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La Guardia Civil presiona para que la agente lesbiana que se pegó un tiro en el pecho sea interrogada 

Vanesa Fraga intentó suicidarse el pasado diciembre tras denunciar el acoso homófobo que sufría. Tras recuperarse, y solo unos días después de abandonar el centro psiquiátrico en el que ha estado internada, sus mandos exigen que declare por lo ocurrido a pesar de que los médicos han prohibido que tenga contacto con el cuerpo

La agente Vanesa Fraga, en una entrega de medallas tras un campeonato de judo. PÚBLICO

CARLOS DEL CASTILLO

@CdelCastilloM

MADRID.- La agente de la Guardia Civil Vanesa Fraga, que intentó suicidarse en diciembre el pasado año tras denunciar el acoso que estaba sufriendo por parte del cuerpo por su condición sexual, está siendo presionada por sus mandos para que se someta a un interrogatorio para explicar los hechos, a pesar de la prohibición expresa de sus médicos de tener cualquier relación con la Guardia Civil.

Fraga salió el 24 de febrero del pabellón psiquiátrico del Hospital Militar El Naval, en Ferrol. Estuvo ingresada 18 días debido "un cuadro de angustia y ansiedad muy fuerte" provocado por la tensión de ver como los altos mandos de la Guardia Civil forzaran que se le retirara una condecoración que le había sido concedida por su colaboración en un accidente de rally, denunció su familia. Aquella medalla la acabó recibiendo su general. 

El mismo día que la agente —la primera mujer que acudió a un mundial militar y campeona de España de judo— salía del centro médico, sus padres recibían una citación para que tanto ellos como Fraga y su esposa acudan a declarar. "Me pregunto si quieren acabar con una familia y con una chica que ha dedicado su vida a una institución que la está llevando poco a poco al declive", se lamenta su mujer.

Pese a las repetidas ocasiones en las que Público ha intentado recabar la postura oficial de la Guardia Civil sobre este caso, el Instituto Armado no ha ofrecido ninguna explicación al respecto. 

"No comunicación" con la Guardia Civil

Su familia ha explicado a este medio que la Guardia Civil la ha citado a sabiendas de que sus médicos le han prohibido expresamente que tenga cualquier relación con el cuerpo. Esta restricción ha provocado que Fraga y su mujer deban abandonar incluso el pabellón que reformaron en el cuartel de Pontedeume (A Coruña). 

"Los médicos dijeron que no estaba preparada para declarar ni para hacer nada. Cada dos por tres llaman a sus padres por teléfono, a su mujer, a ella…"

"Se lo están saltando todo a la torera —acusa su familia—. Los médicos redactaron un informe que incluía que no estaba preparada para declarar ni para hacer nada. Cada dos por tres llaman a sus padres por teléfono, a su mujer, a ella… No están respetando absolutamente nada".

Fraga intentó suicidarse el 8 de diciembre de 2015, perforándose el pulmón de un disparó en el pecho. Perteneciente al cuerpo de antidisturbios de la Guardia Civil, su trayectoria había sido prácticamente inmaculada, llegando a ser la primera mujer española en clasificarse para un mundial militar. La agente denuncia que desde que decidió casarse y mudarse a su casa cuartel con su mujer, el acoso homófobo que sufría se volvió insoportable. 

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