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El desfile militar del 12-O con menos apoyo político que nunca

La lluvia termina de deslucir una fiesta nacional marcada por las ausencias: ni la alcaldesa de Madrid, ni los presidentes de cinco comunidades, ni representantes políticos de un tercio del Parlamento 

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, saluda a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, a su llegada al acto central del Día de la Fiesta Nacional, en el que se rinde homenaje a la Bandera y a los que dieron su vida por España, y que cuenta con desfiles aéreo y terrestre. EFE/Juanjo Martín

Ni apoyo institucional, ni presidente del Gobierno, ni líder de la oposición, ni público, ni animosidad... Por un momento hubo dudas hasta de la presencia de la cabra de la Legión, ya que Pepe, que en realidad era un macho, murió de viejo este sábado a los 12 años. Todo ello ha provocado que el desfile militar de este 12-O sea uno los más apagados que se recuerdan.

Los legionarios encontraron finalmente un sustituto, Mihura, pero el chivo desfiló ante una tribuna en la que destacaba el gran número de ausencias, ante una Monarquía en sus horas más bajas en cuanto a popularidad y, por primera vez en democracia, ante un Gobierno en funciones.  ​

La lluvia, que estuvo presente durante toda la mañana, apagó los ánimos de los asistentes. Junto a un tiempo muy desapacible, impidió comprobar el nivel de apoyo social a la fiesta nacional de este 12 de octubre, marcada por la incertidumbre política, el juicio contra la corrupción del partido del Gobierno y la crisis que atraviesa el PSOE, que primer partido de la oposición, que tuvo que enviar como delegado a su portavoz parlamentario al carecer de líder oficial. 

Tampoco acudieron a la cita con los soldados, el rey y el himno los representantes de hasta un tercio del Congreso de los Diputados. Ni Podemos, ni Izquierda Unida, ni ERC —estas dos últimas formaciones llegaron a registrar dos proposiciones no de ley para suprimir los desfiles militares del 12-O—, ni PdeCat (la antigua Convèrgencia), ni el PNV, ni Compromís, ni EH Bildu, ni la alcaldesa de Madrid, ni los presidentes de cinco comunidades autónomas quisieron formar parte del fasto castrense típico de la fiesta nacional.

El protocolo colocó a Susana Díaz en primera fila, justo a continuación del Gobierno

Sí estuvo Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, a la que, curiosamente, el protocolo situó en primera fila de la tarima de autoridades. Justo a continuación de los miembros del Gobierno y seguida del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el presidente asturiano, Javier Fernández. Por detrás se situaron el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y su novia. También destacó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que eligió un llamativo paraguas con los colores y el escudo de la bandera estatal muy comentado en las redes sociales. 

Los Reyes junto a sus hijas la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, observan el paso de los Regulares de Ceuta, durante el desfile militar que han presidido dentro del acto central del Día de la Fiesta Nacional en el que se rinde homenaje a la Bandera

Los Reyes junto a sus hijas la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, observan el paso de los Regulares de Ceuta, durante el desfile militar. EFE/Juanjo Martín

Las malas condiciones climatólogicas llegaron a poner en riesgo la presencia de las aeronaves de de las Fuerzas Armadas en el desfile, que finalmente participaron. Sí tuvieron que ser cancelados los conciertos que se iban a celebrar en las plazas de Cibeles, Colón y Neptuno, focos del recorrido de la marcha militar, que en total ha costado a las arcas públicas unos 800.000 euros.

Tampoco las asociaciones militares

Entre las ausencias también se contaron los representantes de las asociaciones profesionales, la única figura asociativa disponible para que los militares defiendan sus derechos laborales, ya que tienen prohibido afiliarse a sindicatos. En este caso, en cambio, su falta se debió a que ni siquiera fueron invitadas a la celebración por el Ministerio de Defensa que dirige en funciones Pedro Morenés, como viene siendo tradicional.

"Nosotros también somos parte de ese sistema, aunque no les guste"

"Suelen invitar solo a las asociaciones de militares retirados, pero porque suelen estar presididas por coroneles, generales…", explica a este medio Marcos Pérez, presidente de la Organización de Apoyo de Tropa y Marinería (OATM). "Nosotros también somos parte de ese sistema, aunque no les guste", denuncia, lamentando que el Ejército siga evitando dar cualquier tipo de protagonismo a las asociaciones, el único mecanismo para impedir abusos y defender sus derechos laborales con el que cuentan los soldados, que tienen recortados sus derechos a negociación colectiva, medidas de conflicto colectivo y tienen prohibido afiliarse a sindicatos.

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