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Josep-Maria Terricabras: "La Unión Europea no existe"

El filósofo y eurodiputado de ERC alerta sobre la situación crítica de Europa y el auge de la extrema derecha. Terricabras reafirma su independentismo en "la visión alejada de la España carpetovetónica que representan el señor Rajoy y el Partido Popular

Josep-María Terricabras

CRISTINA S. BARBARROJA

"El diálogo que reconoce las diferencias y lo que tenemos en común conduce a la fecundación mutua. El diálogo no es un lujo para los humanos; es estrictamente necesario"
Josep-Maria Terricabras. Discurso de presentación del Doctor Honoris Causa Raimon Panikkar.


MADRID.- "El día que no tenga buen humor, estaré perdido, muerto. El buen humor es para mí lo que para los creyentes es la fe". Vivo y coleando, a pesar del gravísimo accidente de tráfico que sufrió en 2011, perfectamente ubicado en su despacho de Bruselas, el filósofo, eurodiputado de ERC, hace gala de su peculiar devoción según comienza a hablar: "Ni ahora ni nunca he formado parte de ningún partido político; probablemente porque ¿quién me iba a aceptar a mí en un partido, siendo como soy?".

Es "un díscolo, de los que gustan de llevar la contraria y buscar tres pies al gato", reconoce Josep-María Terricabras (Calella, 1946). Será por eso que salió oveja negra de una familia conservadora de la costa catalana -"de la derecha no franquista, y estoy encantado porque ni me lo inculcaron ni me hicieron sufrir"- al que la izquierda le llegó sin que se diera cuenta, "por conciencia social, por amigos, por grupos... sin apreciarlo, como ocurren otras tantas cosas en la vida".

"Hay un pensamiento dominante que propone una cosa tremenda: que no pienses"

Por ejemplo: la filosofía. Tras estudiar bachillerato interno entre Mataró y el prestigioso instituto Balmes de Barcelona "tanto podía haber hecho Semíticas como Filosofía. Me interesaban estas cosas abstrusas", dice de las Humanidades en una época en la que lo "abstruso" todavía tenía prestigio. Se licenció en la Universitat de Barcelona, entre otros, gracias al profesor Emilio Lledó y, como tantos otros, en los 70 emigró a Alemania, a la Universidad de Münster, en la que se doctoró con una tesis de 750 páginas en alemán sobre el austriaco Ludwig Wittgenstein.

"Wittgenstein hace una filosofía puramente descriptiva pero muy interesante porque describe los juegos del lenguaje, las formas de vida y, al describirlas todas, te hace ver que ninguna de ellas es absolutamente necesaria. Es decir que, aunque sea meramente descriptivo, te ayuda a pensar de otra manera, de las otras maneras existentes". Y esa percepción -"penser autrement", pronuncia en un exquisito francés cuando cita a Michel Foucault- es una constante en la obra del Catedrático de la Universidad de Girona.

Su primer ensayo, Ética i llibertat, es el primer ejercicio de indisciplina de Terricabras: "Frente a posiciones dogmáticas, planteo la ética como un ejercicio de libertad, porque sin libertad no existe principio moral alguno, es imposible; hay servilismo, obediencia, pero no hay criterio moral", explica. Otro llegaría con un llamamiento urgente a la ciudadanía: Atreveix-te a pensar (atrévete a pensar) en el que el filósofo arremete contra el pensamiento único.

"El pensamiento único es una tragedia absoluta. Aunque no existe desde el momento en el que un ciudadano lo critica, en estos momentos sí hay un pensamiento dominante que propone otra cosa tremenda: que no pienses". Cree el filósofo que quienes están detrás de ese 'pensamiento alfa' son los poderes públicos "que ya no son la Iglesia o la política como ocurría en tiempos de Franco. Son los que financian eslóganes, películas; los que dictan una panoplia de preferencias a las que debes acogerte para no quedar fuera de la sociedad. Ellos imponen y nosotros no tenemos que hacer nada, sólo pagar", vuelve a sacar la sorna el devoto del humor.

Investigador en las universidades de Münster, Cambridge y Berkeley, miembro de la Sección de Filosofía del Instituto de Estudios Catalanes, director de la cátedra Ferrater Mora de Pensamiento Contemporáneo, tanto le preocupa que pensemos que en 2003 se dejó ahorros y energías en una web filosófica. Una página que alimentaba a diario con chats, novedades editoriales o un blog que "se acabó convirtiendo en una cadena perpetua", vuelve a reír.

Hoy sigue dando lecciones a 140 caracteres en su cuenta de Twitter, @jmterricabras, aunque predomina el mensaje político al filosófico, si es que ambos conceptos se pueden separar. Él eurodiputado no lo cree. Cuenta que acaba de salir de una reunión sobre inmigración en el europarlamento, en la que "se hablaba mucho de la cosa instrumental. Pero detrás de eso tiene que haber ideas, principios. No sólo instrumentos".

"Europa está en una situación crítica, muy difícil. Y la Unión Europea -me voy a permitir formularlo de manera fuerte- no existe", afirma contundente en relación a otra de las constantes de su obra: los valores. "Si existiera como tal, la respuesta, por ejemplo, a la crisis de los refugiados habría sido unificada. Lo que hay es un club de estados con poca ligazón, que pretenden hacer sus propias políticas sin que les molesten los demás, y eso es gravísimo".

Sin embargo, al parlamentario le preocupa mucho más otra cuestión: el Brexit, o más bien lo que hay detrás de la salida del Reino Unido de la UE. "En parte tiene que ver con las mentiras que han enardecido un nacionalismo barato, rancio, que no entiende que se ha roto esa idea mágica de la unidad nacional que pretendía que todos fueran lo mismo dentro de la nación; esto es no saber de qué va el siglo XXI. Otra parte, como ocurrió en España el 15M, tiene que ver con la expresión del disgusto".

En el podio del rechazo ciudadano sitúa Terricabras "la austeridad promovida por Europa durante los últimos diez años". Y en el número uno de los riesgos: "una extrema derecha que estaba semi muerta y que ha sabido recoger éxitos haciendo bandera del rechazo. Los líderes comunistas han desaparecido. Los socialistas están haciendo políticas muy de derechas. ¿Qué ha hecho la extrema derecha? Tener la habilidad de decir 'este no es nuestro'. Pero tarde o temprano se verá que esto es un engaño", concluye optimista.

La última publicación en la que aparecía el nombre de Josep María Terricabras es un librito publicado por Teresa Pous en 2013: Pensar, dialogar i fer en una Catalunya millor, a partir de las conversaciones con el filósofo. "He sido independentista desde muy joven. Porque he tenido bastantes experiencias con las autoridades franquistas y posfranquistas, porque he vivido muchos años en el extranjero, tengo una visión muy alejada de la España carpetovetónica que en estos momentos representan el señor Rajoy y el Partido Popular, en algunos casos de manera indecente", reconoce.

Entiende por indecencia el escándalo de las conspiraciones de Jorge Fernández Díaz y el director de la Oficina Anifrau desveladas por Público. "Pero lo que me escandaliza aún más es que el señor ministro, a los tres días, gane votos con eso. Estamos ante una sociedad en la que los dirigentes no sólo no dimiten, o no se les cesa, sino que reciben el aplauso de la ciudadanía. Ese tipo de planteamientos, que no parece que vayan a curarse en poco tiempo, me confirma en mi confianza de que una Catalunya independiente será mejor, o mucho mejor... Tampoco será difícil".

"Estamos ante una sociedad en la que los dirigentes no sólo no dimiten, o no se les cesa, sino que reciben el aplauso de la ciudadanía"

"No lo pondrá fácil el gobierno que salga del 26J -afirma Terricabras con la duda que le provoca no estar encima del debate político nacional- porque será otro gobierno de Mariano Rajoy. Ha salido reforzado débilmente, con una minoría mayoritaria; hará gobierno con Ciudadanos, que es tan de derechas como el PP o más, y algún apoyo externo en forma de abstención". No será la de ERC. Y tampoco cree que pueda venir de CDC: "No he hablado con ninguno pero lo dudo porque nuestra condición es un referéndum... ¡que a lo mejor lo podemos peder, como lo perdió Escocia!", exclama haciendo gala otra vez de su sorna bienhumorada.

La que no le borró el dramático episodio que vivió en en 2011 cuando el vehículo en el que viajaba chocó de frente con otro en Santa Coloma de Farners: "No vi lucecita al fondo ni nada. Pero sí me provocó una visión, que igual no tiene tanto que ver con el accidente como con la edad: me he vuelto más comprensivo, más abuelo. No lo acepto todo pero procuro entenderlo, comprender la diversidad humana. Porque los humanos somos lo único interesante; mucho más que cualquier agujero negro que haya en el universo".

Lo de abuelo de momento es una figura retórica; será literal cuando en septiembre llegue su primera nieta. Lo de su interés por el ser humano probablemente le venga de una riquísima vida académica, que sigue echando de menos. "Sobre todo por los alumnos que te mantienen joven", afirma. Ha escrito 16 libros, ha traducido otros tantos. Y tanto extraña, que tiene lista una máquina de escribir en la casa mediterránea en la que pasará sus vacaciones... escribiendo. No avanza sobre qué. Es sencillo intuir cómo, a partir de una de las guías del filósofo: "Pensar más para entender más; entender más para actuar mejor".

“La igualdad sólo es incompatible con la diversidad cuando identificamos igualdad con uniformidad”.
Josep-Maria Terricabras. 'I a tu, què te importa?'

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