La Mesa del Congreso de los Diputados se niega a revelar los documentos que recabó en su día la Comisión especial sobre torturas de la I Legislatura y que se guardan en los fondos documentales y bibliográficos del edificio del Congreso. Este órgano, que cuenta con mayoría del PP con cinco de los nueve miembros, ha rechazado por segunda vez la petición del diputado de Amaiur, Jon Iñarritu, de solicitar la totalidad de los fondos escritos y de audio que existan al respecto.

La primera legislatura fue la que puso fin a la dictadura de Francisco Franco y comenzó el 1 de marzo de 1979 tras el triunfo de la UCD de Adofo Suárez. El 29 de diciembre de ese mismo año se constituyó una comisión para investigar las supuestas torturas cometidas en el País Vasco a miembros de la banda terrorista ETA. Dicha comisión fue solicitada por el PSOE tras el secuestro del político de UCD, Javier Rupérez, que estuvo retenido por ETA durante un mes.

Treinta y cinco años después, los documentos de las actas y las grabaciones de los comparecientes en las distintas sesiones ante la comisión siguen estando ocultas a la luz pública. La Mesa del Congreso, en una nota registrada el pasado viernes, cita al artículo 57.1 c) de la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español para negarse a facilitar al diputado de Amaiur dicha información. Este artículo dicta lo siguiente:

'Los documentos que contengan datos personales de carácter policial, procesal, clínico o de cualquier otra índole que puedan afectar a la seguridad de las personas, a su honor, a la intimidad de su vida privada y familiar y a su propia imagen, no podrán ser públicamente consultados sin que medie consentimiento expreso de los afectados o hasta que haya transcurrido un plazo de veinticinco años desde su muerte, si su fecha es conocida o, en otro caso, de cincuenta años a partir de la fecha de los documentos'.

Para Jon Iñarritu, 'estamos ante un hecho de máxima gravedad porque sin lugar a dudas, esto supone encubrir la tortura'. Además, considera que 'el PP no es quién para hablar de derechos ni de víctimas, ni mucho menos para hablar de pacificación. Aquí se ha torturado y se tortura impunemente'.