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Cuenta atrás hacia el 28A Sánchez agranda su ventaja en los sondeos y podría escoger los aliados para su investidura

Semana a semana se refuerzan las perspectivas de mayoría de gobierno del PSOE, a medida que se precipita el PP hacia el peor resultado de su historia y pierden fuelle las expectativas de voto de Ciudadanos, al desangrarse ambos partidos de derechas por el auge del ultra Vox, pese a que su ascenso se ralentiza y parece estar alcanzando ya su techo de votantes. Pese a la gran caída de Unidas Podemos, Sánchez podría sumar con Iglesias y los nacionalistas o únicamente con Rivera.

Reparto de escaños en el Congreso tras unas elecciones generales, según las estimaciones de Key Data al inicio de abril.

El impulso que está cogiendo Pedro Sánchez en las encuestas parece garantizarle una nueva legislatura en el Gobierno, puesto que –olvidados ya los tiempos de las mayorías absolutas monopartidistas– podría alcanzar la cifra mágica de escaños para la investidura (176) tanto con la misma alianza que le hizo ganar la moción de censura contra Rajoy como con el apoyo unilateral de Ciudadanos, formación con la que el PSOE sumaría exactamente ese número de diputados según las estimaciones de Key Data para Público.

Esos cálculos del Observatorio Continuo para este diario de ese gabinete demoscópico –un desk research ponderado de todos los sondeos electorales efectuados tras la convocatoria del 28A– prevén una clara victoria socialista en las generales, con Sánchez sacándole más de ocho puntos de ventaja (y casi dos millones de votos) a Pablo Casado.

Al mismo tiempo, el Partido Popular va camino de hundirse al nivel más bajo de su trayectoria democrática... incluso por debajo de los 5,2 millones de votos y 105 escaños en los que se quedó la Coalición Popular (AP+PDP) de 1986. Debacle que aleja al bloque derechista de la posibilidad de formar Gobierno tras las elecciones de abril –a pesar de que el PP siga quedando el primero de los tres partidos– porque una vez más Ciudadanos pierde empuje a medida que se aproxima la cita con las urnas y Vox está ya en el límite máximo de votantes y diputados que puede alcanzar en su vertiginoso ascenso a costa de los otros dos.

Así que Sánchez, con 120 escaños (35 más que en las anteriores generales), podría sumar la mayoría absoluta del Congreso tanto con una coalición similar a la que le permitió derribar a Rajoy –con Unidas Podemos y los nacionalistas vascos y catalanes–, como alcanzando una alianza bipartita con Albert Rivera, según los cálculos de Key Data. En el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, el espectro de las formaciones de derecha a izquierda se plasmaría como muestra el siguiente gráfico:

Reparto de escaños en el Congreso tras unas elecciones generales, según las estimaciones de Key Data para principios de abril.

Aquí se puede ver claramente cómo existiría una clara superioridad del bloque de izquierdas+nacionalistas; con Coalición Canaria seguramente absteniéndose, igual que en la moción de censura, ya que la defensa de su insularidad le haría imposible apoyar un tripartito en el que figurase Vox, que pretende acabar con el Estado de las autonomías.

No obstante, Sánchez ya ha dejado claro que no quiere "tropezar dos veces en la misma piedra" del fallido acuerdo con los independentistas para los Presupuestos, así que probablemente escogería gobernar con el apoyo de Ciudadanos... si es que logran sumar esa mayoría absoluta de parlamentarios.

Igualados en votos pero con 24 diputados de diferencia

El tripartito de derechas sumaría 11,3 millones de votos, pero se quedaría con sólo 161 escaños –ocho menos de los que reunieron PP+Cs en 2016 con once millones justos de sufragios– porque muchas de las papeletas de Vox irían a la papelera de la Ley d'Hondt, sin encarnarse en diputado ninguno pero haciendo que el PP pierda escaños en numerosas circunscripciones en beneficio del PSOE.

En cuanto a un posible pacto de investidura de PSOE+UP con el PNV, JuntsxCat y ERC, representaría a más de 11,4 millones de votantes y reuniría 185 diputados. Pero ese rodillo parece bastante improbable en pleno juicio en el Supremo contra los líderes políticos independentistas catalanes.

Por su parte, Unidas Podemos sería superado ampliamente por Ciudadanos, al perder 30 escaños y 1,8 millones de votos, tal como se puede ver en la siguiente tabla detallada de las estimaciones de Key Data:

Tabla comparativa de las estimaciones de Key Data al inicio de abril, frente a los resultados registrados en 2016.

Tabla comparativa de las estimaciones de Key Data al inicio de abril, frente a los resultados registrados en 2016.

Los otros dos fenómenos llamativos en esta tabla son el hundimiento del PP, que perdería tres millones de votos y 55 escaños en menos de tres años, y el despegue meteórico de Vox, que ganaría 2,5 millones de votos y 22 diputados menos de cinco meses después de su irrupción en la Asamblea de Andalucía.

Vox obtendría una ingente transferencia de votos derechistas: 1,2 millones del PP y casi 300.000 de Cs

Según el análisis de Key Data, eso se explica por la ingente transferencia de votos derechistas hacia la formación ultra de Santiago Abascal, que obtendría 1,2 millones procedentes del PP, otro medio millón desde las filas abstencionistas que otrora entregaron su sufragio a Rajoy, y casi 300.000 más de electores de Ciudadanos.

El cataclismo del Partido Popular se completaría con la fuga de 900.000 seguidores hacia Cs y de otros 1,4 millones que probablemente irían a parar a la abstención, aunque gran parte de ellos siguen indecisos. En cambio, el Partido Socialista volvería a movilizar a unos 600.000 electores socialistas, que acudirían al llamado de Sánchez desde las filas abstencionistas.

Al mismo tiempo, de Unidas Podemos se escaparían más de 900.000 votantes, que optarían por el "voto útil" socialista para hacer frente al auge de la extrema derecha de Vox. Lo único que podría mitigar ese desastre de la formación de Pablo Iglesias sería que durante la campaña lograse convencer al millón de seguidores que en estos momentos manifiestan estar indecisos o dispuestos a no votar o a hacerlo por partidos extraparlamentarios o nacionalistas.

En el terreno del reparto autonómico, las sacudidas electorales que generarán este terremoto parlamentario estarían concentradas en algunas comunidades clave, como se puede ver en el siguiente gráfico interactivo (pasando el cursor sobre las barras aparecen los datos detallados): 

Los nuevos bastiones de Vox y Cs eran fortalezas del PP

En escaños, por autonomías, los ejes del hundimiento del PP coinciden bastante con los pilares de los nuevos bastiones de Vox: Casado pierde 11 escaños en Andalucía –donde Abascal gana 4–; y siete en cada una de las de Madrid y Valencia –en las que Vox obtiene 8 y 4, respectivamente–. Las otras fortalezas peperas que se desmoronan son Castilla y León (-6) y Castilla-La Mancha (-5), donde en este caso se produce un salto cuantitativo de Ciudadanos (+5 y +4, respectivamente).

Las ganancias del PSOE están bastante repartidas, pero son más abundantes en Andalucía (+8), Catalunya (+4) y País Valencià (+4). Mientras que las pérdidas de Unidas Podemos se concentran en Madrid, València y Andalucía (-4 en cada una), así como en Catalunya, Euskadi y Castilla y León (-3 en cada una).

En cualquier caso, la nueva distribución del Congreso de los Diputados, con cinco partidos disputándose el poder, obligará a los líderes políticos a alcanzar acuerdos de gobierno y de legislatura entre ellos para no fracasar estrepitosamente. Pactos entre partidos a los que el electorado parece dispuesto a obligar a sus dirigentes.

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