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El debate del decreto 'ómnibus' acaba en choque personal entre las 'sorayas'

JUAN ANTONIO BLAY

'En su intervención usted ha puesto de manifiesto más preocupación por su papel futuro en su partido antes que por los jóvenes y las pymes', ha dicho la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría dirigiéndose a la portavoz del grupo socialista, Soraya Rodríguez Ramos. La representante del principal grupo de la oposición le ha respondido: 'Quien debe preocuparse por su futuro en el Gobierno es usted a la vista de su incapacidad de coordinar la labor legislativa que manifiesta este decreto-ley, que es una chapuza'.

Resumidas las respectivas posiciones en estos términos, el debate entre ambas parlamentarias esta mañana de jueves en el Congreso de los Diputados sobre la convalidación del real decreto-ley 'ómnibus', en el que el Gobierno introduce modificaciones en 29 leyes vigentes, se ha convertido en un choque personal antes que en un cruce de ideas o de estrategias políticas. A medida que ambas han ido avanzando en el debate, de casi dos horas de duración, el enconamiento personal se ha hecho más patente y los reproches más abundantes.

Para el Gobierno, que disfruta de mayoría absoluta en la Cámara baja, la convalidación de esta iniciativa, que finalmente se tramitará como proyecto de ley, no plantea ningún problema; la dificultad estriba en cómo justificar en términos razonables el 'tocho' de 172 páginas que modifican decenas de leyes tan dispares que afectan a ocho departamentos ministeriales, desde la legislación energética hasta la laboral, desde las infraestructuras portuarias y aeroportuarias hasta la modificación del registro civil.

Y en este intento la vicepresidenta Sáenz de Santamaría no ha convencido a nadie, tal vez ni siquiera a los propios conversos. Así es que se ha dedicado desde un principio a emplear argumentos cuantitativos antes que cualitativos para no entrar en mayores complicaciones dado que la complejidad y diversidad de sus contenido suponen una dificultad objetiva incluso para el proponente,

De modo y manera que desde el principio las palabras de la vicepresidenta Saénz de Santamaría sonaban más a la máxima latina de 'excusatio non petita, acusatio manifesta' que a una potente defensa de unas medidas a mitad camino entre la ideología conservadora y la necesidad de generar cifras positivas en la recta final de la legislatura. Pero ha hecho intentos incluso de facilitar titulares. 'Este decreto va de eso, de jóvenes desempleados (...), de pymes emprendedoras (...), de eliminar comisiones en las tarjetas de crédito ... . De todo eso va este decreto'.

Y ha relatado, de carrerilla, los presuntos beneficios futuribles para una serie de colectivos sociales y económicos porque 'el tren de la recuperación solo pasa una vez y hay que subirse a él'. A partir de ahí ha justificado el empleo de una medida legislativa extraordinaria como es la del decreto- ley en el hecho de que tanto jóvenes parados como autónomos y empresarios emprendedores 'no pueden esperar meses de debates como ustedes proponen', ha dicho dirigiéndose a la bancada socialista y al resto de los grupos de la oposición.

Su contrincante en el turno en contra, la portavoz socialista Soraya Rodríguez, se ha empleado a fondo - tal vez en el que será su último debate en su actual responsabilidad - para resumir sus críticas en calificar el decreto-ley como 'una chapuza monumental, sin precedentes. Estamos viviendo una situación bochornosa ya que este texto supondría al menos 8 decretos-ley que afecta a otros tantos ministerios, pero ninguno de sus responsables va a subir a esta tribuna a defenderlos. En su lugar lo hace la vicepresidenta, responsable de esta chapuza improvisada'.

La representante socialista, con el regocijo de su propia bancada, ha ironizado sobre la diversidad de contenidos del decreto-ley en aquel apartado en el que se modifica la actual legislación 'de la geofísica española'. 'Yo no niego que sea importante este asunto, pero ¿es necesario tratarlo con la urgencia y excepcionalidad que conlleva un decreto-ley?', ha dicho la portavoz Rodríguez. A `partir de ahí ha seguido con ese hilo argumental para desmontar la necesidad de emplear este mecanismo legislativa, fundamentalmente su urgencia, así como la extremada urgencia con la que el Gobierno ha querido tramitarlo.

La vicepresidenta del Gobierno ha cogido el guante que le ha lanzado la portavoz socialista y le ha contestado con referencias personales sobre su futuro político en el PSOE, pendiente como está este partido de la elección inminente de un nuevo líder y una nueva dirección que afectará al propio grupo parlamentario. Y en esa senda se han enzarzado, sobre todo a la hora de lanzarse reproches. La 'Soraya' socialista le ha afeado la profusión de decretos.-ley empleados por el Gobierno que `preside Rajoy pese a disfrutar de una mayoría absoluta en ambas cámaras parlamentarias..

La Soraya vicepresidenta le ha recordado que para decreto-ley de gran impacto el que aprobó en mayo de 2010 el Gobierno de Zapatero 'con el mayor recorte de prestaciones sociales de la democracia, con más de 15.000 millones de euros'. Esto es, se ha entrado en la dinámica de 'el tú más' en un ejercicio de exhibición de datos, porcentajes y muchas cifras más. En definitiva, buscando la frase redonda con la que concentrar unos discursos bastante enconados.

Así durante prácticamente dos horas, con una intensidad que no se recordaba en semanas, especialmente entre estas dos parlamentarias. Como era previsible, nadie ha convencido a la otra parte y si acaso la vicepresidenta ha sido reiterativa a la hora de emplear argumentos en defensa de voluminoso y complejo decreto-ley, del que hoy mismo el BOE publica 62 correcciones de errores en seis páginas, todo un record en este tipo de trámite legislativo.

El resto de grupos de la oposición, en el turno de fijación de posiciones, ha reiterado lo que ya se conocía: todos han rechazado tanto el fondo como las formas de esta iniciativa gubernamental. Sobre todo porque comporta un desprecio a la calidad de la acción legislativa del parlamento. El enfado ha sido de tal calibre que, con tonos moderados, todos los portavoces han descalificado de plano el texto del decreto-ley como en pocas ocasiones sucede. Incluso la portavoz de ERC, Teresa Jordá ha anunciado que sus diputados no participarán en esta votación porque no queremos legitimar el despropósito'.

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