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Excavan fosas en Burgos con centenares de asesinados republicanos en la Guerra Civil

OCTAVIO GRANADO

La Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos, promotora de la excavación, llevaba desde su constitución en 2003 con una tarea pendiente: la excavación de las fosas de los Montes de Estépar, donde yacen centenares de cadáveres de los encarcelados en la Prisión de Burgos y de los 'paseados' de los pueblos de alrededor.

En Burgos, con la salvedad de algunas zonas del norte de la provincia, no hubo enfrentamientos. Desarmadas las escasas milicias de la UGT y CNT y detenidos los alcaldes, concejales y cuadros políticos de Izquierda Republicana y el PSOE, fueron encarcelados sin mayor resistencia. Pero desde ese momento, y durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre de 1936, su vida quedó en manos de la crueldad y vesania de los sublevados.

Los testimonios que nos han legado los sobrevivientes de la prisión hacen estremecer. Para evitar que los trasladados en su último viaje pudieran dar vivas a la libertad y a la República eran amordazados con unas cinchas, que luego se lavaban, se limpiaban de vómito y servían para la siguiente saca. Se obligaba a los asesinados a excavar sus propias fosas, y cuando les parecía suficiente a los falangistas, albiñanistas y militares eran fusilados a bocajarro, y rematados a tiros y culatazos. Balas y golpes destrozaban los cráneos. Entre los así asesinados están Antonio José, el autor del Himno a Castilla, y el padre del escritor Francisco Ayala.

La representante de la Asociación, Rosa Quintanilla, se queja de que 'esta excavación debió hacerse ya en época de Felipe González'. En aquellos momentos el PSOE y la UGT de Burgos, en contra del criterio de sus direcciones nacionales, erigieron un monolito y luego un bello monumento en el cementerio. Dos homenajes anuales, no hubo más. Rosa ahora echa de menos una mayor implicación de la judicatura en estos procesos. Cuando recibía subvenciones de Zapatero, la asociación pudo promover excavaciones en Sedano, Covanera, y otros muchos municipios de la provincia, mientras la Asociación hermana de la Ribera del Duero intervenía en varios municipios de la comarca.

La excavación ha sido financiada por una exposición de varios artistas 

Ahora esta excavación ha sido financiada, y todavía se necesitan aportaciones, por una exposición de 41 artistas, que van desde Cuba, Perú, Palestina, diversos países europeos y pintores y escultores españoles. La exposición ha sido organizada por el Espacio Tangente, una asociación cultural muy activa que ha criticado duramente el que el Ayuntamiento de Burgos o la Diputación Provincial, siempre dispuestos a homenajear a Juan Yagüe, responsable del genocidio de Badajoz, no hayan querido aportar nada a esta actividad.

La excavación cuenta con tres directores: Francisco Etxeberria, de la Sociedad Aranzadi, como forense; Ignacio Fernández de la Mata como antropólogo social y Juan Montero como director arqueológico. Este último, ya ducho en varias excavaciones similares, destaca como 'se han conservado bastante más restos de los esperados' en un monte sometido a un sinfín de agresiones. 'Las fosas —según Montero— no aparecen en orden y una única fila, sino con forma de bañera, a fin de amontonar en ellas el mayor número de cuerpos'.

Voluntarios, alumnos de Historia y Antropología de la UBU y miembros de la Sociedad Aranzadi trabajan de sol a sol a cambio de comida y de estancia —los que no son de Burgos—. La satisfacción la encuentran en descubrir una parte de la historia que con ser sabida no es conocida. Si el dinero acaba por llegar, la excavación todavía durará lo previsto, y en caso contrario habrá que acortarla algún día. En todo caso, habrá que continuar en años sucesivos. Mientras tanto, al Monte de Estépar continúan peregrinando familias que buscan algún argumento que les permita identificar a sus deudos, asesinados por defender la libertad y la legalidad republicana.

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