Público
Público

Cospedal ya sólo aspira a que Rajoy recompense sus servicios con un escaño en el Congreso

La secretaria general del PP pugna con la vicepresidenta por el número dos de la lista por Madrid. Los conservadores recuerdan que su líder siempre tiene presente la lealtad de la expresidenta de Castilla-La Mancha.

Rajoy y Cospedal en un mitin del PP en Toledo. EFE

MADRID.- El puesto número dos de la lista por Madrid, inmediatamente después del líder, constituye la gran incógnita en el proceso de elaboración de las listas de los partidos para unas elecciones generales. Este año, en el PP, el interrogante es mayor por cuanto desde dentro del partido, empieza a a ser presentado como una lucha de poder entre la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal. Sería, además, un pulso más entre dos pesos pesados del partido situadas a ambos lados del presidente del Gobierno, para controlarle el PP Cospedal y para hacer lo mismo en el Ejecutivo Sáenz Santamaría.

En caso de confirmarse este dilema de Mariano Rajoy -sobre el que él jamás se habría pronunciado y que depende de él en exclusiva-, en el Partido Popular apuestan por Cospedal como número dos de la lista conservadora por Madrid en base, sobre todo, a dos argumentos: "Se lo debe" y "El PP de Castilla-La Mancha necesita el puesto número uno de la lista por Toledo para empezar su renovación". Esta provincia castellano-manchega sería el puesto natural de quien fue presidenta de la comunidad durante cuatro años, aunque la lógica más estricta la situaría como número uno por Albacete, su tierra de origen.

"El PP de Castilla-La Mancha necesita el puesto de número uno de la lista por Toledo sin Cospedal para empezar su renovación", razonan los conservadores

Más allá de la decisión que tome Rajoy -y que podría recaer en una tercera persona-, Cospedal llevaría las de ganar en una elección que, en el caso del jefe del Ejecutivo, está muy condicionada por afectos y lealtades. La secretaria general del PP recibió innumerables críticas internas en estos más de tres años de número dos de la calle Génova; por su gestión del caso Bárcenas y por compatibilizar su puesto en la Dirección del PP con el de presidenta de Castilla-La Mancha. La pérdida de este último cargo y su paso a un segundo plano tras proceder el presidente a la renovación de la cúpula parecen haberla reconciliado con la parte crítica del partido, a tenor de los comentarios de varios miembros del PP.

La vicepresidenta del Gobierno español Soraya Sáenz de Santamaría. - EFE

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, responde a la prensa desde su mesa de Portavoz. - EFE


Las críticas internas a Cospedal, que la dieron incluso por descabalgada del número dos del PP, no hicieron mella en Rajoy, que la mantuvo en su puesto y la elogió siempre que era preguntado por ella y sus errores. La expresidenta autonómica, admiten incluso sus detractores internos, ha sido leal a Rajoy y la "única" que ha dado la cara por él dejándose su propia credibilidad por el camino en el caso Bárcenas.

El desgaste que acusó la número dos del PP la llevó incluso a plantearse públicamente renunciar al puesto hace meses, poco antes de las elecciones autonómicas del 24 de mayo y de perder la Presidencia de la Junta. Frente a Cospedal, la vicepresidenta y mano derecha de Rajoy en el Gobierno siempre evitó las cuestiones espinosas de partido (sobre todo, las concernientes a la corrupción) apelando a su papel institucional y remitiendo a los responsables del partido, esto es, a la propia Cospedal.

Amigos y otros intereses

La elaboración de las listas del Congreso para unas elecciones generales suponen más de un auténtico quebradero de cabeza para los líderes de los partidos. La de Madrid es el más doloroso de todos ellos. Pocos de los futuros diputados que integran la lista de la provincia principal son madrileños, empezando por el cabeza de la lista, aunque este año sí habrá una excepción en la lista del PSOE con Pedro Sánchez, madrileño.

Si Rajoy opta finalmente por dar a Cospedal el número dos de su candidatura, habrá cumplido con su leal dirigente, como es habitual en él, y dan testimonio hechos como la defensa a Luis Bárcenas durante cuatro años desde que fue imputado por Baltasar Garzón, manteniéndolo como senador, pagándole la defensa o teniéndolo en nómina del partido. El extesorero formaba parte de uno de los contados círculos de amigos del presidente junto a la exministra Ana Mato, a cuyo cese Rajoy también se resistió durante años y hasta que no le quedó más remedio, o a Javier Arenas, el único dirigente del PP de José María Aznar, que, junto al propio líder conservador, se mantiene en la cúpula del partido. Mato y Arenas estuvieron al lado de Rajoy en los peores momentos de éste, cuando en 2008 se produjo su segunda derrota electoral en unas generales y un sector del partido liderado por Esperanza Aguirre, entre otros, trataron de desbancarlo de la presidencia del PP.

José Ignacio Wert.

El exministro de Educación, José Ignacio Wert, y su mujer, la exsecretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, los dos destinados en París gracias al presidente Rajoy. EFE

Rajoy nunca deja tirados a sus amigos y leales; a quienes se baten el cobre por él, en expresión coloquial. En el Gobierno, José Ignacio Wert fue una demostración de ese agradecimiento rechazado casi por unanimidad dentro y fuera del PP. El ministro peor valorado, sin carné de partido, desestabilizador, polémico e incapaz de llegar a acuerdos, el exministro de Educación y Cultura pidió irse a seis meses de unas elecciones generales a un puesto determinado en París para acompañar a su reciente esposa y se le dio sin justificación alguna, más allá de una presunta valía nunca demostrada. Fue una decisión personal de Rajoy y nadie pudo hacer nada por revertirla.

Junto a Cospedal y los citados Wert, Arenas y Mato, los ministros Ana Pastor, Jorge Fernández Díaz y José Manuel García-Margallo (Cristóbal Montoro cuenta no tanto con la amistad personal como con el aprecio y la consideración absoluta del presidente) están en ese selecto grupo de entre los conservadores que mantienen una lealtad absoluta al presidente y su amistad personal. Eso les facilitará mucho las cosas de cara a las generales.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias