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Medio Gobierno emula a Rajoy y se esconde bajo las piedras

PAULA DÍAZ

El 25 de mayo se acerca y en plena campaña electoral no conviene seguir la tónica del Que hablen de mí, aunque sea mal. Y por eso en el PP han decidido 'rebajar el tono' de sus políticas y esconder a sus ministros más polémicos. José Ignacio Wert, Ana Mato, Fátima Báñez o Ana Pastor son algunos ejemplos, además de la reforma de la ley del aborto de Alberto Ruiz-Gallardón

Hace tiempo que ninguno de ellos protagoniza grandes titulares —mucho menos portadas de periódico—, espacio que dejan para que sea el partido conservador (y no el Gobierno) quien venda la 'recuperación económica' conseguida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy de cara a conseguir votos en las próximas elecciones europeas.

Si antes era el propio presidente quien evitaba a la prensa, ahora es Wert quien deja que sea su número dos, Montserrat Gomendio, quien utilice los resultados de los informes PISA para justificar la reforma educativa (la Lomce) o Mato quien ha dejado de lado las grandes polémicas de los copagos para dedicarse a elaborar planes de Igualdad con mejor fama que los sanitarios. Pastor, por su parte, ha centrado buena parte de su agenda en reuniones privadas o viajando al exterior, escapándose de la polémica de Sacyr en el Canal de Panamá, de los últimos naufragios de pesqueros en las costas gallega y asturiana e incluso del accidente del Alvia en Santiago, ya casi olvidado ocho meses después de la tragedia.

Gutiérrez-Rubí: 'A Rajoy le conviene una campaña corta, fría y centrada en lo económico; al resto, larga, cálida y más ideológica que económica'  En cuanto a Empleo, el último anuncio polémico de su titular, Fátima Báñez, data del pasado 29 de marzo —hace ya casi un mes— y nada se ha vuelto a saber al respecto de la 'ley de servicios mínimos' que prevé límites al derecho de huelga. La propia ministra ya dijo entonces que creía más conveniente negociar esta normativa 'lejos de la batalla, cuando las aguas se serenen'. Lo mismo debe de pensar Gallardón, quien tras el anuncio de su anteproyecto de contrarreforma, ha paralizado la tramitación de la Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada con la excusa de querer 'consensuarla' lo máximo posible. Si los informes del Consejo General del Poder Judicial, el Consejo Fiscal y el Consejo de Estado se retrasan hasta después de las elecciones, mejor para Rajoy.  

Y es que la estrategia del presidente en precampaña es, según creen algunos analistas consultados por Público, precisamente, la de 'enfriar el partido'. 'Cuando tienes un voto sólido, fiel, estable, bastante inalterable, como el del PP, conviene hacer una campaña no especialmente competitiva: es el otro, el que tiene que recuperar electores perdidos, el que tiene que calentar el debate', señala el analista político Antoni Gutiérrez-Rubí. 'A Rajoy le conviene una campaña corta, fría y centrada en lo económico; al resto, larga, cálida y más ideológica que económica', agrega, haciendo alusión también a la tardanza de los conservadores en designar a su candidato, Miguel Arias Cañete, que es, precisamente, el mejor valorado del Gobierno en las encuestas (aunque también suspenda con poco más de un 3).

Villoria: 'El PP deja que el presidente dé las buenas noticias, porque ninguno de los ministros puede ocupar un papel relevante para el electorado'

No obstante, 'a Cañete se le ha dado protagonismo porque se ha esperado mucho al candidato, pero el partido ha considerado que Rajoy es el mejor activo del Gobierno en estos momentos', explica Gutiérrez-Rubí. 'No creo que sea algo improvisado que el presidente lidere ahora todo el protagonismo, alejando el foco del resto de ministros. De hecho los dos que están tomando la palabra en campaña [Rajoy y Cañete] tienen mejor media [en la encuestas] que los demás', detalla. 

Para Manel Villoria, catedrático de Ciencias Políticas, esta estrategia responde a la 'presidencialización del sistema'. 'Hay que dejar que el presidente dé las buenas noticias, las de la recuperación económica,  teniendo en cuenta que ninguno de los ministros económicos puede ocupar un papel relevante para el electorado y que suelen ser ellos los encargados de contar 'lo malo'', ejemplifica. Además, repasando los dos primeros años de legislatura, Villoria opina que 'es evidente que la imagen del Gobierno es bastante mala, la mayoría de las medidas aprobadas han sido polémicas y por eso ahora intentan dar una imagen del PP más amable'.

Para el catedrático, 'Wert está desaparecido en combate por su imagen nefasta y a Mato, si la mantienen en el Gobierno después de la implicación de su marido en el caso Gürtel, es para evitar abrir el melón de la crisis [del Ejecutivo]', cita Villoria entre otros ejemplos.'El Gobierno está quemado en términos de imagen pública y lo único que pueden vender son sus pocos datos de mejora macroeconómica. Mejor que todo 'lo bueno' lo cuente Rajoy', concluye.

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