número dos del Gobierno 'presente a los parados como estafadores del Estado'. 'Los que estafan al Estado no están en paro, ni son a los que se les hacen leyes de amnistía fiscal', ha dicho Lara. 'Dejen de perseguir a los parados y persigan a los que esquilman al Estado', ha añadido.

La ministra Báñez empleó también la descalificación como estrategia de defensa en lugar de razonar por qué la vicepresidenta empleó los conceptos considerados denigrantes hacia quienes perciben la prestación por desempleo. 'Menos demagogias. Tolerancia cero con el fraude laboral', ha contestado la ministra. Y ha insistido: 'El Gobierno ha dicho que hay 520.000 infracciones ─ no ha empleado el término de fraude ─ y hay que combatirlo. ¿O es que usted pretende que no se cumpla la ley?'. Para rematar su intervención ha empleado el mismo argumento que la vicepresidenta, es decir, los ERE: 'Le pediría, señor Lara, el mismo celo para denunciar los ERE de Andalucía; eso sí que es un gran fraude'.  

 

 

 

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