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El desinterés de Rajoy contagia al Congreso en el debate sobre la UE

JUAN ANTONIO BLAY

Un debate raro el que se ha producido este miércoles por la mañana en el Congreso de los Diputados en el que ha comparecido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para, como suele ser habitual, reseñar lo ocurrido en el último Consejo Europeo de Bruselas, en esta ocasión el que tuvo lugar los pasados días 26 y 27 de junio. La cuestión principal en ese foro fue la propuesta de Jean Claude Junker como candidato para presidir la Comisión Europea, trámite que debe votar el Parlamento europeo el próximo día 15 de julio. La rareza, en términos parlamentarios, hay que concretarla en la ausencia del líder de la oposición para, a continuación, constatar que se echa de menos 'a uno de los mejores parlamentarios del siglo XXI', según definición del presidente de la cámara, el popular Jesús Posada. Pero hoy se ha puesto de manifiesto que el todavía líder del PSOE es ya historia en el hemiciclo de la Cámara baja. Hoy otra persona ha ocupado su lugar.

Y, claro, no ha sido lo mismo, la verdad. La portavoz del grupo parlamentario socialista, Soraya Rodríguez, no sirve para este tipo de debates. En su descargo habrá que decir que la falta de costumbre debe haber pesado para realizar una intervención que podría haber puesto contra las cuerdas al presidente Rajoy pero que se ha quedado en un intento de salvar el trámite que le correspondía asumir ante la ausencia de su jefe de filas.

Porque el presidente del Gobierno ha tenido una de las intervenciones parlamentarias más anodinas que se le recuerdan desde que ocupa despacho en el Palacio de la Moncloa. Podría haber dicho lo que su predecesor José María Aznar murmulló tras un discurso en el Parlamento Europeo —'¿vaya rollo que he soltado!', dijo— pero no es el caso porque Rajoy ha estado en el uso de la palabra apenas ¡19 minutos!; otro aspecto para sustentar la rareza del debate teniendo en cuenta que el resto de los portavoces han pasado de las dos horas solo en el primer turno.

Pero es que el contenido de su intervención no ha destacado por nada, salvo por la corrección en la dicción del texto que llevaba escrito —apenas ocho folios a una cara y a doble espacio—, como le ha agradecido el portavoz del grupo de de La Izquierda Plural, Joan Coscubiela. Pero nada más. Una faena que no ha llegado ni a la categoría del sufrido aliño de adorna cualquier ensalada.

Rajoy ha hecho un sucinto recorrido por las conclusiones del Consejo Europeo que se concentran en los cinco ejes de la agenda 'estratégica' que los 28 mandatarios europeos le endosan a la futura Comisión Europea que previsiblemente conformará Junker: creación de empleo, incidir en la libertad de circulación de las personas con prestaciones sociales comunes en todas la UE, una política común energética, unificar los criterios de libertad y justicia y, finalmente, asentar una política exterior para la UE.

La portavoz del grupo socialista ha empleado su intervención para denunciar que las políticas de austeridad impuestas desde Bruselas 'no han servido para nada, salvo para crear más pobreza y desigualdades entre la ciudadanía, tanto económicas como sociales. Hay que cambiarlas, señor Rajoy', ha dicho. También le ha afeado que tuviera tiempo para saludar al dictador Obiang, en su viaje a Malabo, mientras los líderes europeos conmemoraban el primer día del Consejo Europeo el inicio de la I Guerra Mundial en la localidad belga de Ypres para rendir homenaje a los millones de víctimas que ocasionó la contienda. Rajoy en su respuesta a los portavoces se ha extendido sobre esta cuestión al asegurar que el interés de su viaje a Guinea Ecuatorial se debió a solicitar votos a los países presentes en la cumbre africana que se celebraba en Malabo para logar un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU para España el próximo mes de septiembre.

Las críticas de Rodríguez, en la que puede ser su última intervención en un pleno parlamentario como portavoz de su grupo si la nueva dirección del PSOE que salga del congreso extraordinario no le renueva su confianza, se han extendido también a la actitud prepotente de su Gobierno al imponer el debate de convalidación mañana mismo de un real decreto ley por el que se modifican hasta 25 leyes. Otros grupos también han criticado esta circunstancia. Por su parte, el representante de ERC en este debate, Joan Tardà, ha sido el interviniente que ha utilizado adjetivos más fuertes al centrar su breve discurso en 'la voluntad del pueblo de Catalunya de votar su destino el próximo día 9 de noviembre. ¿Qué va a hacer usted para impedirlo, señor Rajoy?', ha dicho el diputado independentista.

Pero estos asuntos europeos, con ser trascendentes y en esto momentos en los que se inicia una nueva legislatura en el Parlamento Europeo mucho más, no desatan pasiones entre sus señorías, empezando por el propio Rajoy. Es decir, una rareza si se tienen en cuenta los cantos europeístas que se hacen constantemente desde todas las bancadas del hemiciclo; en el congreso de los Diputados no hay euroescépticos, al menos confesos, pero dada día que pasa la UE motiva menos a sus señorías.

Tras la intervención de Rajoy y la curiosidad que ha despertado la intervención de Soraya Rodríguez sustituyendo a Rubalcaba la asistencia media de señorías al debate ha sido más bien pobre hasta el punto de que ha habido filas enteras de escaños sin ocupar. Pasadas las tres horas y media del debate el tedio era la nota dominante y ni siquiera la segunda intervención de Rajoy para contestar a los portavoces de la oposición ha despertado interés. El propio presidente del Gobierno no ha utilizado este turno para hacer anuncio alguno, cosa que sí ha hecho en otras ocasiones. Eso sí, ha reiterado hasta la saciedad que la recuperación económica ha empezado con solidez.

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