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Elecciones 21-D El bloque soberanista mantiene una ajustada mayoría pese al fuerte avance de Ciudadanos

Junts per Catalunya recupera posiciones a costa de ERC gracias al 'efecto Puigdemont' del inicio de campaña. Las estimaciones de Jaime Miquel y Asociados para 'Público' vaticinan también una participación superior al 80%  

Reparto de escaños en el Parlament de Catalunya tras el 21-D según las estimaciones de JM&A para 'Público'.

Aunque la crisis catalana haya retrocedido al cuarto puesto de las preocupaciones de los españoles, Catalunya vive preocupada y ocupada en su futuro político. Prueba de ello es que el 80,6% de los catalanes quiere votar en las elecciones del próximo jueves, un dato histórico que supone 182.000 votantes más que en 2015. Aunque casi todas las formaciones se beneficiarán de este aumento de la participación, el inicio de la campaña electoral en Catalunya y las decisiones judiciales de los últimos días entorno a los líderes del procés están beneficiando, por ahora, al bloque soberanista.

Según las últimas estimaciones de Jaime Miquel y Asociados para Público sobre la carrera hacia el 21-D, los partidos independentistas mantendrían la mayoría absoluta, aunque sólo con dos escaños más del mínimo de 68 y reduciendo su porcentaje de votos (46,8% frente al 47,7% anterior) a causa del bajón electoral de la CUP. Ni siquiera el trepidante avance de Ciudadanos, que supera por un escaño los 28 de Junts per Catalunya, lograría hacer tambalear un triunvirato independentista que estaría avalado por, al menos dos, millones de catalanes. 

Sin embargo, el juego de fuerzas en ese trío es un baile a dos. Mientras la CUP mantiene los 8 escaños que ya le otorgaban las últimas estimaciones de JM&A (dos menos que en los comicios de 2015), Junts per Catalunya (JxC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se disputan el grueso del voto independentista. La lista de Puigdemont gana seis escaños con respecto a las anteriores estimaciones y se sitúa en 28 (789.000 votantes). Un ascenso en claro detrimento de ERC que, a pesar de seguir siendo la fuerza más votada, pasa de 39 a 34 escaños (969.000 electores). De este modo, los dos partidos que acudieron a las autonómicas de 2015 bajo el paraguas de Junts pel Sí aumentan su porcentaje de votos válidos casi en dos puntos (hasta sumar el 41%) y mantienen el mismo número de escaños: 62.

Los dos partidos que acudieron a las autonómicas de 2015 bajo el paraguas de Junts pel Sí aumentan su porcentaje de votos casi en dos puntos

El crecimiento de JxC se explica, en parte, por el refuerzo de la figura de Carles Puigdemont desde el inicio de la campaña electoral, el pasado 1 de diciembre, cuando todas las portadas ilustraron el pistoletazo de salida de la carrera hacia el 21-D con la imagen del expresident en una pantalla durante el primer acto electoral de JxC. Días después, la justicia española retiraba la orden de detención europea que pesaba sobre él y, el pasado sábado, el candidato de Junts per Catalunya se daba un baño de multitudes en la manifestación que la ANC y Òmnium Cultural convocaron en Bruselas. Una movilización que, a pesar de convertirse en un acto de campaña de JxC, situó al lado de Puigdemont a su principal contrincante en las urnas, Marta Rovira.

Según el analista electoral Jaime Miquel, la número dos de ERC, que se retrató hace dos semanas en Salvados por desconocer el dato del paro en Catalunya, "se está revelado incapaz de suplir la ausencia" de Oriol Junqueras (encarcelado desde hace más de un mes) en una campaña electoral que rompe con todos los esquemas. Una candidata fallida que, sumada al discurso legitimador de Puigdemont auspiciado por TV3 y que ya ha calado en la sociedad catalana, hace que ERC pierda algo de fuelle. Sin embargo, mantiene el liderazgo independentista y se lleva el 45% de los votos que obtuvo Junts pel Sí en 2015 (705.000 electores) y el 23% de los que obtuvo entonces la CUP.

Jaime Miquel: Catalunya está inmersa en "un movimiento social soberanista que aprovecha todo lo que está a su alcance para mantenerse activo"

Puigdemont es un "president fungible", según Miquel, que el electorado acepta porque Catalunya está inmersa en "un movimiento social soberanista que aprovecha todo lo que está a su alcance para mantenerse activo". Un tsunami que, en ausencia de Oriol Junqueras, abre las puertas a la progresión de JxC a costa de ERC.

La lista de Puigdemont no coge impulso propio, según el analista, porque no se está ocupando de los votantes contrarios a la unilateralidad pero que tienen una clara identidad nacional catalana. De hecho, Junts pel Sí ha sufrido una fuga de 50.000 votos en favor del PSC y de 20.000 en favor de Catalunya en Comú (CeC). Además, 100.000 de sus electores no acudirán a las urnas el 21-D. 

Los dos millones de papeletas que podría obtener el bloque soberanista tendrán en frente a un 43,8% de votos constitucionalistas (PP, PSC y Ciudadanos), de entre los que despuntarán especialmente los de la lista encabezada por Inés Arrimadas. 

La formación naranja sigue recortando la distancia que le separa de ERC, según las estimaciones de Miquel, y se haría con 29 escaños (el 22% de los votos). De los 880.000 votos que cosecharía su líder, Inés Arrimadas, 113.000 provendrían del PP, que sigue hundiéndose en las estimaciones con 6 diputados, cinco menos que en 2015. Sin embargo, el triunfo naranja tiene una difícil aplicación a la realidad: según Miquel, por mucho que crezcan Ciudadanos y PSC no van a llegar —con el PP debilitado— ni a diez escaños de distancia de la mayoría absoluta porque no van a contar con los votos de los Comuns.

Los socialistas arañan votos a Ciudadanos (más de 70.000) y arrastran hasta las urnas a más de 90.000 de sus seguidores que se abstuvieron en 2015

En el bloque constitucionalista, y por detrás de Ciudadanos, el PSC continúa labrándose su recuperación y, según las estimaciones de Jaime Miquel y Asociados, conseguiría 22 escaños. En total, seis nuevos diputados que los socialistas de Miquel Iceta hacen suyos arañando votos a Ciudadanos (más de 70.000), a la antigua Catalunya Sí Que Es Pot (64.000) y a Junts pel Sí (cerca de 50.000), pero sobre todo, arrastrando hasta las urnas a más de 90.000 de sus seguidores que se abstuvieron en 2015.

Catalunya En Comú sigue inmerso en su retroceso electoral con 8 diputados frente a los 11 que consiguió su firma en las autonómicas de 2015. La formación liderada por Xavier Domènech pierde apoyos en favor del PSC (20,8%) y ERC (10%) porque, según Miquel, no tiene campaña. "Los Comuns representan la voz que clama en el desierto pidiendo que los dos frentes que protagonizan la batalla no se peleen", ejemplifica, "están en un terreno de nadie transmitiendo un mensaje que no llega".

La batalla electoral, por provincias

Barcelona sigue siendo la única circunscripción en la que el bloque constitucionalista (PP, PSC y C's) suma más escaños (40) que el sector independentistas (38). (Los gráficos son interactivos y pasando el cursor por encima de las barras aparecen las cifras exactas)

En Girona, Lleida y Tarragona no se esperan muchos cambios con respecto a los resultados de 2015. En la primera, C's y PSC podrían arañar un escaño a PP y CeC, respectivamente.

En Lleida sólo baila un escaño que puede ganar el PSC y perderlo el PP y en Tarragona, los socialistas podría arañar un escaño del bloque independentista. 

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