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Cifuentes rompe con Aguirre: auditará su gestión y promete "tolerancia cero" con la corrupción

La presidenta de la gestora del PP de Madrid promete una "renovación" del partido, corregir errores e imponer un código ético para todos los miembros de la formación

Vista general de la primera reunión formal de la gestora del PP de Madrid presidida por la presidenta de la Comunidad y de la gestora del PP de Madrid, Cristina Cifuentes (c), después de que el lunes fuera ratificada por la dirección nacional del partido. EFE/Fernando Alvarado

PAULA DÍAZ

MADRID.- Una "renovación en el fondo y en la forma" basada en los principios de "la legalidad, la ética y la estética". Esos son los objetivos que se ha marcado Cristina Cifuentes en su nuevo cargo al frente de la gestora que ahora dirige el PP de Madrid. 

Tras su primera reunión con el nuevo equipo, la también presidenta de la Comunidad de Madrid ha querido escenificar su ruptura total con su antecesora, Esperanza Aguirre, cuya gestión ha dejado veladamente en entredicho. Una de las primera medidas que tomará será la de elaborar una auditoría "para conocer la situación económica y financiera" del partido. 

Asimismo, prometió "tolerancia cero" con la corrupción y adelantó la creación de un código ético que será de obligado cumplimiento para todos los miembros del partido: desde los altos cargos hasta el último militante. "Hay mucho que hacer, especialmente en un momento tan delicado como este", dijo en referencia a la investigación de la caja del PP de Madrid por presunta financiación irregular.

"Estamos en una etapa nueva, en una nueva forma de hacer política", insistió. Y, tras mitinear con términos como "trabajo en equipo" y rechazar ser "una secta con pensamiento único", lanzó otra puya a la antigua dirección: "Estamos para servir a la gente, nunca para servirnos nosotros de las personas", espetó.

La presidenta de la Comunidad y de la gestora del PP de Madrid, Cristina Cifuentes, ofrece una rueda de prensa al término de la primera reunión formal de la gestora del PP de Madrid. EFE/Fernando Alvarado

Y prometió renovar los equipos de trabajo"para que el partido funcione como un reloj", al menos, mientras dure su mandato "temporal, hasta que se convoque el Congreso regional del partido". En este sentido, Cifuentes volvió a meter prisa a Mariano Rajoy al expresar su deseo de que se celebre "cuanto antes", así como de que sea "abierto: un militante, un voto".

También se mostró ansiosa por recibir plenos poderes -necesita un poder notarial de la dirección del PP nacional para ello- para poder "tomar decisiones en los próximos días". Entre ellas, dejó caer, la de despedir al ex gerente PP de Madrid  imputado en el caso de las tarjetas black y en la operación Púnica, Beltrán Gutiérrez, que todavía es trabajador del partido pese a haber sido destituido como gerente por la dirección nacional. Una vez más, nuevo varapalo para Aguirre, ya que fue ella quien en su día decidió mantenerle como administrativo, con despacho en Génova incluido. En cambio, no quiso valorar la no dimisión de Rita Barberá como senadora: "No pertenece a PP de Madrid y es una decisión suya que le corresponde a ella y a nadie más", zanjó el tema.

La placa del 15-M, una "ofensa" a las víctimas del 11-M

De otro lado, Cifuentes también aprovechó la rueda de prensa para anunciar medidas que tomará como presidenta de la Comunidad y no sólo como gestora de su partido. Así, adelantó el inminente anteproyecto de ley para eliminar los aforamientos de todos los miembros de su Ejecutivo y volvió a defender su petición de trasladar el Mobile World Congress de Barcelona a Madrid. "No entiendo cómo ha sorprendido tanto que quiera lo mejor para Madrid", insistió en su argumento.

Además, arremetió contra la decisión de Manuela Carmena de conceder una placa honorífica a los miembros del 15-M en la puerta del Sol. Cifuentes, que reconoció que la gestión de los espacios públicos es responsabilidad del Ayuntamiento, se negó a que se coloque "junto a la placa que recuerda a los héroes del 2 de mayo y a las víctimas de del 11-M". Y es que para ella, sería una "ofensa" para ellos. Aunque nadie ha dicho aún que se vaya a instalar en la Real Casa de Correos. 

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