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Fernández Díaz: "La Guardia civil no hizo nada mal hasta que se demuestre lo contrario"

PÚBLICO / EFE

Copiando la célebre frase de Rajoy cuando se destaparon los papeles de Bárcenas, aquel 'todo es falso, salvo alguna cosa', el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha defendido la actuación de la Guardia Civil durante el intento de llegar a nado a Ceuta en el que murieron 15 inmigrantes subsaharianos: 'La Guardia Civil no hizo nada mal mientras no se demuestre lo contrario', ha zanjado este jueves en una rueda de prensa ofrecida en Melilla.

El ministro ha querido reiterar el 'dolor' que ha provocado esta tragedia, de la que hoy se cumple un mes, pero ha defendido, una vez más, la 'extraordinaria profesionalidad y proporcionalidad' con la que trabaja la Guardia Civil para evitar las entradas masivas de inmigrantes.

Además, ha afirmado que acusar como se ha acusado a los agentes del instituto armado de tener 'responsabilidad' en las muertes de estas personas es no sólo 'injusto', sino que, además, es 'inmoral'.

'Lo diré donde haga falta', ha afirmado el titular de Interior, que ha reiterado que unas acusaciones como las que se han lanzado no se pueden consentir y que se produjeron ante un hecho que no había ocurrido nunca, que fue una 'unidad de actos' con un intento de asalto masivo, primero por tierra y luego por mar.

Ha recordado que la Guardia Civil tiene el título de 'benemérita', un calificativo que se ha ganado a base de salvar vidas, aún a riesgo y entrega de las de los propios agentes y siempre dentro de una labor que tiene como base el 'respeto a los derechos humanos', ha sostenido para proceder a enumerar cifras de migrantes rescatados por Instituto Armado a lo largo del 2013.

Ante los niveles de presión migratoria actuales, que se acercan a los de 2005, Fernández Díaz, ha anunciado la puesta en marcha, con carácter de urgencia, de mejoras en la valla de Melilla, con una inversión de un millón y medio de euros, al tiempo que ha descartado la presencia del Ejército para reforzar el trabajo de la Guardia Civil, como ocurrió en el 2005.

Las medidas supondrán la colocación de una malla 'antitrepa' en unos 15 kilómetros del perímetro, tanto en la valla interior como en la exterior, la colocación de tres torres donde se van a instalar tres cámaras térmicas de vigilancia y la eliminación de unos elementos del vallado, los flejes, que actualmente ayudan a los inmigrantes a dar el salto.

Preguntado por la posibilidad de reforzar la vigilancia con la presencia del Ejército, como ocurrió en el año 2005, en la conocida como 'crisis de la valla', el ministro ha apuntado que 'no es voluntad del Gobierno' tomar dicha medida, a diferencia de lo que hizo el Ejecutivo socialista.

El ministro asegura que tienen carácter disuasorio y que no son agresivas

También ha aludido a que las concertinas, los alambres de cuchillas que tanta polémica han despertado, no han sido instaladas por el Gobierno del PP, ya que, cuando tomó posesión en diciembre de 2011, ya estaban colocadas en todo el perímetro de Ceuta y de Melilla, excepto en 2,5 kilómetros, que es donde se han añadido.

Ha insistido en que se trata de un elemento pasivo, no agresivo, que tiene una finalidad disuasoria y que cumplen con todos los requisitos de legalidad, además de ser tremendamente efectivas. Hasta su reposición, los puntos en los que no estaba instalada concentraban el 79% de los intentos de entrada, mientras que, desde verano, en estas zonas donde se ha recolocado, que nunca han sido reveladas, no se ha producido ninguno, ha explicado.

Fernández Díaz ha considerado que con las iniciativas que se pondrán en marcha en el perímetro de Melilla, que tardarán unos meses en estar totalmente finalizadas, se va a 'controlar mejor' la inmigración, pero ha resaltado la necesidad de llevar a cabo otra serie de acciones más allá de la contención.

En opinión del ministro, sólo con consenso 'interior', en España, se puede trasmitir a la Unión Europea (UE) la necesidad de adoptar una política comunitaria ante este problema que afecta a las fronteras de Ceuta y de Melilla, que son también las fronteras de todo el continente.

Según Fernández Díaz, el tratamiento de la inmigración como un asunto de Estado es 'compatible' con cualquier investigación que se demande, en alusión a la solicitada tras la tragedia en la frontera de Ceuta hace justo un mes, en la que murieron 15 subsaharianos.

El ministro también ha resaltado la necesidad de mantener la colaboración actual que presta Marruecos 'codo con codo' y que hoy mismo ha evitado la entrada a Melilla de un coche kamikaze con inmigrantes.

Para Fernández Díaz, la colaboración actual de Marruecos es 'imprescindible', no sólo para la lucha contra la inmigración ilegal, sino para hacer frente a 'otras amenazas'.

Por ello, ha resaltado la necesidad de impulsar el acuerdo hispano-marroquí de 1992, ratificado 20 años después en 2012, que permite la readmisión de inmigrantes.

En previsión del artículo 11 del dicho acuerdo, que establece la creación de una comisión mixta presidida por los ministros de Interior de ambos países para tratar las 'cuestiones litigiosas' del convenio, el próximo 26 de marzo, en Tánger, se va a producir una reunión de trabajo enfocada a este aspecto.

Además, ha defendido la legalidad de las que él considera como mal llamadas 'devoluciones en caliente', un término que no existe, y ha explicado que lo que se hace es un rechazo en frontera, un término operativo fijado en el 2005 y que el Gobierno actual comparte, al considerar que está amparado en la legalidad vigente.

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