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El Congreso pide mantener las ayudas al carbón, el combustible más sucio

La mayoría de grupos respalda dos PNL para bonificar al sector, pese a que Bruselas exige eliminar las ayudas a esta materia prima, la mayor responsable de emisiones de CO2.

Una mina de carbón en España. EFE (Archivo)

La Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso ha aprobado una proposición no de ley presentada por Foro Asturias que pide al Gobierno seguir, a partir de 2018, con el actual marco de subvenciones al carbón nacional, el combustible que más contribuye a la emisión de CO2 a la atmósfera.

El PSOE ha votado a favor de las siete medidas incluidas en la proposición. PP y Ciudadanos también se han mostrado partidarios en la mayoría de puntos, aunque se han abstenido en algunos. Podemos, por su parte, ha votado en contra, a excepción del quinto punto, en el que se ha abstenido, y que propone evitar la devolución de las ayudas recibidas desde Bruselas.

No es la única petición en esta línea. La Comisión de Hacienda ya aprobó la semana pasada, con los votos favorables de Podemos y Foro Asturias, otra PNL que instaba al Gobienro a otorgar beneficios fiscales al carbón nacional frente al importado.

Aunque ninguno de los dos textos tendrá un largo recorrido parlamentario porque las Cortes se disuelven el próximo 2 de mayo, el respaldo mayoritario de las fuerzas políticas a este combustible fósil evidencia una tendencia que va en contra de las exigencias de Bruselas para el sector y de los compromisos medioambientales con los que España está obligada a cumplir.

La normativa europea requiere el fin de las ayudas públicas al carbón a partir de 2018. Después de esa fecha sólo las centrales térmicas que resulten rentables podrán seguir abiertas. En las PNL presentadas en el Congreso se busca, precisamente, una fórmula para prolongar las ayudas más allá de 2018, un reclamo también de los principales sindicatos. El sector de carbón en España ha perdido el 93% de sus trabajadores en menos de 30 años, pasando de 50.853 empleados en 1985 a unos escasos 3.279 en 2013, según datos de Comisiones Obreras.

En cualquier caso, la tendencia en la UE es acabar con esta fuente energética. Reino Unido o Alemania ya han establecido un calendario de cierre para todas sus centrales y otros seis países de la UE las han cerrado ya. En España, por el contrario, la quema de carbón para la generación de energía se ha disparado en los últimos años. Según datos de Red Eléctrica, el uso de este combustible se incrementó un 23,4% en 2015 con respecto a un año antes. Nuestro país es el quinto de la UE con el mayor porcentaje de producción de energía con carbón, aunque la mayor parte es importado.

El uso del carbón repercute además en los compromisos de emisiones con los que la UE ha de cumplir, en el marco del acuerdo internacional contra el cambio climático adoptado en diciembre en París. El carbón es, de lejos, la fuente que más CO2 emite, uno de los gases que más contribuye al calentamiento global. Mientras que la gran mayoría de países comunitarios están consiguiendo reducir sus emisiones, España ha aumentado las suyas un 4% en el último año, precisamente por el mayor uso del carbón en el mix energético.

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