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Una ley 'pasamontañas' para las Mutuas

Octavio Granado
Secretario de la Seguridad Social 2004-2011

Preocupado tal vez con la aparición de las irregularidades denunciadas entre 2007 y 2009 sobre centenares de millones de cuotas desviadas (Universal), caviar y marisco para las reuniones de los directivos (FREMAP), y las que faltan por salir sobre la Mutua de Accidentes de Canarias y otras, el Gobierno ha decidido taparlas con una normativa que hace más difícil el control y más fácil el mal uso del dinero público.

Para empezar, las Mutuas son en la actual situación entidades con buenos resultados gracias a un inmenso beneficio regulatorio. Lo razonable en este contexto sería suprimir este beneficio indebido y aprovechar parte del dinero que reciben para pagar pensiones. La ley, sin embargo, las autoriza a disponer de parte de sus resultados, y con ello aumentan el déficit de la Seguridad Social. Más dinero para los empresarios, menos para los pensionistas, y cuando haga falta, una nueva reforma recortará un porcentaje mayor de la prestación.

Para continuar, y vistos los ejemplos de despilfarro, cuando no directamente de latrocinio, lo lógico sería aumentar los controles y extremar el carácter público de las cuotas que administran las Mutuas. Pues todo lo contrario, mayor autonomía, menores controles y, como bien dice la ministra, menos burocracia. Si la desregulación sirve para llevárselo mejor, eso que tenemos ganado.

El PP ya tumbó, con la ayuda inestimable de ERC y CiU, medidas de control en la última legislatura. Ahora aceptamos sin problemas la 'doble naturaleza' de las Mutuas. Son públicas las cuotas que administran, pero sus gastos, el sueldo astronómico de sus directivos, bastante mayor que el del presidente del Gobierno y sus reservas son privadas. En cuanto a las reservas, no deja de llamar la atención que el PP siga despojando el Fondo de Reserva mientras que las Reservas de las Mutuas engordan. Al menos, soportar la parte proporcional del déficit sería lo justo.

Y llegamos al apartado de los regalos. En Seguridad Social la única forma de gestionar las prestaciones es disponer de un número de cotizantes que, como en cualquier sistema de seguro, distribuya entre muchos que pagan poco prestaciones adecuadas para los que lo necesitan. Pues bien, la cotización por cese de actividad va a volverse voluntaria, con lo que a medio plazo sólo pagarán los que prevean su cese. O lo que es lo mismo, o la tarifa subirá exponencialmente, o la prestación bajará, o habrá un déficit considerable.

Estas medidas no carecen de lógica; sí de racionalidad, pero están pensadas para que un Sistema de todos beneficie a una minoría ínfima. Los sacrificios que demanda Rajoy día a día no tienen por origen a Merkel ni al BCE. Más dinero para las Mutuas, mejores sueldos para sus directivos, mayor libertad para usar nuestro dinero. Los trabajadores van a disponer de una mayor inseguridad en su salud laboral. Rajoy y Báñez pensarán que todos sacan algo.

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