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El alto paro no cambia el voto pero aumenta la abstención

EFE

Aunque en principio pueda parecer lógico que en unas elecciones los parados utilicen su voto para castigar a los partidos en el Gobierno, un reciente informe de la Fundación Alternativas indica que estar en paro en España no cambia el sentido del voto, pero sí puede aumentar la abstención.

El estudio, realizado por el sociólogo Miguel Caínzós y la psicóloga Carmen Voces, analiza el comportamiento de los parados españoles desde las primeras elecciones generales en 1979 hasta la actualidad, utilizando para ello los datos de diez encuestas postelectorales de cada uno de estos comicios.

Con la única excepción de 1986, la experiencia de desempleo no afecta a cuál es el partido elegido por los parados de izquierdas ni por los de derechas, ni por los ideológicamente afines al partido gobernante ni por los alejados de él.

Por tanto, la conclusión es clara: 'estar en paro no cambia el partido al que se vota, aunque disminuye la probabilidad de votar a algún partido', independientemente del ciclo económico, del nivel de desempleo existente y del partido que esté en el Gobierno.

Así, parece que las preferencias electorales de los parados son 'indistinguibles' de las de los ocupados, según concluye el informe del Laboratorio de la Fundación Alternativas, que ha sido presentado esta pasada semana coincidiendo con la publicación de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2014.

Los autores del estudio se preguntan por qué los españoles desvinculan su situación laboral de su intención de voto y encuentran varias respuestas posibles.

Puede que los parados no consideren al Gobierno responsable de su situación La primera es que puede que los desempleados no consideren al Gobierno responsable de su situación y, en consecuencia, piensen que no tiene sentido castigarle en unas elecciones.

El escepticismo general hacia la capacidad de los gobiernos para influir sobre la marcha de la economía o la preponderancia de valores individualistas y de 'una ética de la autosuficiencia', que haga pensar que conseguir un trabajo es un asunto 'estrictamente personal', pueden ser el motivo de esa reacción de los parados.

Pero también puede ocurrir que entren en juego mecanismos distintos dependiendo del contexto económico.

En este sentido, en momentos en los que el nivel de paro es relativamente bajo, el desempleo podría ser considerado un factor 'irrelevante' electoralmente debido a que quienes lo padecen no perciben su situación como reflejo de un problema colectivo, sino que la atribuyen a factores individuales.

En siete de las diez últimas elecciones generales, los parados se han abstenido más que los ocupados Por el contrario, cuando el paro sube, puede convertirse en un instrumento 'politizado' no sólo por los parados, sino también por muchos electores a quienes no afecta de manera directa, lo que hace imperceptible el comportamiento de los desempleados.

Otra de las explicaciones que se apuntan es que el descontento de los desempleados no se refleja en su voto porque su reacción puede ser no acudir a las urnas y la consecuencia hacer aumentar ligeramente la abstención.

En siete de las diez elecciones generales celebradas en España desde 1979, los parados se han abstenido más que los ocupados.

Un dato que apunta a que el único efecto apreciable de la situación de desempleo es una cierta disminución de la probabilidad de votar.

'Los parados sienten que el sistema político es insensible o incapaz ante su problema'

No obstante, ese posible aumento de la abstención se percibe como moderado, lo que lleva a concluir que 'no hay diferencias significativas entre parados y ocupados en cuanto al partido al que votan' y que sus preferencias electorales no pueden distinguirse de las de quienes tienen un trabajo.

'En términos políticos, los parados tienden a sentir que el sistema político en su conjunto es insensible o incapaz de dar respuesta a sus problemas más acuciantes, lo cual, lógicamente, hará que la opción de utilizar el voto para castigar al gobierno sea poco atractiva', señalan los expertos.

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