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Congreso del PSOE Andalucía Díaz amenaza a Sánchez: “No me hagas elegir entre el PSOE y Andalucía”

La presidenta andaluza discrepa ante el secretario general de su España plurinacional y le advierte de que primará la lealtad a su tierra antes que al partido. El madrileño no recoge el guante y pide “unidad”

La presidenta andaluza y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante la clausura del 13 Congreso del PSOE de Andalucía hoy en Sevilla. EFE/Julio Muñoz

daniel cela

Pedro Sánchez ha venido a Sevilla a clausurar el 13 Congreso de la federación socialista más potente, más numerosa y, en este momento, más discrepante con Ferraz. Territorio hostil, con ya pocos sanchistas que, sin embargo, ha hecho mucho ruido, recibiéndole a gritos de júbilo. El secretario general del PSOE derrotó a Susana Díaz en las primarias en el cómputo general, en gran parte gracias al buen resultado que logró en Andalucía, pero la sevillana le superó por mucho en su región. El partido está dividido, pero el reencuentro de ambos líderes, otrora enemigos, ha escenificado del deshielo, el primer paso para la reconciliación y la unidad del PSOE. “La derecha política y mediática quiere un PSOE desunido, porque sabe que un PSOE unido y cohesionado es imparable”, ha dicho Sánchez en el discurso de cierre. Y luego se ha dirigido a la presidenta andaluza: “Susana tú y yo hablamos el mismo idioma, el idioma de la libertad, de la solidaridad y de la igualdad. Susana, tienes todo mi apoyo y el del socialismo español para ganar las elecciones aquí en Andalucía y en todos los municipios andaluces en 2019”, para rematar: “Cuando hay dos socialistas, en Moncloa y en San Telmo, la modernización y el progreso de España y Andalucía avanzan”.

Es un eslogan repetido, una nueva versión de aquel “tú en San Telmo y yo en Moncloa” que dijo en Almería en 2015, en su primer mitin electoral juntos. A ella entonces le sentó mal, porque lo que estaba por venir era una guerra interna sin precedentes entre ambos por el control del PSOE. Ahora, tras la derrota de Díaz en las primarias, el socialismo vuelve al punto de partida. Lucharán juntos y separados.

Sánchez y Díaz no se veían las caras desde el 39º Congreso federal del partido. Cerca del mediodía, en medio de una enorme expectación, aparecieron juntos en el hall del hotel donde este fin de semana se ha celebrado el 13 Congreso del PSOE andaluz. Rostros serios, mirada perdida, sonrisa etrusca. Este ha sido el punto álgido del cónclave de los socialistas andaluces, por lo demás anodino. Detrás de este momento se cierne la incertidumbre de un partido que sigue roto por la mitad y profundamente dividido.

"Lo único que te pido, Pedro, como secretaria general del PSOE-A y como presidenta de Andalucía es que no me hagas elegir entre estas dos lealtades”

Sigue habiendo tensión y falta de empatía entre ambos dirigentes. Sánchez ha creado su ejecutiva federal sin susanistas, porque no se fía, y Díaz ha hecho lo mismo con el equipo que acaba de crear. Entre ambos se ha abierto un nuevo cisma vinculado al modelo territorial. Él ha asumido el concepto de España plurinacional, con el que pretende ganar espacio y protagonismo ante el órdago secesionista catalán del 1 de octubre. Ella ha dado la espalda a esa idea y ha convertido el congreso en una reivindicación del 28F y de la igualdad de todos los territorios. Díaz ha tenido palabras cariñosas hacia Sánchez, siempre dentro de una frialdad reprimida, pero no ha podido contener un dardo envenenado: “Vas a tener como secretario general de los socialistas la lealtad de todos los socialistas andaluces y la mía la primera”, y remachó: "Lo único que te pido, Pedro, como secretaria general del PSOE-A y como presidenta de Andalucía es que no me hagas elegir entre estas dos lealtades”. Y esta es la clave: en caso de tener que decidir entre el partido y su tierra, elegirá los segundo.

El socialismo andaluz se ha enrocado en el 28F, amarrado al mástil del Estado de las autonomías, en defensa de su autonomía plena, y lo ha expresado con mucha sobreactuación y con una exposición de 40 años del nacimiento del PSOE-A, porque en el fondo creen que el discurso de la España plurinacional puede poner en peligro ese equilibrio y solidaridad interterritorial. “Me siento andaluza y española, no le pido a los demás que se sientan como yo, que cada uno se sienta como le dé la gana. Somos españoles todos sin compartir religión ni cultura, compartimos ciudadanía, lo que nos hace libres. Cuando alguien pretende que las singularidades se impongan a otro que piensan de otra manera eso daña la convivencia, y si lo hace para fomentar la desigualdad, entonces hace un daño tremendo a la democracia, y yo voy a defender la igualdad y el legado del 4D y del 28F”, advirtió. Pero Pedro Sánchez no le ha recogido el guante a Díaz. Al contrario, ha hecho un reconocimiento de todos los dirigentes del socialismo andaluz, desde Rafael Escudero (primer presidente andaluz) hasta Susana Díaz, mencionándoles uno a uno.

“Este país lo lideraron dos grandes sevillanos de los que yo me siento orgulloso: Felipe González y Alfonso Guerra”

El líder socialista ha tratado de explicar que no hay discrepancias entre el 28F y la plurinacionalidad, y lo ha hecho citando a los padres de la Constitución, pero también recuperando textos de la Fundación Alfonso Perales, think tank del PSOE andaluz. “El federalismo que defendemos los socialistas es el futuro”, ha dicho, sin mencionar la palabra maldita para Díaz: “asimétrico”. “Tenemos vocación de unir, no de separar”, ha dicho. Sánchez ha mencionado tanto la Declaración de Granada como la de Barcelona. En la primera, en 2013, los socialistas consensuaron un modelo de España federal. En la segunda, introdujo el término plurinacional, algo que los andaluces interpretaron como una cesión hacia el PSC, fundamental en su victoria en las primarias.

El discurso de Pedro Sánchez ha sido apaciguador, casi institucional, apelando a la unidad. Es obvio que no hay feeling con la federación andaluza, pero también ha dejado claro que necesita al PSOE andaluz para llegar a Moncloa. Su mensaje es de reconciliación. Incluso ha tenido un momento de recuerdo para los dos tótem del PSOE que le atacaron en las primarias. “Este país lo lideraron dos grandes sevillanos de los que yo me siento orgulloso: Felipe González y Alfonso Guerra”, avisó, y luego, “cuando escucho a Susana hablar de su experiencia vital, me siento identificado con ella. Somos la izquierda. El PSOE ha vuelto”, remachó.

El congreso del PSOE-A se clausuró con el himno de Andalucía, como siempre, y no con La Internacional, como acaban ahora los cónclaves socialistas que dirige Pedro Sánchez, y como habían pedido sin éxito los sanchistas.

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