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La defensa sitúa el origen del asesinato de Isabel Carrasco en su acoso sexual a una de las acusadas

Arranca el juicio por el crimen contra la presidenta de la Diputación de León. La Fiscalía destaca que Montserrat y Triana González y Raquel Gago actuaron "con una frialdad y una precisión impresionantes" y que tenían el crimen "perfectamente organizado. 

Montserrat González (2d), de 60 años, autora confesa del asesinato de Isabel Carrasco; su hija, Triana Martínez (2i), de 36; y la agente de la Policía Local de León Raquel Gago (d), de 42. /EFE

AGENCIAS

LEÓN.- La Fiscalía sostiene que las tres acusadas del asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco en mayo de 2014 tuvieron el mismo grado de responsabilidad y ha recalcado que actuaron "con una frialdad y una precisión impresionantes".

Así lo ha subrayado el fiscal del juicio por la muerte de Isabel Carrasco, Emilio Fernández, quien ha insistido en que "matar no es fácil" y se trata, "sin ningún género de dudas", de un asesinato ya que la víctima "no tuvo ninguna posibilidad de defenderse".

Ha recalcado que al tratarse de una víctima con relevancia política y cometerse el asesinato a plena luz del día, el crimen no se podría haber perpetrado "sin la colaboración necesario de todas para que tuviera garantías de éxito".

"¿Quien iba a pensar que la mujer y la hija del comisario de Astorga (León) en coordinación con una policía local eran las autoras?"

"¿Quien iba a pensar que la mujer y la hija del comisario de Astorga (León) en coordinación con una policía local eran las autoras?", se ha preguntado el fiscal después de asegurar que si no hubiera sido por el policía jubilado que presenció los hechos y propició la detención hubiera sido "imposible" descubrirlo.

El fiscal ha hecho estas manifestaciones durante la exposición de las calificaciones previas en el juicio del caso por el crimen de Isabel Carrasco, en el que solicita 23 años de cárcel para cada una de las tres acusadas, que ha comenzado a las 09.27 horas en la Audiencia de León.

Un crimen "perfectamente organizado"

En el banquillo de los acusados se sientan Montserrat González, de 60 años, autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco; su hija, Triana Martínez, de 36; y la agente de la Policía Local de León Raquel Gago, de 42. Además, el fiscal ha insistido en que las tres acusadas "no están locas" y que la realidad es que sentían un "odio profundo" hacia Isabel Carrasco.

Fernández ha manifestado que en esta vista se va a juzgar a las supuestas asesinas de Isabel Carrasco y ha reprochado a las defensas que intenten probar la "maldad" de la dirigente política del PP. Ha agregado que el hecho de que Carrasco perjudicara a la hija de la asesina confesa "no es justificación para matarla y menos de esa forma tan cobarde".

Por su parte, la abogada de la acusación particular, Beatriz Llamas, que representa a la hija de la víctima, ha explicado que el crimen estuvo "perfectamente organizado y estructurado", con un plan en el que "la figura de cada una de las acusadas es esencial", aunque Montserrat González "fue la que tuvo más coraje y apretó el gatillo".

Uno de los abogados de la acusación, al jurado: "Se intentará enturbiar la decisión final, pero no deben olvidar que el arma la disparó Montserrat, la recogió Triana y la guardó Raquel"

Por su parte, el letrado Carlos Rivera, que representa a la pareja sentimental de la víctima, Jesús López Brea, ve en el crimen "una ejecución alevosa, fría y sanguinaria", y también ha criticado a las defensas de las acusadas por intentar presentar el proceso como un juicio a la propia Isabel Carrasco.

Ha añadido que la asesina confesa mostró actitudes de una "auténtica profesional" del crimen al manejar el arma, y ha asegurado que "la supuesta locura de Montserrat González estuvo bastante administrada". Dirigiéndose al jurado, ha apostillado: "Se intentará enturbiar la decisión final, pero no deben olvidar que el arma la disparó Montserrat, la recogió Triana y la guardó Raquel".

Supuesto acoso sexual de Carrasco a Triana González

Sin embargo, la defensa de dos de las acusadas, Montserrat González y su hija Triana, ha atribuido el origen del crimen al acoso sexual que la víctima sometió a la segunda de las acusadas y la animadversión posterior de la regidora a raíz de verse rechazada.

De hecho, el defensor ha advertido de que la relación entre ambas "fue buena" hasta que Carrasco "demandó relaciones sexuales, agarrando a Triana por la cintura con fuerza" y le dijo: ¡"Piensa lo que haces, conmigo tienes mucho que ganar y poco que perder!".

Desde ese momento, siempre según la versión de madre e hija, "comenzó un calvario para Triana porque Isabel Carrasco no aceptó ser rechazada" y comenzó el supuesto acoso laboral, personal y judicial que terminó con su muerte a manos de Montserrat González.

La defensa considera a Montserrat González autora de un delito de asesinato con el eximente incompleta de trastorno mental por lo que pide una pena de siete años, seis meses y un día, además de un año de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. Para Triana solicita la libre absolución. Misma petición que hace la defensa de la agente de Policía Local Raquel Gago.

Sucesión de los hechos aquel 12 de mayo de 2014

En la primera jornada de juicio se han leído los escritos de calificaciones de las partes que recogen hechos ocurridos el pasado 12 de mayo de 2014, a las 17.15 horas, cuando Isabel Carrasco caminaba sola por la pasarela sobre el río Bernesga de León capital, que une el paseo de la Condesa con el paseo de Salamanca, y Montserrat González la venía siguiendo a poca distancia.

Montserrat disparó a su víctima cuatro veces con un revólver, tres de los disparos le alcanzaron, el primero le afectó al ventrículo izquierdo del corazón y, después, para rematarla y tras agacharse sobre ella, Montserrat disparó en la mejilla izquierda y en la parte posterior de la cabeza.

Poco antes de llegar a la parte superior de la pasarela, "a escasa distancia y por la espalda", Montserrat disparó a su víctima cuatro veces con un revólver, tres de los disparos le alcanzaron, el primero le afectó al ventrículo izquierdo del corazón y, después, para rematarla y tras agacharse sobre ella, Montserrat disparó en la mejilla izquierda y en la parte posterior de la cabeza.

Las heridas provocadas por los disparos resultaron "mortales de necesidad", el primer y el tercer impacto, y causaron la muerte de Isabel Carrasco de forma "casi inmediata" por "shock hipovolémico y destrucción de centros nerviosos superiores".

Después de efectuar los disparos, Montserrat González introdujo el arma en un bolso bandolera y volvió sobre sus pasos. Se dirigió, tras cruzar el paseo de la Condesa Sagasta, por las calles Lucas de Tui y Colón hasta llegar al pasadizo que existe entre la plaza del Mercado de Colón y la avenida Gran Vía San Marcos, donde se despojó de la parka, gorro, guantes y gafas, con las que se ocultó para cometer el crimen, y entregó el revólver, pañuelo y bolso a su hija Triana, que allí le estaba esperando.

Por su parte, Triana introdujo el bolso que le había dado su madre en otro bolso de lona más grande y, sobre las 17.19 horas, con un móvil Nokia tarjeta prepago, que no estaba registrado a su nombre, hizo una llamada telefónica de 17 segundos a Raquel Gago.

Triana se encontró con Raquel Gago sobre las 17.25 horas del mismo día, en la calle Lucas de Tui. La agente de policía local abrió su coche allí aparcado y Triana depositó allí el bolso grande en el que se encontraba el arma homicida, así como otros enseres.

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