Todavía con el descontento y el desconcierto en el ánimo, la Junta Directiva Regional del PP andaluz se reúne esta tarde en Sevilla presidida por la secretaria general del partido. La previsión de María Dolores de Cospedal, adelantada por ella misma en una entrevista radiofónica, era que de esta reunión saliese, por un lado, el nombre del candidato de consenso, su apuesta personal (José Luis Sanz, número dos del PP andaluz) y, por otro, la fecha del Congreso Extraordinario que ratificaría el nombre del también alcalde de Tomares (Sevilla). Para calentar motores, el líder actual y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, iba a cenar este martes con los ocho secretarios provinciales en el hotel Meliá Sevilla, trasladarles el nombre de Sanz y dejar todo bien atado para que la Junta Regional y la rueda de prensa posterior de Cospedal fueran una balsa de aceite.

La irrupción de Mariano Rajoy, sin embargo, dio al traste con todo, además, por segunda vez en menos de tres meses. La cena del Meliá se canceló por orden del presidente y, según el PP andaluz, esta tarde, de nuevo, ni Cospedal ni Zoido podrán dar el nombre de Sanz como relevo de éste y, sobre todo, como reemplazo del nunca resuelto liderazgo de Javier Arenas, pues el regidor hispalense siempre negó que fuera a ser el candidato del PP autonómico a las próximas elecciones andaluzas, lo que sí asumirá el próximo líder.

¿Qué han conseguido Rajoy, por un lado, y el tándem Cospedal-Zoido, por el otro? En primer lugar, según razonan los conservadores, es que si Sanz —a pesar de la oposición del PP de Málaga y Cádiz— es finalmente el candidato, nazca 'quemado y deslegitimado' por las rencillas internas tan evidentes y que han sido confirmadas con los hechos desde la propia Moncloa en dos ocasiones, pues ya el pasado mes de noviembre el jefe del Ejecutivo frenó un primer intento de cerrar la candidatura de Sanz. Por otro lado, si finalmente se opta por otro sucesor para Zoido (vuelven a las quinielas la ministra de Empleo, Fátima Báñez; el secretario de Estado de Asuntos Sociales, Juanma Moreno; el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, o la delegada del Gobierno, Carmen Crespo), la desautorización de la secretaria general y su esfuerzo por imponer al alcalde de Tomares con el respaldo de Zoido y la oposición de Arenas la dejan en una situación de 'debilidad' considerable.

En el PP, no faltan las críticas a Rajoy por la gestión que ha hecho de este asunto, en donde sólo ha intervenido en dos ocasiones cuando el relevo se daba por hecho, sin liderar mínimamente el proceso de elección y las disputas internas que Cospedal ha intentado dejar al margen infravalorando la capacidad de maniobra e influencia de la que todavía dispone su vicesecretario general de Política Territorial, Javier Arenas; en Andalucía, pero también en la persona misma del presidente del PP y el Gobierno, con quien sigue manteniendo una estrecha amistad y, por lo que se ve, un importante ascendiente. El relevo de Zoido tendría que haberse resuelto 'sin más demora' cuando Susana Díaz, la presidenta de la Junta, tomó el liderazgo del PSOE andaluz, razonan en el PP, para impedir en la medida de lo posible, la distancia que separa ahora a los socialistas del Partido Popular en las encuestas y en beneficio claro de la sucesora de José Antonio Griñán, cuyo liderazgo se afianza cada día.

Lograr una salida digna al espectáculo de ratificaciones y rectificaciones dado en noviembre y revivido esta semana parece complicado, más allá de que la dirección nacional del PP se empeñe en manifestar su 'asombro' por una teorías y 'quinielas' que, según el número tres del PP, Carlos Floriano, sólo son eso y no se corresponden con la situación 'interna' real del partido. El vicesecretario de Organización ha asegurado en TVE esta mañana que lo único que hay de cierto —ni una mención a la cena en Sevilla de la cúpula del PP andaluz cancelada en el último momento— es la convocatoria esta tarde de la Junta Directiva Regional.