Estaba claro. Si era mujer y andaluza, y Susana Díaz quería seguir centrada en Andalucía, sólo quedaba un nombre para presidir el PSOE: Micaela Navarro.

Ferraz confirmó en la tarde del viernes el nombramiento de toda una veterana política y feminista, impulsora y creadora de la Ley de Violencia de Género junto a Purificación Causapié, y la consejera más valorada de España durante muchos años.

Navarro ya estuvo en la Ejecutiva Federal con José Luis Rodríguez Zapatero de 2000 a 2004. Preparó desde la oposición las leyes de igualdad que luego ejecutó el presidente del Gobierno socialista pero, sorprendentemente para muchos, desapareció de la política nacional cuando el PSOE llegó al poder. La versión de Zapatero era que la había reclamado Manuel Chaves para Andalucía, pero nadie entendió bien esa operación.

En su etapa en el Gobierno, según el CIS y distintas encuestas, fue la consejera con mejor valoración de España por su trabajo en Políticas Sociales e Igualdad. Luego, su noviazgo con Andalucía se rompió porque ella fue una valedora de Alfredo Pérez Rubalcaba en el 38º Congreso de Sevilla, frente a Susana Díaz. Dejó el Gobierno y pasó al ostracismo.

Sin embargo, Susana Díaz no quería rivales internos y Micaela Navarro podía ser uno de ellos. Por ello, cuando presentó su candidatura, la propuso como presidenta de los socialistas andaluces. Las relaciones entre ambas se recompusieron. Ahora, la presidenta andaluza no ha dudado en poner su nombre para que pase a la historia del PSOE.

Micaela Navarro está considera como una mujer con una gran capacidad de trabajo, muy válida y muy conciliadora. Su nombramiento no molestará a ningún sector del PSOE.