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En Comú Podem cierra la campaña pidiendo un último esfuerzo para “hacer posible el cambio”

La candidatura de confluencia de la izquierda soberanista catalana cuenta con el aval de las encuestas, que la sitúan como la opción con más probabilidades de imponerse en Catalunya el domingo. A diferencia de lo que sucedió con CSQP, a medida que han pasado los días la lista ha ganado apoyos que han alimentado la percepción que “la remontada” es posible

El cabeza de lista de En Comú Podem, Xavier Domènech, durante su intervención en el mitin final de campaña. EFE/Alejandro García

MARC FONT

TERRASSA.- En Comú Podem ha cerrado la campaña para las elecciones generales con un acto de pequeño formato en Terrassa en el que han participado la mayoría de los diez primeros candidatos de su lista por Barcelona. Ante las alrededor de 250 personas que han abarrotado la sociedad coral Els Amics, el número uno de En Comú Podem, Xavier Domènech, ha pedido un último esfuerzo para que, “de forma silenciosa” mañana “se siga convenciendo a gente” para “hacer posible el cambio”. En el acto, que ha servido para que algunos de los candidatos cuenten anécdotas de la campaña -por ejemplo, la número 4, Lucía Martín, ha reconocido que la semana pasada fue al Hotel Palace a escuchar a Pablo Iglesias y que antes sólo había estado en el hotel para participar en un escrache-, Domènech también ha proclamado que la confluencia ha protagonizado una “remontada tan importante que hemos conseguido que el miedo cambie de bando”.

Como en todos los actos, ha dirigido ataques a Ciudadanos, para destacar que el partido de Rivera “ha demostrado que no representa el cambio, sino que es el recambio” y por eso “ha dicho que apoyará a un gobierno del PP”. “Ante todos los que nos querían divididos, ahora estamos en común y el 20 de diciembre ganaremos”, ha concluido Domènech. El ambiente ha sido claramente festivo y optimista, en la línea de la segunda mitad de una campaña en la que la candidatura de confluencia de Barcelona en Comú, Podem, ICV y EUiA ha protagonizado un in crescendo. ¿La explicación? La clara mejora de sus expectativas en las encuestas, hasta el punto de que casi todos los últimos sondeos coinciden en vaticinar que será la formación más votada en Catalunya el 20-D.

La evolución ha sido en cierta manera similar a la que experimentó Barcelona en Comú en su carrera hacia las elecciones municipales del 24 de mayo y el creciente optimismo se ha traducido en constantes gritos de “remontada”, cuando en los primeros días no existían. Como síntoma el particular maratón -no programado hasta ayer- que el cabeza de lista, Xavier Domènech, ha tenido este viernes, con actos en Tarragona, Lleida -donde ahora la lista tiene opciones reales de obtener un escaño, algo impensable hace algunos semanas-, Girona y, finalmente, Terrassa.

El papel clave de Barcelona en Comú

Con algunos problemas a la hora de su constitución, básicamente por el fuerte debate interno que existió en EUiA antes de aceptar integrarse en la lista, En Comú Podem tenía como precedente inmediato Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), la lista de confluencia que articularon Podem, ICV y EUiA para las elecciones al Parlament del 27 de septiembre. La candidatura que encabezó el activista vecinal Lluís Rabell fracasó claramente en las urnas, al obtener tan sólo 11 diputados en la cámara autonómica, cuando ICV-EUiA contaba previamente con 13.

El cabeza de lista de En Comú Podem, Xavier Domènech (i), conversa con el presidente de ICV, Joan Herrera, poco antes del mitin final de campaña. EFE/Alejandro García

Voces de estas dos formaciones cuestionaron posteriormente la estrategia de una campaña en la que los principales líderes de Podemos, fundamentalmente Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, fueron omnipresentes y el primero protagonizó algunas polémicas al apelar al origen territorial de los votantes de los barrios populares del área metropolitana de Barcelona.

Superada esta experiencia, hay varios factores que explican porqué En Comú Podem sí que tiene muchas posibilidades de convertirse en una apuesta electoral de éxito. El primero, y sin duda el más decisivo, ha sido la implicación de Barcelona en Comú y su líder, Ada Colau, algo que no pasó en la campaña del 27-S.

Consciente de que gran parte de las leyes que dificultan la capacidad de actuación de los ayuntamientos se deciden en el Congreso, la formación que gobierna el ayuntamiento de la capital catalana decidió volcarse en la campaña. La alcaldesa de Barcelona ha demostrado su gran capacidad de movilización y se ha implicado también en la campaña de Podemos a nivel estatal, asistiendo al acto central que la formación morada hizo en la Caja Mágica de Madrid y hoy mismo en el cierre de campaña que Compromís-Podem ha hecho en Valencia.

El referéndum como carta ganadora

A diferencia de lo que pasó el 27-S, Pablo Iglesias no ha cometido ningún error destacable en sus tres visitas a Catalunya durante la campaña y su discurso de defensa a ultranza del derecho a decidir, con la apuesta irrenunciable de celebrar un referéndum en Catalunya el año que viene, ha sonado creíble ya que la ho defendido en todas partes. Además, la apelación a una España plurinacional se ha visualizado con actos conjuntos con sus aliados catalanes -En Comú Podem-, gallegos -En Marea- y valencianos -Compromís-Podem-, que coincidieron, por ejemplo, en el mitín que la candidatura encabezada por Xavier Domènech celebró el miércoles en el distrito de Nou Barris, en Barcelona.

La propuesta de celebrar un referéndum de autodeterminación en Catalunya ha sido uno de los puntales de En Comú Podem, como también lo fue para CSQP. Pero mientras que el 27-S fue una carta perdedora -en un contexto de extremada polarización que convirtió los comicios en plebiscitarios a favor o en contra de la independencia-, en esta ocasión la sensación es que se ha sido un planteamiento ganador, hasta el punto de que las dos formaciones independentistas presentes en el 20-D -ERC y Democràcia i Llibertat- han renunciado a reclamar el referéndum, dejando esta bandera únicamente en manos de En Comú Podem.

El cabeza de lista de En Comú Podem, Xavier Domènech, y su número dos, Marta Sibina, durante el mitin final de campaña. EFE/Alejandro García

El cabeza de lista de En Comú Podem, Xavier Domènech, y su número dos, Marta Sibina, durante el mitin final de campaña. EFE/Alejandro García

Además, una parte del independentismo ha asumido que el 27-S no ganaron el plebiscito -lograron la mayoría parlamentaria pero no llegaron al 50% de los votos- y esto se ha traducido en que varias voces cercanas a la CUP e, incluso, a ERC han defendido la necesidad de volver a reclamar el referéndum. Finalmente, el barómetro del CEO -el equivalente catalán al CIS- apunta que alrededor de un tercio de los votantes de la CUP el 27-S se decantará el domingo por En Comú Podem.

Apuesta por el área metropolitana

Otra cambio importante con relación a CSQP ha sido el candidato. Domènech no se ha visto eclipsado en la medida que lo fue Lluís Rabell -quién quedaba en segundo término cuando intervenían Iglesias o Errejón- y ha sido especialmente efectivo en los actos de pequeño formato y se ha mostrado muy sólido en los debate electorales, Domènech, de 41 años, transmitía mejor el mensaje de “nueva política” que Rabell. Implicado en el 15-M, este activista y profesor universitario es una persona de la máxima confianza de Colau, hasta el punto que antes de dar el salto electoral era el comisionado de Memoria Histórica y Estudios Estratégicos del Ayuntamiento de Barcelona.

Obviamente no todo han sido éxitos y aciertos y en la campaña de En Comú Podem ha habido algunos errores a destacar. Seguramente el más importante sea la poca concreción en aclarar qué papel jugarán en relación al proceso independentista catalán si tras el 20-D no es posible conseguir el referéndum. Y el segundo, explotado sobre todo por los medios independentistas y su entorno, fue que Ada Colau declarara en la Caja Mágica que “Madrid puede volver a ser nuestra capital”, palabras que matizó posteriormente.

Como pasó en la campaña para el 27-S, si ha habido una zona en la que la candidatura ha centrado sus esfuerzos ha sido en los barrios populares de Barcelona y en su área metropolitana, en la que se concentra el gran granero de votos de una demarcación en la que repartirán 31 diputados el domingo. Así, los tres grandes mitines se han celebrado en barrios obreros de las tres ciudades más grandes de Catalunya: Bellvitge (l'Hospitalet de Llobregat), Llefià (Badalona) y Nou Barris (Barcelona). Pero más allá de las sensaciones, como siempre serán las urnas las que determinarán si En Comú Podem ha sido un éxito electoral. En 48 horas, se conocerá la respuesta.

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