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Fernández Díaz coloca a un policía al frente de los aparejadores del Ministerio del Interior

PAULA DÍAZ

Como si de encajar un puzzle a martillazos se tratara, el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz ha encontrado la pieza perfecta para completar su organigrama. Así, tras haber realizado varios cambios en las jefaturas de policía, el comisario de Alicante ha terminado al frente de los aparejadores del Ministerio de Interior.

Enrique Durán Boyero, miembro de las Fuerzas de Seguridad desde 1974 que ostenta el máximo rango de la carrera policial, abandonó la jefatura de la comisaría provincial de Alicante —tras seis años al frente de la misma— el pasado 24 de febrero. En principio, su destino era Latinoamérica —según informó la prensa local valenciana— donde formará parte de un proyecto de seguridad europeo, financiado por Bruselas. Pero ante el previsto retraso que su traslado suponía (podría alargarse durante meses), la Secretaría de Estado de Seguridad le buscó un puesto ya el 19 de ese mismo mes: el Jefe de Área de Gestión Técnica de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos (Giese). 

El oportuno destino ha permitido que Durán Boyero no tenga que permanecer este tiempo en Alicante, a las órdenes de su antiguo subordinado. Su sucesor como máximo responsable de la comisaría provincial —una de las de mayor volumen de trabajo de toda España— es José Javier Cuasante, excomisario de Elche y que tiene 10 años menos de experiencia que él.

Pero el Ministerio de Interior salió al rescate, ofreciéndole sitio en la citada plaza del Giese. Una plaza que llevaba más de un año vacante, según ha podido saber este diario, desde que la anterior Jefa del Área de Gestión Técnica, la arquitecta Inmaculada Rodríguez Martínez-Conde, se jubiló.

Y así fue como Durán Boyero, después de 40 años en el cuerpo y tras haber dirigido —entre otras cuestiones— la investigación del accidente del metro de Valencia cuando estaba al frente de la Brigada Provincial de Policía Científica, terminó al mando de los arquitectos técnicos del Giese. La jueza del caso del metro de Valencia terminó archivando la causa por considerar que la responsabilidad penal se saldó con la muerte del maquinista, único culpable —de momento, ya que la causa se ha reabierto recientemente — de la tragedia en la que murieron 43 personas. ¿La labor del comisario ahora? Controlar la planificación y construcción de edificios destinados a seguridad. De ahí que su puesto siempre haya sido ocupado por arquitectos.

No obstante, fuentes del Ministerio del Interior aseguran que, a pesar de que el policía de carrera juró el cargo como técnico oficialmente el pasado sábado 1 de marzo, todavía no se le ha visto aparecer en su puesto de trabajo. De hecho, incluso barajan dos hipótesis: que el comisario siga residiendo en Alicante y no en Madrid —donde está la sede del Giese— o que le hayan atribuido otras funciones ajenas a su nuevo cargo.  Este diario ha intentado, sin éxito, recabar la versión del departamento de Fernández Díaz al respecto.

En cualquier caso, las citadas fuentes dudan de la legalidad de tal situación y critican la opacidad de la gestión, pergeñada —dicen—por la Secretaría de Estado de Seguridad, que autorizó el acuerdo del nombramiento de Durán. Además, consideran innecesario ocupar una plaza pública que llevaba un año vacante y que 'se podría amortizar'. Según denuncian,  el Jefe del Área de Gestión Técnica siempre ha compartido competencias con el Jefe de Área de Arquitectura, que había asumido sus funciones en los últimos tiempos, dado que las necesidades de construcción de infraestructuras han disminuido mucho por la crisis. 

Hasta la propia existencia del Giese ha sido puesta en duda dentro del organismo en alguna ocasión. En una reunión celebrada hacia el mes de abril de 2013, el secretario general convocó a los trabajadores para informarles acerca de los 'rumores' sobre la posible desaparición del departamento.

El Giese se ha convertido en los últimos meses en uno de los organismos más conocidos de Interior tras la denuncia por acoso contra el ministro formulada por uno de sus altos cargos. Jaime Nicolás Muñiz, funcionario de nivel 30 desde hace más de 25 años, denunció la marginación que sufría desde hace casi dos años, tiempo en el que nadie le ha encargado ni una sola tarea, aunque él incluso llegó a ofrecerse para ocupar puestos de menor rango [el puesto que ocupa Durán es de nivel 28].

La Audiencia Nacional desestimó su caso por no considerar mobbing ni vulneración del honor el hecho de marginarle si no existen agresiones físicas o psicológicas directas. No obstante, la sentencia daba un varapalo al Ministerio por permitir que una persona tan formada se desaprovechase así, y más 'en tiempos de crisis'.

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