El expresidente de la Diputación de Ourense y del PP en esta provincia, José Luis Baltar, ha alegado que actuó 'convencido de que las contrataciones no precisaban publicidad', en relación a los 104 contratos firmados en el primer trimestre de 2010 y que le llevaron al banquillo de los acusados por un posible delito continuado de prevaricación.

En una declaración que duró una hora, Baltar respondió sólo a preguntas del fiscal y de su abogado y detalló cómo se hacían los trámites de aquellos 104 contratos temporales. 'Los diferentes servicios no tenían contrataciones desde hacía seis meses y se habían quedado sin 120 trabajadores, así que me pedían con insistencia que hiciese contratos', expuso.

'Tengo que reconocer aquí que desconozco la ordenanza que firmé en 2004 para las contrataciones en la Diputación', añadió y se mostró 'convencido' de que los procedimientos urgentes, utilizados en los contratos denunciados, no precisaban publicidad.

Asimismo, José Luis Baltar, que lleva dos años apartado de la actividad política, con lo que una condena por prevaricación no le supondría efectos reales, añadió que en los más de 20 años que presidió la Diputación de Ourense nunca le habían puesto reparos y reprochó al jefe de Personal y a técnicos que no le hubiesen advertido.

La declaración comenzó tras quedar resuelta la cuestión previa planteada por su defensa en la que pidió y argumentó la anulación de todas las diligencias por varios 'vicios', como la investigación previa del fiscal, 'en la que nunca se tomó declaración al acusado', o la pregunta 'planteada a todos los testigos durante la instrucción sobre su ideología política', entre otros.

La jueza rechazó la nulidad y dio paso a la declaración de José Luis Baltar, que se produjo en una sala ocupada por medios de comunicación y una decena de personas más, mientras que en la entrada del palacio de justicia permanecieron una veintena de personas que no entraron.

La expectación creada por este juicio llevó a la colocación de vallas para limitar el pasillo de entrada el edificio judicial, pero Baltar eludió situaciones como la de su entrada para declarar ante el juez de instrucción, en 2013, y llegó una hora antes, cuando no había llegado ninguno de sus allegados, y sólo pudo ser visto por algunos fotógrafos.

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