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Batasuna mantiene su doble rasero con la violencia en Irlanda y Euskadi

Condena los ataques allí porque los irlandeses tienen 'cauces democráticos' para lograr sus objetivos

GUILLERMO MALAINA

Los dos últimos atentados de grupos disidentes del IRA han motivado esta semana el rechazo del mundo de Batasuna. En un comunicado de adhesión al Sinn Féin, criticó los asesinatos de un policía norirlandés y de dos militares británicos. Esta reacción nada tiene que ver con su habitual negativa a condenar, o cuestionar, los atentados de ETA. El porqué de este doble lenguaje radica en que este sector de la izquierda abertzale cree que en Irlanda se abrió un 'espacio democrático' con el Acuerdo del Viernes Santo, de 1998, mientras que en Euskadi todas las fuerzas políticas no pueden alcanzar sus objetivos.

En concreto, el mundo de Batasuna plantea que, 'al contrario de lo que pasa en Euskadi', el pueblo irlandés tiene reconocido el derecho a la libre determinación. 'Gracias al proceso de diálogo y negociación liderado por el movimiento republicano', decía en su nota, 'hoy existen en Irlanda cauces pacíficos y democráticos para que las legítimas aspiraciones del pueblo irlandés puedan materializarse'.

Los conflictos políticos irlandés y vasco no son similares. Ni siquiera han seguido vías paralelas. Pero la izquierda abertzale tradicional siempre se ha identificado con el Sinn Féin, tanto por su negativa a condenar las acciones cometidas por del IRA hasta el abandono de las armas, como por su determinación en el proceso de paz que desembocó en el Acuerdo del Viernes Santo, en 1998.

En esa clave, cabe interpretar su comunicado para adherirse a la declaración de condena realizada por el presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, contra los últimos atentados de dos grupos disidentes del IRA -IRA de Continuidad (CIRA) e IRA Auténtico (RIRA).

La ilegalizada Batasuna también es consciente de que puede necesitar el apoyo del Sinn Féin en un hipotético proceso de paz, como en 2007. Después de que ETA reventara la tregua con la bomba en la T-4, Arnaldo Otegi y Pernando Barrena [hoy encarcelado] viajaron a Irlanda invitados por Gerry Adams para analizar el modo de reflotar el proceso de paz en Euskadi.

Gerry Adams tuvo otro gesto en septiembre de 2008, cuando Otegi abandonó la prisión de Martutene tras 15 meses encarcelado. El presidente del Sinn Féin envió entonces una carta para su lectura en el homenaje al ex líder de Batasuna. En la misiva, le presentaba como un 'hombre de paz' y además emplazaba a los partidos políticos y al Gobierno español a retomar el diálogo.

Transcurridos seis meses desde entonces, Otegi está inmerso en el debate iniciado en la izquierda abertzale para superar la actual situación de bloqueo, endurecido además por su ilegalización en el Parlamento Vasco y el encarcelamiento de casi toda la Mesa Nacional. 'La izquierda abertzale tiene una responsabilidad, y es intentar propiciar que haya otra oportunidad para la paz', señala un interlocutor cercano a la línea de trabajo de Otegi, antes de advertir: 'Poner fechas es infantil, pero habrá un proceso de paz'.

El mundo de Batasuna mantiene en secreto las líneas sobre las que trabaja. Además, desde las elecciones vascas, ha adoptado un discreto papel. Tan sólo algunos miembros representativos, como Tasio Erkizia o Rafa Díez Usabiaga, han salido a la palestra para contestar al PNV, después de que dirigentes nacionalistas dijeran que, tras el 1 de marzo, hubo alguna llamada entre un interlocutor abertzale y un importante dirigente socialista.

Erkizia atribuye las declaraciones sobre esos supuestos contactos entre el PSE y Batasuna a que el 'PNV está desquiciado' por la idea de perder el Gobierno vasco. No obstante, este histórico dirigente se muestra también convencido de que entre los socialistas vascos -más allá del mensaje oficial- hay un sector importante favorable a explorar vías para la pacificación de Euskadi. 'La izquierda abertzale no quiere imponer la independencia a nadie. Sólo quiere que se reconozca el derecho a decidir del pueblo vasco y que todos tengamos las mismas oportunidades para luchar por nuestros objetivos en un escenario democrático', dice Erkizia.

La dirección del PSE no espera novedades del proceso de reflexión de la ilegalizada Batasuna hasta después del verano, y además tiene poca fe en su margen de maniobra, mientras ETA no decida abandonar las armas.

En el intento de favorecer otro proceso de paz, la izquierda abertzale se encontrará en breve con una corriente favorable: la Mesa de Maltzaga, un foro de corte nacionalista que defiende retomar la senda de Lizarra. En el mismo participan, a título personal, la ex presidenta de EA Begoña Errazti, Iñaki Aldekoa (Aralar), Mertxe Colina (Abertzaleen Batasuna, partido del País Vasco francés), Txomin Ormaetxea (PNV), Victoria Mendoza, edil de ANV en Irun, y representantes de la diáspora.

Una vez se constituya el Gobierno vasco, la Mesa de Maltzaga tiene el propósito de reunirse con todos los partidos para alcanzar puntos en común sobre un final dialogado de la violencia. Patxi Azparren, miembro de este foro, sostiene que hoy por hoy el PSE 'se ve fuerte porque está a punto de llegar al Gobierno vasco' con un pacto con el PP. Pero, avisa de que más allá de la mayoría que refleja el Parlamento Vasco por la ilegalización de la izquierda abertzale tradicional, 'aquí hay una mayoría social nacionalista que está a favor de buscar una salida dialogada'.

'En esta situación, los nacionalistas deben tomar la iniciativa', dice, convencido además de que el mundo de Batasuna va a tratar de promover un proceso de paz.

Sería una nueva oportunidad para Otegi. En 1996, cuando el Sinn Féin quedó fuera de las conversaciones, la mayoría de la sociedad inglesa también veía a Gerry Adams como el representante de un partido dispuesto a matar. Hoy tiene el respeto hasta de los más incrédulos por aquel entonces.

 

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