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Mas logra una exhibición de unidad política y ciudadana ante el TSJCat

Más de 3.000 personas, 400 alcaldes, el Govern en bloque y diputados de la CUP se concentran delante del Palau de Justícia para apoyar al presidente de la Generalitat en su declaración como imputado por el 9-N. La coincidencia con el 75 aniversario del fusilamiento de Companys y el comunicado del TSJCat encienden al independentismo, que carga contra la justicia española.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha acudido al Palacio de Justicia para declarar como imputado por el 9N arropado por más de 400 alcaldes catalanes y cientos de ciudadanos. EFE/Alberto Estévez

BARCELONA.- La llegada de Artur Mas para declarar como imputado ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha tenido, como se preveía, tintes épicos. Cuando el sol empezaba a asomar la cabeza en Barcelona, el presidente catalán en funciones, acompañado de la alcaldesa Ada Colau y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, ya estaba en Montjuïc para realizar una ofrenda floral en el lugar donde fue fusilado el expresidente de la Generalitat Lluís Companys hace hoy 75 años; un tributo habitual cada 15 de octubre, fecha de la ejecución, solo que hoy la jornada traía una novedad: el presidente actual tenía que declarar en los juzgados. Y como no podía ser de otra forma, la combinación simbólica ha encendido al independentismo.

Más de 3.000 personas —cinco veces más que las que se dejaron ver el martes— se concentraban a las puertas del Palacio de la Justicia desde primera hora de la mañana para ver llegar al presidente, convocados por la ANC y Òmnium. Como ya ocurriera en las citaciones de Irene Rigau y Joana Ortega, no lo ha hecho solo. Le han acompañado miembros del Govern, la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, y diputados electos de Junts Pel Sí —como Raül Romeva, Oriol Junqueras o Lluís Llach— y la CUP —entre ellos David Fernández y Antonio Baños, que han recibido gritos en favor de la unidad y este último ha tuiteado en mitad de la euforia un mensaje que pronto ha tenido su réplica en forma de cántico: "No tenim por (No tenemos miedo)".

Mas, saluda levantando los cuatro dedos, en referencia a las cuatro barras de la 'senyera'./ EFE

La novedad, en esta ocasión, ha sido que Mas ha llegado hasta la escalera del Palacio de la Justicia custodiado por más de 400 alcaldes llegados de toda Catalunya, con los presidentes de la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y l'Associació Catalana de Municipis (ACM), Carles Puigdemont y Miquel Buch, a la cabeza. Pasaban tres minutos de las 09.30 horas de la mañana y en el Paseo Lluís Companys, a la altura del tribunal, ya no cabía ni un alfiler.

Una vez ahí, los acompañantes, entre ellos su mujer, Helena Rakosnik, han hecho un pasillo a Artur Mas. El líder de CDC ha subido solo hasta el portal, alargando cada paso, degustando cada escalón, para que los aplausos ganaran en intensidad y los alcaldes tuvieran tiempo de levantar sus varas. Una vez en la puerta, se ha girado y ha levantado la mano derecha, solo cuatro dedos visibles, las cuatro barras de la bandera catalana. La ovación llegaba a su punto álgido. Mas se ha golpeado dos veces el pecho en señal de agradecimiento a los presentes y ha entrado en el interior del órgano judicial. Con su sombra difuminándose por el histórico recinto, concentrados y políticos aprovechaban para cantar Els Segadors, primero, y L'Estaca, después.

Nuevos cánticos contra la justicia española

Una de las ovaciones más sonoras se la ha llevado el juez Santi Vidal, suspendido por promover la redacción de una constitución catalana y que no ha querido perderse la cita. Por su parte, el coordinador general de CDC, Josep Rull, advertía delante de los micrófonos que una posible inhabilitación a Artur Mas "deberá ser ignorada". En la calle, centenares de personas exhibían estelades de todos los tamaños. Los de primera fila eran algo más precavidos, pues en la concentración del martes un ciclista quiso robar una de ellas, con tan mala pata que se desestabilizó y cayó de cabeza al suelo. Esta mañana una señora encendía dos velas y depositaba un ramo de flores en el lugar de los hechos. "Por el ciclista caído", ironizaba.

Menos gracia ha hecho la presencia de Miguel Bernard, secretario general del sindicato Manos Limpias, recibido entre abucheos y pitos por los manifestantes. Bernard ha aprovechado que tenía que visitar el juzgado en calidad de acusación popular y querellante contra Mas, Rigau y Ortega por el 9-N para soltar otra bomba: ha iniciado los trámites para tratar de ilegalizar a la CUP por grupo "criminal".

Los alcaldes levantan sus varas de mando entre los miles de persones que han acudido a la concentración de apoyo a Mas./ REUTERS

Los alcaldes levantan sus varas de mando entre los miles de persones que han acudido a la concentración de apoyo a Mas./ REUTERS

El comunicado que el TSJCat envió el pasado martes tildando de "ataque a la independencia judicial" las concentraciones delante de los juzgados, ha enervado a los manifestantes, que han lanzando cánticos contra la justicia aun más duros que los que se escucharon el día de la declaración de Irene Rigau y Joana Ortega. En no pocas ocasiones se han escuchado los "Fora, fora, fora la justicia espanyola (Fuera, fuera, fuera la justicia española)", "Esto no es justicia, es inquisición" y "A este tribunal no se lo cree nadie" como preámbulo a los habituales "Independència" o "Todos somos Mas". También había carteles con mensajes como "Me autoinculpo: yo también voté el 9-N" y alguna que otra caracterización entre el público —un hombre con toga y barretina—, mayoritariamente nutrido de jubilados y parados, siendo como es un día laborable.

Mas se declara "responsable único"

Artur Mas empezaba el interrogatorio a las 10.15 horas y cerraba su intervención una hora y cuarto después. Lo ha hecho en catalán y respondiendo únicamente al juez, declárandose "único responsable" del 9-N y "promotor político" de una consulta que, según ha dicho, era el objetivo fundamental de la legislatura. "No busquen más", aseguran fuentes de la defensa que ha dicho ante el juez Joan Manuel Abril, en el discurso inicial de unos 10 minutos de duración que ha realizado nada más comenzar la declaración. El presidente catalán, que se ha negado a responder al Fiscal y a la acusación popular, también ha dicho que es "corresponsable" de la primera consulta y de su posterior suspensión.

El juez ha realizado un interrogatorio cronológico, poniendo el acento en las fechas comprendidas entre el 4-N, día de la suspensión del Tribunal Constitucional, y el 9-N, día de la celebración del proceso participativo alternativo. A partir de ese primer día, Mas ha reconocido que el formato de la consulta se modifica, trasladando la ejecución del nuevo proceso participativo a los voluntarios. "No sé qué hago aquí, yo tengo que responder ante el Parlament", cuentan las mismas fuentes que ha considerado en una de sus intervenciones.

Al salir del juzgado y con la mejor de sus sonrisas, centenares de personas le han aplaudido y jaleado con gritos de "President, president!". De nuevo, mano derecha en alto y abrazos con su mujer, la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, la consellera Rigau y la exvicepresidenta Ortega. La foto de estos tres últimos, imputados por la organización del 9-N, arropados por el Govern y la ciudadanía en las escaleras del TSJCat era sin duda la más buscada. A continuación, Mas se ha acercado al público a saludar y posteriormente se ha dirigido al Palau de la Generalitat, donde ha celebrado una rueda de prensa en la que ha instado al juez a "decidir si actuar como un demócrata equivale a actuar como un delincuente".

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