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Congreso del PP El homenaje a Rajoy no logra tapar los nervios y las puñaladas en el PP

Ambas candidaturas aprietan el acelerador para arañar el mayor número de compromisarios posible en distintas cenas, antes de la votación del nuevo líder del PP, el sábado, y denuncian presiones de sus contrarios. El equipo de Santamaría responde con indiferencia al último golpe de la candidatura de Casado, que se sirvió de Dignidad y Justicia para atacar a la exviceprsesidenta con el fantasma de ETA.

Mariano Rajoy, durante su intervención en la celebración del Congreso Nacional del Partido Popular. EFE/J.P.GANDUL

Nervios a flor de piel, golpes que resuenan, y un Partido Popular que sigue tocando, al más puro estilo de la orquesta del Titanic. El homenaje de este viernes a Mariano Rajoy en el XIX Congreso del PP se saldó con ovaciones, aplausos, golpes de pecho y cero autocrítica o referencias a la corrupción que motivó su expulsión de La Moncloa.

Rajoy cerraba hoy su etapa de 14 años al frente del PP, frente a los 3.082 compromisarios que en pocas horas designarán a su sucesor; y lo hacía fiel a su estilo, tirando de retranca y peleando por contener la emoción.

De Grandes: "Nos duele en el alma tu marcha". Pastor: "Has sido el mejor presidente que hemos tenido nunca"

Himno de España mediante, el presidente de la Comisión Organizadora del Congreso, Luis de Grandes, subió al estrado cerca de las 17.00 horas para ensalzar la figura de Rajoy -"Nos duele en el alma tu marcha"-. Poco después, la presidenta del Congreso de los Diputados y de la Mesa del Congreso, Ana Pastor, hizo lo propio: "Has sido el mejor presidente que hemos tenido nunca", aseguraba, mientras Rajoy a duras penas se mantenía al borde de las lágrimas.

La secretaria general saliente, María Dolores de Cospedal, se sumaba poco después a las loas a Rajoy ante el plenario del Hotel Auditorium de Madrid, y poco después tomaba la palabra el todavía presidente del PP, aún visiblemente emocionado. Jaleado por los suyos, Rajoy aprovechó para lanzar un guiño a Soraya Sáenz de Santamaría por su gestión en Catalunya, muy criticada por el otro candidato a la Presidencia, Pablo Casado, y decidió obviar cualquier referencia a la Gürtel. Por obviar, Rajoy omitió incluso los nombres de los aspirantes a sucederlo, y sólo pidió "responsabilidad" a los futuros dirigentes del PP, en genérico.

Mientras tanto, las candidaturas se movían entre la incertidumbre y el ataque al rival: el equipo de Casado, el candidato que era acogido con mayores celebraciones, se valía de un comunicado lanzado por Dignidad y Justicia, para cargar contra su rival a cuenta del fantasma de ETA. El texto reenviado por el equipo de Casado le acusaba de no ser una "persona de valores", de no evitar la "excarcelación masiva de más de 100 terroristas de ETA", y de favorecer "la salida del terrorista Bolinaga", además cargar contra la exvicepresidenta del Gobierno por "no investigar" los 400 crímenes de los etarras que todavía están por esclarecer.

Las acusaciones de presionar a compromisarios, las críticas cruzadas o el desprecio de una candidatura a las cifras de la otra quedaban fura de los discursos oficiales

Ante este golpe, el equipo de Santamaría se limitaba a criticar el "nerviosismo" de sus rivales. Horas antes, sin embargo, la diputada Celia Villalobos, vinculada a esta candidatura, atacaba a Casado situándolo en la extrema derecha. A su vez, y sólo unos minutos antes, desde el entorno del vicesecretario de Comunicación acusaban al coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, de maniobrar en favor de Santamaría, pese a haber proclamado a los cuatro vientos su neutralidad.

Sin embargo, estas cuestiones no tenían cabida en los discursos oficiales: ni Rajoy, ni Cospedal, ni Pastor ni de Grandes han querido contemplar siquiera la existencia de estos episodios. El primero directamente ha obviado el proceso congresual, y el resto han preferido renunciar a la autocrítica -Cospedal ha sido la única que ha mencionado la corrupción-. Las acusaciones de presionar a compromisarios, las críticas cruzadas o el desprecio de una candidatura a las cifras de la otra quedaban en un segundo plano, y los protagonistas de la jornada sencillamente han hecho como si estas cuestiones no existieran.

El último acelerón para captar indecisos

Fuera de cámara, los equipos de Santamaría y Casado apretaban el acelerador en su carrera para captar indecisos: ambas candidaturas se acusan de elevar las presiones sobre los compromisarios, y previsiblemente continuarán con estas llamadas y presiones durante la noche.

Fuentes de las distintas candidaturas trasladan a este medio que hay organizadas varias cenas con distintos barones autonómicos en distintos establecimientos de Madrid. En ellas, las dos partes medirán la temperatura del proceso y tratarán de ganar apoyos; ambas candidaturas reconocen que apenas un puñado de votos puede decantar la balanza, que todo puede ocurrir. Les queda hasta las 13.00 horas del sábado para salir de dudas.

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