SAN FERNANDO DE HENARES (MADRID).- El líder de la trama Gürtel ha revelado que él tenía “una tarjeta especial y entraba en el parking de Génova como el resto de ejecutivo” del Partido Popular y que entraba en el garaje de la sede del partido con el dinero de los sobornos encima para entregárselo a Luis Bárcenas, el extesorero.

Así ha replicado al abogado de Bárcenas, Francisco Maroto, quien le había preguntado si pasaba el control de seguridad con el maletín lleno de dinero. Correa se ha enfadado con las preguntas que había planteado previamente Maroto, quien ha llegado a dudar de si está capacitado porque en 2009 el líder de Gürtel atravesó por una depresión tras ser encarcelado.

“Al letrado del señor Barcenas se le olvida que yo no pasaba por el escáner. Yo tenía una tarjeta especial y entraba en el parking. Tenía una tarjeta especial” como los miembros de la Ejecutiva del partido. “Yo pasaba directamente”.

"No solo llevaba el dinero a Génova sino a su casa también en la calle Principe de Vergara", ha remarcado en referencia a la casa familiar de Luis Bárcenas.

El juicio se presenta bronco y duro entre los letrados. En un receso, Francisco Correa se mostraba dolido ante las cuchilladas que previamente le había propinado el defensor de Bárcenas, quien en sus preguntas había dejado caer que el líder de Gürtel atravesó una depresión o que algunas de sus afirmaciones que aparecen en las escuchas pudieron ser fruto de "vapores etílicos".

De ahí que replicara Correa con dureza a Maroto, a preguntas de su defensa. Es más, ha recordado que su empresa contrató al hermano de Luis Bárcenas unos meses, quien a su vez fue luego contratado por Luis Delso en Isolux, "Luis el cabrón", según el líder de Gürtel.

Cómo funciona 'el sistema' de sobornos

Correa entró en calor desveló “el sistema” con el que se funciona para conseguir adjudicaciones públicas de las administraciones de forma irregular. Ha hablado en tiempo presente.

“El sistema no es ir directamente al cargo electo ni al ministro, el sistema es ir a la persona que lleva el tema económico del partido, que en este caso lo llevaba Luis Bárrcenas. Y él sabrá con quién tiene que hablar. A lo mejor lo habla con el ministro o el secretario de Estado…”, ha enfatizado justo después de recordar que el exministro Jaume Matas había declarado recientemente en otro juicio que recibió una llamada del PP para adjudicar el hospital Son Espases, en Palma, a una empresa.

Correa insiste que él no hablaba con las empresas, sino que lo hacía su socio Plácido Vázquez, que era quien les llevaba la licitación.

“Si había éxito en la obra”, esto es, si el Gobierno de turno favorecía a la empresa por la que ellos mediaban, Plácido Vázquez recibía la comisión del 2 y 3%, se quedaba con una parte, Correa con la suya y él entregaba la otra parte a Luis Bárcenas. El extesorero era quien decidía el reparto dentro del Partido Popular.

"Que me traiga la UDEF una hoja escrita por mi"

Correa tiene todos los datos de la trama en su cabeza porque "jamás en mis 40 años de vida profesional" ha escrito nada. "No hay una sola hoja escrita por mi. Tengo una memoria privilegiada y lo tenía todo en la cabeza".

"Que me traiga la UDEF una hoja escrita por mi". Así ha desafiado Correa a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que lo investigó y lo detuvo en 2009.

"Yo con el señor Aznar no tengo ninguna relación. El me miraba, yo le miraba"

Fue entonces cuando le encarraron "un montón de días en unas catacumbas que me pusieron sin comer, sin beber, sin saber si es de día o de noche" hasta que fue a declarar ante el primer instructor, Baltasar Garzón. "Y me derrumbé". Ahí cifra el origen de esa depresión con la que le ha atacado el defensor de Bárcenas. "Yo estoy en plena capacidad en este momento".

Por recordar, Francisco Correa ha recordado también su relación con José María Aznar, el expresidente del Gobierno para quien organizó tantos mitines. "Yo con el señor Aznar no tengo ninguna relación. El me miraba, yo le miraba".  Nunca fueron amigos, a diferencia de la relación que tiene con Alejandro Agag, su yerno. Aznar "me sonreía" y nada más.