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Barones del PSOE y el Ibex frustraron la investidura de izquierdas "casi hecha" entre Sánchez e Iglesias

El líder socialista contaba con el "sí" del PNV y la abstención de los nacionalistas catalanes cuando el rey le pidió que intentara formar Gobierno. Abert Rivera emerge como posible siguiente candidato a la Presidencia tras la previsible votación fallida de esta semana

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el día de su encuentro en el Congreso después de que el rey encargara formar Gobierno al socialista. EUROPA PRESS

MADRID.- La investidura de Pedro Sánchez como próximo presidente del Gobierno tras la única legislatura en La Moncloa de Mariano Rajoy estaba "casi hecha", subrayan fuentes parlamentarias conocedoras de las conversaciones entre PSOE y Podemos. Tanto, argumentan los mismos interlocutores, que los socialistas se habían garantizado el apoyo del PNV (6 escaños) y la formación morada, la abstención de los nacionalistas catalanes ERC (9) y DiL (8), y así se lo trasladaron mutuamente en la reunión del 5 de febrero los dos líderes.

Es decir, la oposición (el "no") de PP, con 123 escaños, y de Ciudadanos (atendiendo a la negativa mantenida de su líder, Albert Rivera, a votar con Podemos), con 40 escaños, no sumaría más escaños que el "sí" al bloque de izquierdas (PSOE, Podemos y sus confluencias, Compromís e IU-U) y PNV. Esto serían 167 escaños a favor de un Pedro Sánchez presidente y 163 en contra en segunda votación. 

"Lo importante de verdad es que no se nos dé la presencia de Podemos, porque eso desajustaría la economía", advierte Villar-Mir

Son conocidas y públicas las presiones recibidas para no pactar con Podemos por parte de Sánchez, tanto dentro de su partido como de los conocidos como poderes fácticos que se concentrarían en el término Ibex (las 35 empresas con más peso en las cuatro bolsas españolas), aunque en realidad se trate de un entramado económico y financiero más complejo que un determinado número de empresas.

Por ejemplo, esta misma semana, el presidente de OHL, Juan Miguel Villar-Mir, insistía en lo repetido por varios de sus colegas de la cúpula empresarial desde antes de las elecciones generales del pasado mes de diciembre: "Lo importante de verdad es que no se nos dé la presencia de Podemos, porque eso desajustaría la economía", sostenía el empresario abogando por la gran coalición y el acuerdo PP-PSOE-Ciudadanos.

Una suma que sí que da

El Partido Socialista, confirman desde sus filas, no es "impermeable" a los llamamientos del Ibex 35 -con quien desea mantener una buena relación, "como siempre", apelando a la "riqueza de país", y con cuyos responsables nunca ha dejado de mantener contacto frecuente- y cuando el rey pidió a Sánchez que se sometiera al debate de investidura, saltaron todas las alarmas: la gran coalición parecía imposible, mientras que un pacto de izquierdas no sólo era factible, sino que sumaba, efectivamente, una mayoría simple con las coordenadas que tanto Sánchez como Pablo Iglesias se expusieron mutuamente en la reunión del 5 de febrero.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en su comparecencia ante los periodistas tras su reunión con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. REUTERS/Susana Vera

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en su comparecencia ante los periodistas tras una de sus reuniones con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. REUTERS/Susana Vera

Tras el fin de las negociaciones PSOE-Podemos-Compromís-IU impuesto por el acuerdo PSOE-Ciudadanos que la formación de Iglesias ve totalmente incompatible con su proyecto de Gobierno de cambio, plural y progresista, Podemos cree que los socialistas no son "honestos" con ellos y que, en realidad, nunca quisieron un pacto de izquierdas. Varias voces del PSOE reconocen las dificultades que ha habido siempre (el referéndum catalán, por ejemplo, o la entrada en el Consejo de Ministros de Iglesias y su equipo), pero se niegan a hablar de presiones externas. Los socialistas, informa Manuel Sánchez, apuestan por la "transversalidad" y siguen confiando en que Podemos se una a un acuerdo "abierto" firmado sólo con Ciudadanos, de momento.

Investir a Rivera

En los últimos días, y ante una situación con un bloqueo que, a tenor de las encuestas, no resolvería una nueva convocatoria electoral, gana enteros la posibilidad de que ni Sánchez —el cual, a día de hoy, fracasaría en su investidura— ni el candidato del PP y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, sean el jefe del Ejecutivo en la legislatura que entra. Sobre todo, entre las filas conservadoras, conscientes como son de que mantener a Rajoy en La Moncloa es "tarea imposible", pues no contaría tampoco con el apoyo del Ibex, admiten fuentes del PP reconociendo el "cerco de corrupción" que rodea a su líder.

Varios medios (Soledad Gallego-Díaz, en Contexto, entre otros) han publicado esta semana que tampoco la presidenta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, vería con malos ojos la posibilidad de que ni Sánchez ni Rajoy fueran investidos. La operación, llena de complejidades y renuncias generosas por parte no sólo de los dos líderes de PP y PSOE, pasaría por ceder la Presidencia del Gobierno a una tercera persona que atase la gran coalición limpiamente. Albert Rivera, líder de Ciudadanos, cuarta fuerza parlamentaria, sería el elegido para someterse a un segundo debate de investidura. Nunca 40 escaños habrían dado para tanto.

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