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Archivada la querella del comisario Villarejo contra el juez del caso del pequeño Nicolás

Es la tercera querella que desestiman al veterano policía sobre los miembros de una supuesta organización criminal en la que estaría el juez de este caso, los ex miembros de Asuntos internos, el CNI, fiscales anticorrupción y periodistas.

El 'pequeño Nicolás'.- EP

La batalla judicial emprendida por el comisario de Policía José Manuel Villarejo Pérez contra todo aquel que le investigue está siendo un fiasco. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) acaba de archivar la querella que interpuso contra el titular del juzgado de instrucción número 2 de la capital, Arturo Zamarriego, que instruye la causa contra el pequeño Nicolás.

Es la tercera querella que le archivan a Villarejo en lo que va de año contra los miembros de una supuesta organización criminal formada por el Centro Nacional de Inteligencia, ex agentes de Asuntos Internos, dos fiscales, el juez del caso del pequeño Nicolás y varios periodistas.

Según exponía Villarejo en su querella, el juez no debía haber autorizado ni admitido el informe realizado por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía sobre su presunta asistencia a una reunión en el parque del Canal de Isabel II con Francisco Nicolás, un mes después de la detención de este. En este informe se identificaba a una persona que “presuntamente”, según se recogía, podría tratarse de este comisario.

Este informe motivó que el comisario José Villarejo fuera llamado a declarar el 17 de abril ante el juez Zamarriego. Una declaración muy tensa, desvelada en su integridad por Público, en la que el ‘agente encubierto’ se dedicó a sembrar sospechas sin pruebas, según el juez, sobre los investigadores y a incluir en las presuntas reuniones mantenidas en torno al caso pequeño Nicolás al director adjunto operativo de la Policía, el comisario Eugenio Pino. Según declaró Villarejo, el DAO le informó de la preocupación que tenía el ex comisario de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, porque alguien había grabado una conversación suya y de sus hombres con dos agentes del CNI. Fue el propio DAO quien trasladó esta información a Villarejo, a pesar de que este nada tenía que ver con la investigación. Pese a las advertencias del juez de que se ciñera a los hechos, el veterano Policía se sintió coaccionado por el magistrado.

Los investigadores realizaron el informe sobre el parque del Canal de Isabel II después de que el propio Francisco Nicolás Gómez Iglesias hiciera pública la existencia de esa grabación y de que el periodista Esteban Urrieztieta dijera a los investigadores “que un adscrito al Ministerio del Interior” se la había proporcionado a él y a su compañero Eduardo Inda. Presuntamente, a su vez ellos la entregaron a Francisco Nicolás. Es decir, explican las fuentes judiciales consultadas por Público, “que el informe es legítimo debido a que allí se investigaba la comisión de un presunto delito y el juez autorizó que les facilitaran las grabaciones para poder hacer la identificación de los asistentes”.

Esta es la opinión que mantiene el TSJM que avala la actuación tanto del juez como de los agentes que ahora forman la comisión judicial referente a la investigación que se está llevando a cabo sobre la posible revelación de secretos y a los autores de la grabación ilegal. Esta parte ha sido declarada secreta por Arturo Zamarriego según avanza la investigación, tal y como reconoce Villarejo en su querella.

Cuatro archivos

El primero de los archivos de las cuatro denuncias presentadas por el “engente encubierto”, todas ellas a efectos de notificaciones en la sede de la Dirección General de la Policía y firmadas en calidad de comisario principal, fue la que interpuso contra el ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. El comisario grabó al ex líder del Partido Popular después de que este le acusara de extorsión para que se cerrara la investigación sobre su ático de Estepona. En la grabación hecha pública por el propio comisario queda claro como el policía le garantiza que se arreglará todo.

La del juez Zamarriego se inscribe en una tanda de tres querellas interpuestas por al comisario José Villarejo, todas ellas desestimadas de plano. La primera la puso en los juzgados de Plaza de Castilla contra una teórica organización criminal formada por agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los investigadores del caso del pequeño Nicolás, una periodista de Público y el director adjunto de El País, Javier Ayuso. El juzgado rechazó admitir la querella y él recurrió aunque por segunda le negaron abrir diligencias.

A la vez amplió esta querella por organización criminal en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra los Fiscales José Grinda y Juan José Rosa y otros periodistas, también por formar parte de la red que le llevaría persiguiendo a lo largo de toda su carrera, aunque con más intensidad desde que denunció que el CNI se había quedado con parte del rescate de dos periodistas. Según dice, la primera investigación contra él la inició al relacionar a uno de sus hijos en el caso de Gao Ping. En el último año Villarejo también está siendo relacionado en diferentes investigaciones judiciales con las amenazas a la doctora Pinto, la trama del traficante indio Varma o la Operación Púnica.

En esta querella contra la presunta organización criminal, el comisario Villarejo expone una serie de hechos sobre lo relativo al informe en el que se le sitúa en el parque junto con el pequeño Nicolás, Eduardo Inda, Esteban Urrieztieta y un hombre desconocido.
Según Villarejo, el comisario Eugenio Pino aseguró al comisario Marcelino Martín Blas “de manera rotunda que no era yo el identificado”. Entonces Martín Blas “contradijo a su Jefe alegando con la certeza y seguridad absoluta que le habían dado ciertos miembros del CNI. Se refería a los funcionarios del CNI con los que habitualmente contactaba, quienes le habían asegurado mi presencia en la zona, por los posicionamientos de mi teléfono, lo que evidenciaría con dicho argumento, de que estaban ilegalmente intervenidas mis comunicaciones”.

Según diferentes abogados consultados por Público, “Villarejo podría estar cayendo en su propia trampa. Si ese argumento evidencia que su teléfono estaba intervenido, tal y como él dice, también evidenciaría que estaba en el parque a pesar de que Asuntos Internos se haya equivocado en su identificación”. Es más, aseguran, “también evidencia que la información desvelada por Público de que había una investigación abierta del CNI en la que estaba involucrado el comisario Villarejo sería cierta a pesar de las querellas”.

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